Ni te cases ni te embarques.
Hoy por ser el día que es, era de recibo hacer un visionado de un film de esta saga (era eso o verme El Robobo de la Jojoya de Martes y Trece) la cual nunca me ha gustado demasiado, ni tan siquiera la primera entrega me entusiasma, pero curiosamente guardo un especial cariño a las tres entregas más marcianas: Jason X, Freddy vs Jason y este ¿remake? ¿reboot? Bah, es igual, lo que sea.
La historia ya os la conocéis: Un grupo de jóvenos deseosos de emociones fuertes, entre las que se incluyen dosis industriales de drogas y follambre, cometen el error de adentrarse en los límites del otrora campamento de verano Crystal Lake, y actual terreno de caza del mítico Jason Voorhees.
Hacer un (añádase lo que sea esto) de Viernes 13 no suponía una cuestión difícil dado lo parada que estaba la saga en ese momento. Desde 2003, momento en el cual se estrenó Freddy vs Jason, no se oían más que rumores de una nueva adaptación de las andanzas del hijo de la señora Voorhees, pero eran eso, rumores. Así que ni cortos ni perezosos, los directivos de la Paramount, con Sean S. Cunningham de vuelta como productor, decidieron empezar de cero y reflotar una franquicia quemada. Para tal empresa, contrataron a Marcus Nispel, autor del más que notable (y rentable) remake de La matanza de Texas (2003), y así darle ese toque "actual" a la par que respetuoso que tanto necesitaba la película.
¿Si lo consiguió? Difícil decirlo.
La película en líneas generales es lo más entretenido y sobrepasado que te puedes echar a la cara - si se comparan, las otras entregas no le llegan ni a la altura de los zapatos en lo que respecta al nivel de desfase, drogas, sangre y desnudos que hace gala esta -, pero también podría decirse que acaba quedándose a medias en todo. Viendo las escenas eliminadas se puede intuir que la película iba a prescindir más de ese humor socarrón (e inofensivo) y de la casquería en pro de un desarrollo más seco y una atmósfera más trabajada, dejando a Jason ser el eje central de la historia. Por ejemplo, la escena del embarcadero, donde vemos a una chica en medio del lago siendo solamente observada por Jason, esta continuaba hasta que finalmente la chica no puede aguantar más a flote y se ahoga en el lago, creando una sensación de desasosiego mayor que su resultado final en el el film. Supongo que Nispel quería repetir la estructura que tan bien le funcionó en La matanza de Texas, lográndolo a medias por causas ajenas a su control creativo dentro la película, siendo los directivos de Paramount quienes tuvieron la última palabra.
De los actores, mencionar a Jared Padalecki quien repite más o menos su rol en Sobrenatural (este tipo no puede tener hermanos), una Danielle Panabaker, la cual tiene el momento más sorprendente de la película, y el gigante Derek Mears (Hatchet 3) quien interpreta un Jason - su diseño es un homenaje a las tres primeras encarnaciones del personaje - de lo más salvaje, que ya es decir.
La película pese a no ser un éxito monumental, recaudó casi cien millones al rededor del mundo, lo que dio a muchos la idea de ver una nueva entrega de Viernes 13...cosa que hasta el momento no ha sucedido. Sucesivos retrasos, cambios en los derechos y desavenencias creativas - incluso durante un tiempo se dijo que iba a ser un found footage - hicieron que la continuidad de la saga quedase en stand by hasta hace poco, cuando se empezó a hablar de realizar una serie para televisión, más o menos como hicieron con Scream. A saber qué saldrá de ahí.