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New World (2013)


Recién salido de una investigación por corrupción, el presidente Seok, líder del mayor emporio criminal de Corea del Sur, Goldmoon, muere en un extraño accidente de coche, cuando volvía de casa de su amante. El "proceso de sucesión" al que obliga a pasar a la organización parece que será mas complicado de lo que debería, y la policía se aprovechará de ese momento de debilidad para asestar un golpe fatal a una organización, que parece invencible. Criminales y policías empezarán una sangrienta y shakesperiana guerra sucia en la que nadie esta a salvo.

Interesante propuesta surcoreana, que supone una notoria entrega al cine de gangsters. Hace tiempo que para los aficionados al cine, no es extraño ver como una cinematografía como es la coreana, ha ido "colando" cada año una película, entre las mas interesantes por ver. Son propuesta de género, sin por ello dejar de ser personales. Son atrevidas, y están impecablemente rodadas y diligentemente interpretadas. Especialmente llamativo sus logros en el campo del (cada vez mas difuso) "thriller", sin nada que envidiar al mejor Hollywood, estas películas son cine de primera.


Y precisamente ahora, cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo, y teníamos pillados los "tics" propios de estas películas y que nada nos volvería a sorprender, de nuevo llegan para darle una nueva vuelta de tuerca al genero.

Alejándonos de los "paternalismos" en los que se podría caer al enfrentarse a un film proveniente de una industria cinematográfica "menor", New World destaca por sus propias virtudes, mas allá de lo meritorio del proyecto. Tomando como referente los clásicos del genero, Election y alguna otra película de la que omitiremos el titulo para no desvelar demasiado, New World construye algo nuevo, partiendo de algo viejo. Toma de estos referentes, y algunos casos, se atreve a llegar "mas lejos" que donde ellos llegaron.


Y aunque como decía, ya estábamos acostumbrándonos al dominio del lenguaje cinematográfico por estos asiáticos, el que lleva a cabo aquí el debutante en la dirección, Park Hoon-Jung, nos deja de piedra. Guionista de The Unjust y de Encontré al Diablo, ni mas ni menos, una de las películas surcoreanas mas alabadas de los ultimo años, y que propició el salto de su director Kim Jee-Woon a Hollywood, donde llevó a cabo la nostálgica (pero no muy lograda); El Último Desafío (en estos momentos trabaja en la adaptación del comic de Ed Brubaker Criminal, bajo el titulo de Coward, con guion del propio Brubaker. Esperemos que vuelva a mostrar su mejor faceta).

Contando en lo técnico con un equipo de lujo, como es el director de fotografía Chung Chung-Hoon, el habitual de Chan-Wook Park (el director de la maestra Oldboy), y el montador Nam Na-Young, compinche del nombrado Kim Jee-Woon, la película hace gala de un gusto exquisito en lo visual. Elegante, pero brutal, como ya viéramos antes en otras propuestas de la misma nacionalidad, como A Bittersweet Life, la influencia del polar francés es palpable en cada fotograma, a nivel de puesta en escena y de tratamiento de personajes.


Sobre los actores, apenas hay rastro de la sobreactuación a la que pueden ser tan dados los asiáticos (y todos ¿por que no?), sobresaliendo por encima de todos ellos, un grandísimo Choi Min-Sik, que interpreta al sufrido y calculador Inspector Kang. Demostrando que el talento no conoce fronteras, el desmesurado psicópata de Encontré al Diablo, nos ofrece una interpretación matizada y calculada, como si se hubiese encontrado cientos de veces en personajes como este (que no es así). No habíamos olvidado lo grande de su Oh Dae-Su en Oldboy, pero nos lo ha vuelto a recordar de todas maneras. No le desmerece para nada, el gangster circunspecto y atormentado al que da vida Lee Jung-Jae (al que vimos recientemente en la disfrutable El Gran Golpe), sobre el que recae el papel protagonista. Se le dan bien los personajes con claroscuros a este actor.

No menos reseñables la pareja de gangsters en cuya elección bascula la acción del film, como son esos trasuntos de Sonny y Fredo Corleone que representan Park Seong-Woong y Hwang Jeong-Min, respectivamente. Uno, animal y visceral. Toma lo que es suyo e inspira temor a propios y extraños. Otro, mas dado a las fiestas y las chanzas, al que nadie acaba de ver como sucesor para tan responsable puesto. Sin embargo, ambos son personajes mas complejos de lo que me atrevo a desvelar, y se revelarán como seres con "aristas", capaces de momentos inspirados y furia ciega. Sorprende el cambio especialmente en Hwang Jeong-Min, el férreo y trágico policía de The Unjust.


La cinta adolece de algún tramo complicado de seguir debido a su complejidad (como ya pasaba con alguno de los guiones anteriores de Park Hoon-Jung, como en The Unjust), haciendo ademas peligrar la veracidad del asunto en algún momento, pero acaba siendo una falsa alarma, ya que la película en ningún momento llega a aburrir ni a parecer poco realista a lo largo de sus 134 minutos de metraje.

Prejuicios (negativos o positivos) aparte, solo queda una recomendable muestra del cine de gangsters/mafias, construida sobre la mejor herencia del género, y que es todo un soplo de aire fresco para la cartelera. Para curiosos por filmografías foráneas y amantes del buen cine. No se la pierdan.