El Horror de Frankenstein es una película curiosa dentro de los márgenes de la Británica Hammer. Es decir, se rige por sus patrones característicos, pero me resulta curiosa, porque vista hoy podría considerarse lo que hoy conocemos como un "reboot".
Los estudios no debían pasar ya por su mejor momento y trataban de innovar, y sobretodo, de atraer a las audiencias jóvenes con más contenidos sexuales y violentos. Quizá por eso eligieron a Ralph Bates, tras chorrocientas películas de Frankenstein protagonizadas por el icónico (pero cansino) Peter Cushing, Bates toma el relevo. Y la película lo agradece, respira. Sobretodo en los 20-25 minutos iniciales. Al frente de la cámara debutaba Jimmy Sangster, un guionista del estudio muy prolífico y que después dirigió uno de mis films favoritos de Hammer, Lujuria para un Vampiro (que como a menudo ocurre con las películas que más me gustan, no está muy bien considerado entre el fandom) también con Bates en otro papel protagónico.
Como digo, el film podría considerarse lo que hoy llamamos "reboot" porque su esquema narrativo se ajusta bastante al del film Hammer original sobre Frankenstein, con Cushing en el papel del Doctor y Christopher Lee en el del Monstruo. La mirada, como pasaba en aquella primera versión del clásico, se centra más en el Doctor y su fascinante amoralidad, más que en el Monstruo (cosa que también me llamó la atención en el film original, una característica de modernidad y de "reboot" contemporaneo y que redunda en beneficio de la historia). Y a la vez, como en todo reboot que se precie, se introducen elementos que demanda el público moderno, no presentes en el film original. En este caso tenemos un Monstruo menos patético y lastimoso y más violento y amenazador (David Prowse a.k.a Darth Vader con una protesis de maquillaje en la cabeza que le da un involuntario toque gracioso al personaje, a mi me recordaba a una especie de caracono macarra) y más erotismo (al menos para los standares de la época, con diálogos e insinuaciones bastante subidas de tono, y como no, generosos escotes).
El film empieza fuerte, gracioso, irónico, interesante y entretenido. Bates está perfecto como ser amoral, tremendamente inteligente y carismático, y que a la vez, puede ser terrible. Desgraciadamente en el segundo cuarto se cae en lo rutinario, el film no es ni mucho menos terrible, pero se alarga demasiado la parte en que el Dr. va trabajando en secreto "confeccionando" a su Monstruo. Solo nos arrancan una sonrisa las puntuales apariciones de Dennis Price, con una cara de borrachín tan graciosa que uno no puede evitar reirse. El final de tan simple y obvio se nos hace cansino, con el Doctor mandando matar al Monstruo a quien le va conveniendo, para que finalmente acaben parándole los pies en lo que resulta sin duda el final más anticlimático y soso de la historia de Hammer (y no se si del cine en general). No llega a ser terrible pero si decepcionante dado el gran inicio.
