Nocturna; esa pequeña gran maravilla instaurada en el corazón de Madrid que sigue dándonos alegría por doquier.
Hoy me toca reseña de los films que abrieron y cerraron la sesión del viernes en la sala 1 de los cines Palafox, abriendo con uno de los títulos más esperados del certamen, la secuela del brutal film oceánico "Wolf Creek" que ya nos deslumbró allá por el 2005.
Terror en Cangurolandia
La segunda parada de "Wolf Creek 2" en España tras Sitges fue Nocturna. Había muhas ganas de disfrutarla, y lo hicimos. Previamente se pudo visionar el corto "Metamorphose" del amigo y compañero de batalla Sergio Morcillo, que como todo el mundo pudo apreciar, se trató del cortometraje más salvaje, gore y disfrutable del festival hasta la fecha, con un mensaje interior y un trasfondo digno de admirar.
En cuánto al film que nos ocupa, repite en la dirección Greg McLean "Rogue" (2007) y nos encontramos con la misma fórmula que hizo triunfar a la primera parte pero con un ápice de comedia mucho más alto y algo más fallida que su antecesora. El inmenso John Jarratt es aquí convertido en un asesino caricaturesco, más cercano al Freddy Kruger de los últimos films, soltando sus coletillas pre-asesinato o al reciente payaso homicida del mas allá Stitches que al crudo redneck australiano que nos infundía terror en la primera parte.
A su favor decir que la primera secuencia es antológica y que a lo largo de su metraje encontramos momentos gore muy explícitos y que saciarán a los paladares más finos de la casquería del celuloide. Persecuciones bien rodadas (momento "Duel") y súper agradable cuándo el film pasa a convertirse en una road-movie de terror.
En resumidas cuentas, mucho más burlona y bastante menos eficaz ya que la primera, cosa que no impide que sea un divertimento con festín gore incluído, bien realizada y que entretiene hasta la médula.
NOTA: 7
Slasher playboyesco, adulterado y nostálgico
La sesión golfa del viernes no defraudo, con un film que cumple todos los requisitos para un pase de estas características y que hizo disfrutar y entregarse al público asistente. Un slasher violento, retro a niveles ochenteros y que aunque sangriento, se le echa en falta que enseñe un poco más en el momento de los crímenes, siendo algunos de ellos muy brutos. Pasada por un filtro tarantiniano sobre todo en sus inicios, la película pronto empieza a obsequiarnos con un desfile de clichés, conversaciones absurdas y neumáticas tías curvilíneas (que no tísicas, algo que es siempre de agradecer) en cueros. Más adelante comienza la violencia y se nos presenta al asesino, una especie de Hulk necrófilo con atormentada infancia y que asesina al más puro estilo vasco. Cuenta la película además con una colección de momentos gratuitos que haría arrancarse los ojos a la nobleza, es decir a la crítica de "Cahiers du Cinemá", ojalá lo hicieran de verdad.
En resumidas cuentas, una película que conociendo sus limitaciones, sabe como hacer que te lo pases bomba y que te sientas como en la época más dorada del "slasher in campings", los ochenta. Es de infinito agradecimiento que cachorros que aún no habíamos ni nacido entonces, podamos medio sentir y disfrutar aunque sea solo en modo simulacro un slasher sin complejos y atrevido como este. No se la pierdan, y enseñensela a sus papás y mamas.
NOTA: 7