La Gran Estafa Americana (2013)


Tras ver los antecedentes del director David O. Russell, no me presentaba en la sala con bastantes ánimos a visionar “American Hustle”. Pero lo cierto es que esta historia basada en hechos reales sobre un caso de corrupción en la América de los setenta es una experiencia muy satisfactoria.
 Como Russell acostumbra a hacer, crea una realidad bastante onírica, aliñada con un breve toque de pseudo-comedia que te deja adulterado tras contemplar sus historias. Es un buen narrador, no cabe la menor duda y en esta trama plagada de clichés lo deja bastante claro. Los clichés de los que hablo no son de los molestos, ya que aunque repetitivos, la forma de llevarlos a cabo es singular y divertida gracias a lo cual hacen que el film no se convierta en una pedantería gafapasta, aún así se encuentra a breves centímetros de lograrlo. La estructura es hollywoodiense a más no poder y refleja de forma armónica los excesos de la época, de la cual se nutre la cinta. En una producción de estas características es irresistible fijarse en la dirección de arte, vestuario, peinados y demás, y es ahí donde el film gana enteros, todos los elementos están logradísimos y encajan a la perfección con la acertadísima banda sonora, que desprende un buen gusto envidiable. Destacar también la cálida fotografía digna de una historia de trapicheos como esta, historia algo simple y que en ciertos momentos nos traslada a una realidad paralela en la que parece que estamos viviendo en un culebrón venezolano, sensación que viene y va durante todo el metraje sin que podamos hacer nada para evitar el horror, aunque al final seamos rescatados por las actuaciones maestras de varios de los actores principales del multimillonario casting. Capitaneándolo encontramos al todopoderoso Christian Bale, que una vez más apela a su capacidad de transformación física, un Optimus Prime en potencia, para acercarse al personaje que encarna con una soltura y una pasividad que pasma y que sin casi “despeinarse” nos brinda una interpretación de las difíciles de olvidar. Tras él encontramos a Bradley Cooper, tal vez el menos acertado de la cinta aunque sea el personaje sobre el que recae el mayor cargo cómico del film. En el reparto femenino nos encontramos con una correctísima Amy Adams a la que cada vez la van “desvistiendo” con menos ropa según el metraje avanza. Me recordó bastante a los juegos de peleas clásicos rollo “Tekken o Street Fighter”, según iba avanzando la pelea a tu personaje le iba disminuyendo la barra superior de energía, aquí igual, sustituyendo la pelea por “American Hustle” y la barra de vida por el vestuario de Amy Adams. Tras esta demente/gamer conclusión, citar que aunque Adams está perfecta en la película, queda eclipsada por uno de los mayores descubrimientos interpretativos jamás filmados; Jennifer Lawrence. Una vez más la chica de los grandes pómulos esta que se sale y clava su personaje de despreocupada y repelente esposa con un hijo, casa y marido infiel a su cargo. Puede que algún día, gracias a esta chica de mi quinta, vea “Los juegos del hambre” y todo…
Se ha especulado mucho con que el film es una copia barata del estilo de Scorsese. No me parece una afirmación efectista, puede que beba un pelín en exceso de su estilo narrativo o se sustente en plan influencia de la obra del neoyorkino, podríamos catalogarlo de una camaleonización del estilo de Scorsese, pero para nada una copia y mucho menos barata. Pero, ¿Cuántos films vemos al año 100% originales, que no se alimente de ningún otro realizador?Prácticamente ninguno. Para ir terminando, he de marcar de acertada la aparición de Robert De Niro haciendo de mafioso, ¿O era un mafioso haciendo de Robert De Niro? Es igual... Decir que el final es algo difícil de explicar, ya que en los últimos compases de la obra puede abordarte la sensación de que se esté alargando más de la cuenta y aún así, cuando llega el desenlace y giro final te parece precipitado y deja una sensación medio amarga. Pero en conjunto “American Hustle” es una cinta adecuada para cualquier momento, una digna candidata a los oscars y sobre todo, una inteligente manera de conseguir que le demos otra oportunidad (cinematograficamente hablando) al cineasta David O. Russell.


Rincón Misingno: Dead Mine (2012)



¿Cómo es posible que una película con zombis Samurai pueda ser aburrida? Al fin y al cabo son muertos vivientes con katanas ¡KATANAS! con las que se pueden ir cargando gente de manera indiscriminada ¿Qué podría salir mal? Pues todo, o casi todo, a la vista del resultado de este "Dead Mine".
Manda huevos.
Dirigida por Steven Sheil, autor de la cachonda "Mom And Dad", nos traslada la acción a Indonesia, donde un grupo de personas (entre ellos militares) trata de encontrar un búnker japonés de la Segunda Guerra Mundial en el que, en teoría, se encuentra un tesoro de incalculable valor. Ya dentro, se darán cuenta de que no están solos y que pronto deberán luchar por sus vidas si quieren salir de una pieza de ese búnker.
Bien, leída la trama, aunque sencilla y rudimentaria, parte de un punto de partida interesante; las ideas expuestas, el entorno hostil e incluso las motivaciones de los protagonistas quedan definidos en los primeros minutos del metraje, cosa que sería de agradecer si directamente se pasase al turrón, pero, y ahí radica su principal problema, es que nunca llega a ponerse de todo, puesto que la acción va tan lenta en esta película que acabas por pensar si esto en vez de ser un film de zombis es en realidad un drama contemplativo afgano. Los planos generales en los que se ve como el grupo de supervivientes va avanzando por el búnker se suceden casi en bucle, mientras que las escenas de gran carga dramática, como la del soldado, al que previamente han cegado, se enfrenta a una horda de bichos, quedan resueltas en unos segundos...¿pero por qué? A Sheil se le ve que sabe manejarse con escenas de acción y de suspense, pero en esta película pasa de ellas directamente para centrarse en las laaaargas charlas entre los personajes (el personaje de la japonesa se nos presenta al menos dos veces) y cuando no, seguimos paseando por esos pasillos del búnker, y cuando vemos que la cosa puede desatarse con la aparición de los Samurais zombis, pues no hace más que acabar por deshincharse al ofrecernos un más de lo mismo con la enésima toma de pasillo. En serio, por momentos creí que estaba viendo una película de la productora Asylum hasta que vi que al menos los maquillajes estaban muy trabajados, incluso diría que es lo mejor de la película junto a la ambientación. Hay un trabajo enorme por parte del equipo de efectos, que trabaja con una cantidad de trucajes y de prótesis que la hacen destacar ya no solo entre el resto de subproductos directos a videoclub que día a día se estrenan, sino entre algunas películas de clase AA. Es extraño/injusto que hayan acabado aquí este equipo, porque si de verdad lo hubieran aprovechado como se merecía, la película hubiese sido un autentico pepinazo.
Mención aparte merece ese final-coitus interruptus, que añade la guinda a este pastel de mierda, como si el director y el guionista se riesen en nuestra puta cara tras lo que hemos visto. Y yo que me quejaba de los finales de todo a cien del señor Roger Corman...
De los actores...sin comentarios. Se puede ver entre ellos a uno que salió en "The Raid" (2011) y el protagonista sale en la reciente "Monuments Men (2014), pero vamos, todos mas sosos que una paella de arena. Al único que se puede destacar sería a una especie de Chuache tai que porta una "puerca" y que al menos aporta cierta gracia al asunto entre tanto sopor.
En resumidas cuentas, una película que se deja ver por sus maquillajes y trucajes de efectos, aunque ya os digo, el resto es muy aburrido. Os recomiendo ver otras películas mucho mejores que han sido facturadas en Indonesia, como "Macabre" (2009)

RoboCop (2014)



El principal reto al que me me enfreto cuando me toca hacer la crítica de este "RoboCop 2014" es el de no hacer mención o comparación directa con la película en la que se "basa", muy libremente eso sí. Una tarea ardua puesto que la cinta de Paul Verhoeven a día de hoy sigue estando vigente pese haber pasado casi treinta años desde su estreno, y, en definitiva, siendo todavía un peliculón como la copa de un pino. No en vano es de esa clase de películas que la programan un domingo por la tarde en la tele y acabo sentado (tumbado) en el sofá, viendo embobado como el agente Murphy es masacrado de la manera más gráfica por Clarence Bodickker y su banda...eran otros tiempos. Aclarado ya este tema, prometo que desde este punto no volveré hacer mención alguna a la película de Verhoeven, puesto que, como he dado a entender al principio, eso sería una pérdida de tiempo. El Robo que aparece aquí no está basado al cien por cien en el de la historia que vimos, dando lugar al error que han cometido muchos al criticar este film, y lo cierto es que esta opta por tomar otro camino; uno probablemente más épico, heroico y sin rastro de mala leche, cosa que estaba clara desde que salió el primer trailer, pero no por ello carente de interés.

OTRO ROBOCOP

La historia nos traslada a un "Nuevo Detroit" asolado por el crimen, y en dónde la OCP, pese a ser una de las mayores importadoras robóticas-militares en el extranjero, no consigue implantar su dominio por culpa de una ley que prohibe el despliegue de robots militares en terreno estadounidense. En un golpe de creatividad, a las cabezas pensantes de la OCP se les ocurre que no desplegarían máquinas, si no hombres-máquinas. Ahora encontrado un sujeto adecuado, encarnado por agente de policía Álex Murphy, y con la ayuda del doctor Norton, la compañía se dispone a crear al arma definitiva contra el crimen: RoboCop.
Tras barajarse el nombre de Darren Aronofsky como director de la cinta, que acabó declinando por dirigir "Lobezno: Inmortal" , película que tampoco acabó por dirigir, Sony optó por darle un toque más novedoso-exótico y contrató a un semidesconocido director brasileño llamado Jose Padilha para que orquestara este resurgir del policía robot. Padilha venía de dirigir dos de las mejores películas de acción de la década pasada con permiso de "El caballero oscuro", "Tropa de élite" y secuela, con las que acabó por ganarse los galones de director de acción, para posteriormente ofrecerle un salto a Hollywood por la puerta grande con esta película. Para ello contrató a un plantel de actores, que, si bien no eran de la clase AA, salvo Jackson y Oldman, si ofrecía calidad y solvencia por los cuatro costados, pero, aquí llega el problema, siendo un director de acción física ¿cómo se manejaría entre tanta escena con ordenador? Pues visto el resultado final, bastante bien. Sólo con ver la escena del principio en Irán (o Irak), en la que la cámara pese a sus travellings y a sus planos detalle, deja ver la acción de manera fluida, como si estuviéramos viendo un "Tropa de Élite 3.0", y en la que no está exenta de violencia, incluso se cargan a un crío. Lo malo llega cuando la trama se pasa a Detroit, cuando las escenas se vuelven más pausadas y la acción brilla por su ausencia. No digo con esto que Padilha no sepa desenvolverse con los diálogos, al contrario, las charlas entre Murphy y Norton son intensas a más no poder, pero se alarga mucho con la exposición y menos con la realización, cosa por la que se acaba resintiendo la película, que llega a su clímax final a medio gas, defraudando mucho cuando vemos el final con el que acaba. Supongo que todo ello será debido a que la productora ha limitado al director y ha pasado mucho la tijera, cosa por la que se quejaba al inicio de la filmación, y no le han dejado ser todo lo desatado que debiera, desencadenando en un final que acaba dando bajona. Aún así, por suerte nuestra, previamente hemos visto tiros, conspiraciones, traiciones y muchos más tiros, así que al menos en eso, el director de "Tropa de Élite" cumple con creces.
En el guión encontramos al novato Joshua Zetumer, el cual tiene su primera oportunidad en la gran pantalla con esta película, y podría decirse que, pese a hacer una historia manida hasta el absurdo, al menos, siento romper mi promesa, no intenta copiar a la original, añadiendo detalles que la hacen opuesta a la de mil novecientos ochenta y siete, y que por lo visto han cabreado a los que esperaban una copia idéntica...los hay raros. Se agradece a Zetumer también que haya metido los insertos de Samuel L. Jackson y las tramas corporativas de la OCP para que esta película no quede carente de (fina) crítica social, pero la caga cuando intenta hacer momentos que se pasan de dramáticos, es decir, cuando por ejemplo vemos las cuestiones morales a las que se enfrenta el personaje de Gary Oldman cuando hace que este nuevo RoboCop no sea más que un arma al servicio de la corporación, o cuando un Murphy reconstruido vuelve a su casa y es recibido por su familia aún en estado de shock. Sobre el papel supongo que quedarían bien, pero en pantalla fracasan estrepitosamente al ofrecernos unas escenas, que a fin de cuentas, no le añaden más trasfondo al personaje que el que ya hemos visto previamente en otras escenas, reiterando algunas cuestiones, como el ¿quién maneja al traje?, llegándotelo a explicar hasta en tres escenas consecutivas. Ese fallo ya lo he visto en unas cuantas películas actuales en las que se echa por tierra la narración por sobrexplicar tanto las cosas, en lugar de sorprender al espectador, con la insinuación de detalles argumentales a lo largo de la película. Un fallo que no le resta interés al cojunto, ya que al menos deja ver que han intentado salirse de la línea marcada por Verhoeven, optando por otra trama en las que afloran motivaciones desconocidas en lo que respecta a la el personaje.
De los actores diría que todo el plantel están correctos en sus roles, aunque sí es cierto que en los casos de Abbie Cornish o de Jay Barruchel vi un menor desarrollo de sus personajes que en principio sí esperaba, pero eso ya será más cosa del guión que de los actores. Quisiera destacar la labor de Joel Kinnaman, que hace aquí a mi parecer una gran actuación, primero siendo Murphy y luego RoboCop, dando en ambos casos destellos de genialidad, como es el momento en el que le es mostrado lo poco que queda de su cuerpo. Una escena escalofriante en la que tanto Kinnaman como Gary Oldman (del que hablaré luego) demuestran los actorazos que son en tan solo unos minutos. Otros a los que merece la pena destacar serían un ¿recuperado? (lo de recuperado es de coña, si no ha parado de currar) Michael Keaton, que aquí ejerce de carismático villano, aunque al final se le vaya la madeja...mucho, y el siempre efectivo Gary Oldman que aquí ejerce de constructor y confidente de Robo, al que no le sobran cadáveres en el armario. Lo que más me rechina es lo poco aprovechado que está Samuel L Jackson en el rol de presentador de televisión sensacionalista, que no cuesta verle el plumero como una crítica a los medios de comunicación actuales con esos discursos/monólogos ultraconservadores. Da pena que su participación en la película no llegue ni a quince minutos, aunque eso sí, aprovechado al máximo ya que es él quien abre y cierra la película, cosa de agradecer porque no creo que haya actor actual al que se le den tan de puta madre los sermones.
Ah, se me olvidaba, atentos a la reversión que se marca el compositor habitual de Padilha, Pedro Bromfman, de la partitura de la película original. Está cachonda.

LA CHAPA NO HACE AL POLICÍA

En resumidas cuentas es una película entretenida, que no creo ni que intente superar a la original puesto que ambas juegan en ligas diferentes y en ningún momento intenta pisarla, si no el dar un punto de vista diferente, aunque falle. Si no lo veis así, al menos os quedará el consuelo de que no es ni tan chapucera como la segunda parte, ni tan mierda como la tercera, y eso que esta también tiene un niño pera en la trama.
Entretenida, y pese a flaquear en momentos en los que se intenta dar emotividad y en su final, contiene unas escenas de acci...¡Joder! ¿SOY AL ÚNICO QUE LE CABREÓ QUE EN LA SEGUNDA DE ROBOCOP NO TUVIERA UN TERCER ACTO?¿¿Y QUÉ NARICES HACÍA EN LA TRAMA ESE NIÑO-CAPO DE LA DROGA?? Y ENCIMA LA DIRIJE EL TIPO DE EL IMPERIO COTRAAT...que la veáis, que no es tan mala como dicen.

NOTA: 7

El Consejero (2013)


El último trabajo de Ridley Scott ha sido uno de los más apaleados por la crítica general. Algo insólito de explicar tras ver el elenco de lujo del que se nutre la producción y que el cartel del film muy inteligentemente deja ver. Antes de nada, aparte del ya nombrado realizador de “Alien, el octavo pasajero” en realizaciones de dirección, el libreto esconde tras de sí a Cormac McCarthy, responsable de las novelas adaptadas “La carretera” y “No es país para viejos”.

 Esta vez con  “El consejero” no nos enfrentamos a una adaptación de novela como con los dos títulos anteriormente citados, sino a un guión cinematográfico llevado a cabo por el propio McCarthy. Una vez situados, nos encontramos con el brillante reparto elegido para el film. Personajes muy vivos recitando diálogos que aunque algo alargados, no dejan de ser interesantes y peculiares, con fuerza.  Algo muy necesario en un film violento pero con secuencias de acción prácticamente inexistentes. Para comprender y canalizar el mal recibimiento de la crítica mainstream a “The counselor” es necesario mentar uno de sus principales defectos y lo que más la hace fallida, aunque solo sea en mi opinión una pequeña porción del pastel. Me refiero a los mimbres internos que hacen que se desencadene el desarrollo del nudo, aquí este proceso no queda muy claro y puede llevar a decepción a muchos, comprensible. También destacar negativamente el crisol de tópicos presentes en la cinta, de los que se va picando poquito a poco para permitir a su trama el avance. Aunque he de decir que es un conjunto llevado a cabo en una buena atmósfera y con un ritmo interesante gracias en gran parte a sus excepcionales diálogos. La parte positiva de este thriller tex-mex se la llevarían varios de los siguientes elementos: el muestreo de unas localizaciones potentes, perfectamente fotografiadas y que junto con el buen hacer de los actores implicados y la acertada banda sonora hacen que el film tenga un visionado apacible y estimulante, entretenimiento funcional, algo muy inferior de lo que podríamos esperar de una producción de estas características aún así. 
En lo que sí está a altura es en dos secuencias dispares spoileadas a continuación; tal vez una de las mejores escenas eróticas jamás filmadas, y no me refiero a la pedante primera secuencia entre Fassbender y Cruz sino a la ultra-sexy Cameron Diaz teniendo sexo con un coche, repito, sexo con un coche. Una experiencia audioVISUAL. Y una de las mejores muertes que ha dado Hollywood en los últimos años, (sin contar la de los tíos que mueren en las fauces de tiburones que viajan a toda velocidad sobre tornados) hablo del asesinato de Westray (Brad Pitt) llevada a cabo por un cableado asesino que tras entrar en bucle no para de estrangular al desgraciado personaje hasta el punto de amputarle varios dedos de la mano y cortarle la cabeza, aunque esto último queda en elipsis. 
Elipsis, muchas de las secuencias importantes de esta película pasan por este recurso cinematográfico bueno para el desenlace de las mismas que es lo que se muestra, malo porque tal vez sea excesivo. Mientras que las secuencias actorales quedan más en aprovechar el talento del reparto para los infinitos diálogos que en varias ocasiones pecan de querer alentar lecciones al espectador de manera muy gratuita. Hablando del talento del reparto, con un Bardem cumplidor en su excéntrico personaje, un Brad Pitt en su salsa encarnando a un personaje fácil y disperso en sus apariciones. La verdadera diferencia se marca con Fassbender y Diaz, ambos en estado de gracia y con la decepcionante Penélope Cruz, que aparece y desaparece sin que nada te importe lo más mínimo sobre ella.  En conclusión, puede gustarte o no, puede que alcanzara sus expectativas o no, lo que sí es cierto es que hay algo atrayente y abstracto en “El consejero”.


PD: Se recomienda un segundo visionado para mayor disfrute del producto, disculpen las molestias.

Camino al ScyFy: Atrocious.


Se acerca el día que el amante del fantástico estaba esperando.
¿Echar un clavo con la Teniente Starbucks? Lo siento colega, pero esa utopia no.
Ya no queda nada para que los cines Callao (antes Palafox) acojan la que será la décimo primera edición de la muestra ScyFy. Como aún nos quedan unas cuantos días he decidido hacer una previa a modo de repaso con las películas que he podido ver desde que asistí por primera vez en el año dos mil diez.
Como bien dijo un profesor que tuve en bachillerato, comenzaré por las películas que más odio tengo para así quitármelas lo antes posible...y menudo muerto me voy a quitar de encima.
Nada más ni nada menos que "Atrocious".

Sí, esa.

Ya podéis odiarme.

Película española de ¿terror? del año dos mil diez, dirigida por Fernando Barreda, rodada cámara al hombro con pocos medios, pocos actores y pocas localizaciones (una casa) cercana de la mítica localidad catalana de Sitges.
La historia nos traslada a...bueno, ¿sabéis qué? Si los autores del guión les importaba una mierda, a mí igual, así que, por favor, sentaos en vuestro potro de tortura favorito y que de comienzo la carnicería.
Bien ¿por dónde empezar?
- Primero: Estimado señor Barreda, si no tienes ni idea, pero ni pajolera idea de crear la atmósfera indicada para una película de terror en formato "found foutage", NO INTENTES HACER UNA PUTA PELÍCULA DE TERROR CON "FOUND FOUTAGE".
- Segundo: Si haces una película de terror, que al menos intente dar miedo. Si no lo logras y al menos lo intentaste, bravo campeón, pero es que ni se ve la intención, y ya no hablemos de las ganas.
- Tercero: con una vuelta de guión final tan tonta te podrás creer que eres el director de "El sexto sentido", pero no. Así sólo haces cubrirte de mierda y que el público se ría a pleno pulmón en vez de sobrecogerse. 

Con el tiempo he oído críticas favorables hacia esta película, las cuales elogian el arrojo y la osadía de su propuesta. Que si era revolucionaria su punto de vista, y trabajaba bien pese a sus limitados medios...Y un huevos de dodo. En realidad, todo lo que se ve (que no se ve nada apenas) a lo largo de la película es la típica película amateur que cualquiera haría con los colegas un finde de pedo en el que te echas unas risas, y que a mí no me parecería mal hasta que empiezas a ver que esa no era la intención del director.
Como un moderno Ed Wood, salvando mucho las distancias, Barreda quería hacer una película que resultase seria, aterradora/chocante para el público y que, apoyado en el recurso de la cámara al hombro, siguiera la estela marcada por las sagas "Paranormal Activity" o [REC], además de tener el manido giro final que te deja a cuadros, pero cuando todo eso empieza a hacer aguas a los cinco ¡CINCO! minutos de empezar, lo que ves a continuación reacciona en ti de tal manera, que aumentan tus ganas de descargar la magnum que guardas en tu garaje sobre alguien, a ser posible sobre algún participante de la misma película, y en particular sobre la geta de esos actores, que en vez de actuar gesticulan cual pavos en celo.
Con todo esto "Atrocious" resulta una experiencia atroz...pero no del modo en que hubieran querido sus responsables. Una película de castigo como las que suele haber en este tipo de muestras, que hay muchas, y que acaba por resultar graciosa si te olvidas que estás viendo un film que intentaba ser serio.
Los que no puedan hacer esto, solo recomendarles una cosa: Alejarse de ella con la máxima cautela.

Assault on Wall Street (2013)



Cuando uno se enfrenta cara a cara a una obra audiovisual gobernada por el germano Uwe Boll no sabe a qué dios rezarle para salir impune de tal acto. Si, es cierto que en los últimos años sus proyectos han ido mejorando considerablemente por lo que esta afirmación con la que comienzo mi segundo artículo en McFly puede estar caduca. Y más cuando nos aventuramos a comentar “Asalto en Wall Street”. Ojo, esto no quiere decir que se trate de un film maestro o una pieza inolvidable, pero tampoco es una total pérdida de tiempo. Digamos que la evolución del señor Boll es notable, pasando de firmar obras infumables a títulos como este, en el que se presentan varios problemas pero que a su vez cuenta con algún que otro acierto en una historia de venganza “zeitgeist” que a más de uno le gustaría llevar a cabo. En definitiva, interesante.
Uno de los problemas mayores y puede que el principal de la cinta sea su planteamiento engañoso. Con la atractiva trama como cebo acompañada del cartel de la película el espectador puede dejarse llevar y creer firmemente que se enfrenta a una película de acción. Nada más lejos de la realidad, la presunta acción no comienza a aparecer casi hasta los créditos finales. En vez de eso nos enfrentamos a un drama inhumano en el que el protagonista, un insípido Dominic Purcell, es masacrado por el sistema hasta un punto atroz y despiadado. Pronto el film comienza a encabronarte ya que las situaciones a las que es cometido el protagonista, aunque algo forzadas, funcionan medianamente bien. Durante el proceso en el que el protagonista como anteriormente citaba es castigado por toda clase de burocracias y papeleos (parte por cierto muy bien documentada guionísticamente) enigmáticamente Boll filma con habilidad y muestra mientras tanto el amplio abanico de actores con cierto nombre del que dispone el film a parte de Purcell, véase: un decadente Edward Furlong (Terminator 2, American History X), Keith David (Están Vivos, La Cosa), Michael Paré (Calles de Fuego), Lochlyn Munro (Freddy vs. Jason), John Heard (Solo en casa, Sharknado) o el omnipresente Eric Roberts (El caballero oscuro, Sharktopus). Pero según el metraje avanza esperamos impacientes que finalice el primer acto, en el que Purcell es sometido a toda clase de maniobras
 legales para despiezarlo y comience la acción, pero eso no ocurre  en una sensación de presentación perpetua de la historia. Y al no llegar la conclusión del primer acto, nos anclamos en un momento, uno de esos enésimos momentos en el que te planteas que el film que pensabas que iba a ser, no lo será. Si aceptas esto antes de los tres cuartos de hora es posible que salgas airoso del visionado de “Assault on Wall Street”. Cuando nos acercamos al final y por fin parece que vamos a ver movimiento, todo queda en una especie de amago, diez minutos de tiroteos aleatorios no exentos de diversión eso sí, en los que el alemán vuelve a hacer apología de su adicción a los videojuegos, aunque nada tenga ni pies ni cabeza. Como película de acción este final habría sido decadente, pero después de llevarnos por donde se nos lleva durante el visionado, el desenlace no está tan fuera de lugar, en equilibrio con el resto de la cinta, aunque como acción fracasa súbitamente ya que el ritmo impuesto en estas últimas secuencias bien podría considerarse de tortuga, algo más de nervio y violencia habría causado un giro visual de los que gustan. 
Por último añadir que el final definitivo es ¿abierto? ¿Invita a una supuesta segunda parte? A mí en particular me invita a la confusión pero eh, ya estoy curado de espanto en cuanto a finales ácidos se refiere. Para finiquitar decir que agujeros negros abisales de guión aparte y echando en falta una mano más firme a la hora de dirigir, en conjunto y para tratarse de una obra de Uwe Boll el film es digno. Y mucho más que digno es el trasfondo que se quiere transmitir o la denuncia que se quiere llevar a cabo con el film, juzguen ustedes mismos. Si nuestro bávaro amigo sigue por este camino quien sabe… igual algún día nos mete alguna sorpresa de las que nunca esperaríamos ver.
Por el momento podemos calificar “Asalto en Wall Street” como sorpresita.

Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013)




El otro día fui con mi novia a ver la que fuese la ganadora de los premios Goya 2014, "Vivir así con los ojos cerrados"de David Trueba, y ciertamente, es un peliculón merecedor de todos los premios a los que pudiese optar, en el que todo el reparto esta a un gran nivel, destacando un grandioso Javier Cámara, y a la que no le sobra nada, ni un minuto.

La cinta, basada en una historia real, es una "roadmovie" en donde Antonio (Javier Cámara), un profesor en la España de mediados de los sesenta, fan de los  legendarios "The Beatles" y que utiliza las canciones de dicho grupo como instrumento para enseñar ingles a sus alumnos. Antonio se entera de que en Almeria se rueda una película en la que uno de los cantantes de la banda de Liverpool, John Lennon, aparece. Ni corto ni perezoso, Antonio decide coger carretera y manta hasta Almería para así poderle conocer y hablar con él. Por el camino recoge a dos autoestopistas primero recoge a Belén (Natalia de Molina) una chica de 21 años que intenta volver a su Málaga natal, aunque no todo es tan simple, ya que la chica esconde un secreto que se irá descubriendo durante el transcurso de la cinta. También les acompaña en su periplo Juanjo (Francesc Colomer), un chico conflictivo que huye de su familia. En el transcurso de su viaje, el grupo se irán encontrando con gente que les ayudará y con gente con unas historias desgarradoras pero esto último lo dejo para que vayáis al cine y disfrutéis de una gran película que en mi opinión merece, y mucho, la pena.
No os la perdáis.

Un saludo

F.D: Daniel Fernández

Rincón Misingno: Frankenhooker .


Jeffrey Franken es joven electricista de Jersey que se dedica a tiempo parcial a la bioquímica...bueno, a trastear en una pecera que tiene dentro un cerebro con un ojo.
Muy normal.
Aún con sus hobbys, Jeffrey tiene una adorable y ¿obesa?, bueno, lleva ropa olgada, solo eso, novia llamada Elizabeth, a la que un día muere/mata por accidente durante una reunión familiar. Acosado por el sentimiento de culpa, Jeffrey decide volver a reconstruir a Elizabeth, pero lo poco que quedó tras el accidente, hace que nuestro sosias de "Mad Doctor" necesite extremidades frescas de mujer.
Lo malo de que te pase una cortadora de césped tundeada por encima.
Frank Henenlotter, el director que nos trajo la bizarra saga de "Basket Case", nos trajo también varias locuras más, entre las que destaca por méritos propios esta "Frankenhooker", o "Vicios diabólicos", como se tituló aquí. Sin duda una película desquiciante, de esas que renueva los clásicos (no hace falta ser un lumbrera para saber cuál), trasladando su trama a la época reciente... los ochenta en este caso. Aquí no encontraréis el retrato sucio y descarnado que Henenlotter hizo en la primera entrega de "Basket Case", si no una comedia, no muy al uso, cargada de sal gorda y muchas ganas de ir más allá de lo establecido. Sirva de ejemplo la escena en la que vemos a nuestro protagonista metiéndose un taladro por el cerebelo para "inspirarse" o esa cena previa que tiene con su novia, bueno, con la cabeza de su novia, atestiguan que esto muy normal no será, cosa que se corrobora durante su segundo acto, cuando ya se pone toda la carne en el asador. Es entonces cuando nos encontramos cara a cara con este festival de lo bizarro, en el que las prostitutas empiezan a explotar cual chocapic por culpa del "súper crack" (tal cual) creado por Jeffrey y en el que Elizabeth vuelve a la vida como una puta de pezones morados.
Lo jodido de todo esto es que funciona durante su no más de hora y media de metraje, y el ritmo apenas decae. Es cierto que para que esta película funcione tenemos que meternos de lleno en el juego que se nos plantea, y a la primera se ve que los actores están tan pasados rosca que nos hacen dudar si de verdad sobreactuan o si se han tomado una dosis de ese súper crack, pero ¿qué queréis que os diga si he acabado con agujetas por la risa?
En resumen, una ida de pinza de las que hacen no parar de reírte...si dejáis los remilgos fuera de la sala, claro está.

El lobo de Wall Street (2013)


Vaya faena… me estreno en McFly con “El lobo de Wall Street”… ¿marronazo? Para nada, todo un placer, un comienzo a lo grande sin duda. Tal vez me habría gustado haber empezado con algo más ligerito e ir subiendo escalones hasta llegar a la pieza que nos ocupa, más tranquilamente, algo así como Jordan Belfort hizo con su imperio. No hay tiempo para lamentaciones, vamos allá.


Que Scorsese es un auténtico lobo de Hollywood es totalmente indiscutible para nadie. Tipo consagrado, respetado e influyente de la industria cinematográfica donde los haya el neoyorkino de 71 años (ahí es nada) consigue con su último film pegar un puñetazo sobre la mesa. Un puñetazo de los que desordenan todo, todo lo anterior realizado que se encontraba sobre el tapete. Pero ojo, es un desorden placentero y disfrutable. El poder del caos, caos perfectamente rodado. 
A estas alturas de su vida Martin ha realizado su caos personal, su película más loca, macarra y voraz, que es capaz de devorar sin piedad al espectador y engancharlo hasta el límite. Utilizando la misma fórmula que en “El aviador”: Millonario excéntrico encarnado por el genial Leonardo DiCaprio, ésta vez somos testigos del “alzamiento” del personaje; de tener una vida modesta y de clase media a convertirse en un acaudalado empresario sin escrúpulos transformado en una máquina de hacer dinero constante y poseedor de una gran belleza por mujer. La moraleja la conocemos todos de sobra gracias a obras de similar calibre artístico, véase: “Scarface” o alguna que otra producción del mismo Scorsese. Materialismo puro y duro, infidelidades, drogadicción y vicio, descuido total de la familia y demás acciones moralmente dañinas son la gran denuncia. Si muy visto lo sé,  pero gracias al buen hacer de Scorsese & co. se les sabe sacar un gran partido irónico a los hechos y hacer de las desgracias familiares, adicciones, fraudes, orgías y demás un auténtico divertimento, un desmadre cinematográfico rodado con nervio y visualmente con una potencia equivalente a la de cualquier F1 de equipo oficial. Hablando de nervio, Leonardo DiCaprio, el incombustible actor no se cansa de dejar claro que es uno de los trabajadores que más en forma se encuentra en el Hollywood actual y con “El lobo de Wall Street” no hace sino dejar más clara si se puede esta afirmación y le hace merecedor de un  premio Oscar ¡Ya! La fuerza interpretativa y la excesiva improvisación que implanta en la cinta el californiano es un reflejo perfecto del abuso que en su día llevo el personaje que se desempapela en esta función, Jordan Belfort. Basada en hechos reales y siendo un guión adaptado de una novela autobiográfica escrita evidentemente por el mismo Jordan Belfort es de agradecer que el film haya tirado por los derroteros de la comedia y sátira mas desorbitada sin darle la espalda al éxito taquillero con el que desde un principio se contaba para la película. ¿Exagerada? Para nada, muestra las consecuencias del exceso de forma magistral pero el que piense que esta es una película exagerada siento decirle que no sabe disfrutar del buen cine. Por ponerle un pero, se me hizo especialmente molesta la frenada que pega el metraje a más o menos una media hora del final de la cinta. Una estancada en seco, llevada a cabo con el freno de mano y que te deja una sensación agridulce y tosca, es posible que fuera lo que tocaba, lo que la historia pedía, pero jo, yo ya había cogido esa dinámica de despelote y descontrol que tanto me entusiasmaba y es como si  me hubiera quitado la piruleta a medio terminar. Hay un amago en el que parece que todo volverá de nuevo al caos y a la gloria cinematográfica que anteriormente se nos narraba, pero mero espejismo. Supongo que así son las historias reales, no todo puede brillar para siempre, como la fortuna del señor Belfort. Aunque ignoro si la historia es del todo verídica, como por ejemplo el naufragio del barco en el que se encontraba el señor DiCaprio, aunque supongo que esto ya no le sorprenderá a nadie… Tampoco acaba de explicarse con total claridad cuáles son las artimañas ilegales llevabas a cabo por los protagonistas para ser perseguidos tan implacablemente por los miembros del siempre molesto F.B.I. pero lo que también es cierto es que cuando todo termina te quedas con la sensación de “¿Y qué? No necesito saberlo”. No me puedo marchar sin hacer una mención especial a Jonah Hill interpretando ejemplarmente al orondo amigo de Belfort que le ha seguido desde sus inicios, ambos salieron juntos del cascarón en el negocio que más tarde los haría multimillonarios. Ese papel, ese personaje le da fuerza y alas a la cinta cuando está más lo necesita, el secundario perfecto. Tal vez unos pasos por detrás de Quint en “Tiburón” eso sí… En definitiva una recomendabilísima cinta basada en hechos reales, de lo mejor que ha salido de la mano de Mr. Scorsese, y que nadie debería perderse. Tres horas invertidas en aprendizaje, buen gusto, locura cinematográfica placentera y sobre todo divertimento sin límites.

97- El Crack.




- Título original: El Crack.

- Dirección. José Luis Garci.

- Guión: Roger Waters

- Intérpretes: Alfredo Landa, María Casanova, José Bódalo, Manuel Tejada, Miguel Rellán, Manuel Lozano, Raúl Fraire.

- Año: 1981.

- Duración: 119 minutos.

- ¿De qué va la película?

Areta, un perro viejo de la policía, ahora investigador privado, investiga el caso de una chica desaparecida. Lo que a simple vista parece un caso rutinario desembocará en el caso de su vida.

- También conocida por...

La de el Garci y el Landa.
El cateto a babor se hace poli.
¿Esta no es "Vente para Alemania Pepe"?
Otro duerme culos del Garci.


Un profesor que tuve en bachillerato, un día casi a final de curso, en medio de una discusión que tuvimos sobre cine (y que derivó a ¿qué Transformer era el mejor?) llegó a decirnos que el mejor director que ha tenido, tiene y tendrá este país es José Luis Garci. Anteriormente habían salido los nombres de de la Iglesia, Barlagueró, Plaza, Amenabar y demás directores actuales, así que oír el nombre de Garci en esta lista, un director más "para viejos", nos resultó raro, así que le preguntamos el por qué de su elección. El profesor, antes que darnos un sermón sobre las virtudes del director Madrileño, nos dijo que simplemente echáramos un ojo a "El Crack" y a "El Crack 2" y sabríamos el motivo. Nada más. La conversación siguió su curso hasta que sonó el timbre que anunciaba el fin de las clases ese día, además de dar como ganador a Starscream. Si dijese que nada más llegar a casa fui directamente en busca de las películas protagonizadas por Alfredo Landa mentiría. Lo cierto es que por aquel entonces ni las tenía en mi colección. No sería hasta años después, en uno de esos días en los que andaba buscando DVDs interesantes/baratos por esas magníficas tiendas de compra-venta del centro de Madrid, cuando encontré una versión en DVD de la primera película. Además de las ganas de verlas, se sumó el factor de que valiese un euro con cincuenta, así que sin dudar fue directamente para la bolsa. Ya en casa puse en el reproductor el DVD, di al play. Mientras veía las desventuras del detective Areta recordé las palabras de "El Fonseca", que así se llama el profesor.
Y eso que sólo había visto la primera.
Fuera ya de todo esto (mi vida no es tan interesante), la película es un ejemplo claro de cine negro visto desde el filtro patrio. Es decir: el clásico personaje duro, con un caso intrincado que al principio no parecían tanto, y que ha de demostrar lo que valen para así poder salvar el pellejo. Todos los clichés, guiños, lugares comunes, personajes y situaciones los encontraréis aquí, con la salvedad que están manejados con maestría por un Garci al que reivindiqué desde el momento en el que terminé de ver la película. Con esto digo que sea el mejor director español, eso todavía no lo veo, pero sí puedo decir que la ¿industria? ha maltratado en exceso su cine por motivos puramente ideológicos, y a veces ni por eso. Una injusticia a todas luces, sobretodo cuando este hombre tiene varios peliculones en su haber, y que por desgracia la mayoría han quedado olvidados. 
¡Que este hombre tiene un Oscar, por Diox!
Volviendo a "El Crack", la película tiene unos momentos magistrales que van desde la tensión más directa, como ese comienzo en el bar de carretera, o las escenas emotivas en las que se desarrollan los personajes, como son los momentos con la niña (y que derramaréis una lagrimilla de paso). Apoyado todo en unos intérpretes que, pese a tener unos roles manidos a más no poder, logran sacar petróleo con  tan sólo un par de escenas, en las que destacan un Alfredo Landa pletórico, y que calló más de una boca en su momento con su interpretaciones, acompañado de unos grandes como José Bódalo y Manuel Tejada. 
Su segunda parte, que pude ver en televisión hace un par de años, pese a ser menos interesante que su predecesora tiene varios detalles que la hacen merecedora de un visionado, y ya os aviso que es mejor en un pase doble con la primera.
Ya para finalizar, queda decir que seas o no seas fan del director, debes ver esta película, al menos para saber de la existencia de un director como la copa de un pino llamado José Luis Garci.

- Si te gustó esta te gustará...

"El Crack 2" (1983, José Luis Garci).

¿Por qué ya no funciona el terror?


Alentado por el amiguete Daniel, autor del anterior post que debéis leer sí o sí, cambio de tercio tras una temporada dedicándola exclusivamente a las críticas de cine, y vuelvo nuevamente a escribir estas reflexiones que no me dejan pegar ojo durante las noches. Bueno, en realidad duermo como un bebé al que le han dado valium, pero sí quiero volver a los orígenes de la página, y que mejor manera de volver que de la mano de mi género favorito.
Si amiguitos, de nuevo voy a hablar del terror. Ese género tan nuestro que nos hace conmovernos, cabrearnos, emocionarnos, entusiasmarnos, aburrirnos y aterrorizarnos, aunque he de decir que ese último objetivo últimamente no lo consiguen muchas películas, por no decir ninguna.
Pese a que hoy en día se emplean todos los giros de guión habidos y por haber, todas las escenas de tensión, los golpes de sonido que te perforan los tímpanos, mala baba en sus escenas, o incluso su nivel de truculencia llega a tal nivel que harían vomitar a un cerdo, contemplamos sin apenas inmutarnos esta clase de películas como si se tratasen de un divertimento más, y no el acto de masoquismo que se presupone que es. Por desgracia, ya quitando que se ha rebajado bastante el nivel de crudeza (sólo hace falta ver algunos remakes que se facturan y compararlos con el original), los espectadores que a día de hoy ven esta clase de películas están curtidos tras años de constantes burradas que han desfilado en continuo tras la pantalla.
Es decir, algo que que antes hubieran hecho cagarse en la butaca a media platea, ahora directamente nos aburriría.
Bueno, esta terror terror...pero como mola la portada

Pero, ¿a qué se debe esto?
Es cierto que en esta llamada "Era de la (des)información" estamos siendo continuamente bombardeados por imágenes que, por decirlo suavemente,  superan de ancho a las que solemos ver en la ficción. Si no os lo creéis, por favor, os animo a poner el telediario/programa de Telecinco y veréis lo que es canela, aunque si indagamos más, esto no acaba de justificar (en parte) que en en algunos casos, no es raro ver que en una película dónde un asesino masacra, en el gráfico sentido de la palabra, a una panda de adolescentes, este llegue a provocar la risa colectiva entre los espectadores.
Entonces, ¿es cierto que nos hemos vuelto insensibles película tras película, hasta el punto de ser capaces hasta reírnos de las burradas que ocurren en la pantalla? Esa pregunta podría ser afirmativa si se ve en un primer momento, pero no, yo opino que la verdadera raíz de esta historia viene de lejos. Durante el ya lejano boom que se produjo en el género durante los años ochenta, concretamente, con las secuelas de "Pesadilla en Elm Street" (Wes Craven, 1984), "Pesadilla en Elm Street: La venganza de Freddy (Jack Sholder 1985), y lo que aconteció con la figura de su verdadero protagonista.
El icónico Freddy Krueger.


"Welcome to primetime, bitch!"

Instaurado ya en el imaginario colectivo, el matarife de la calle Elm adquiere en la tercera entrega de sus correrías una nueva personalidad. Más ácido, cínico, con instantes de puro humor (humor negro eso sí), además, poco a poco sabíamos de su vida previa a convertirse en el monstruo que era ahora, así que de este "nuevo" Freddy poco queda de la amenaza que era en las primeras entregas; seguía siendo un asesino cruel y despiadado, sin duda, pero definieron su personalidad en tal grado, que su sola presencia era carismática. Este carisma traspasó la pantalla, e hizo que a los espectadores les empezase a caer bien este "cara de pizza" con jersey, llegando incluso al punto de querer que se cepillase a esos niñatos/carnaza y que ganase de una vez él.
Las otras productoras, que no son tontas del todo, vieron el filón comercial que supone la estrategia de convertir al asesino de marras en un personaje más complejo y desarrollarlo, o incluso de llevarlo al terreno de la comedia negra. Las salas se llenaban porque, en mayor o menor medida, los espectadores podían identificarse con el propio asesino. Ya no se buscaban más sustos elaborados, únicamente los necesarios, y ya no existía una atmósfera sobrecogedora que hiciese entrar al espectador en materia, ahora se reclamaban más entregas en las que se explotase la figura del psicokiller. Así que ni cortos ni perezosos, las cabezas pensantes de los estudios se pusieron manos a la obra y comenzaron a "probar", lo aprendido con Freddy en otras sagas del género, como son "Viernes 13", "Halloween", "Re-Animator", "Evil Dead" o "El muñeco diabólico".  El problema que causó esta tendencia fue que a estos "monstruos" modernos se les empezó a conocer bien, incluso llegábamos a saber de su pasado en algunos casos, dejando de intentar que estos diesen un miedo de verdad, y ya sólo contase el número de cadáveres. Esto acabó por hacer que el género entrase en un estancamiento de tal magnitud que a día de hoy aún seguimos notando sus secuelas. 
El caso es que esto ya pasó en su día con los monstruos de la Universal, a pequeña escala eso sí,cuando al productor de marras vio que estaban gastados y se las ingenió para juntarles con Abbott y Costello y así se pudo seguir explotándolos desde otro terreno, lo mismo que aquí, sólo que ahora es menos obvio, puesto que a esta situación nos hemos ido acostumbrando.
Claro está que aún quedan honrosas excepciones que salen del saco en ocasiones. Si no ahí tenemos a James Wan que aún conserva ese don para hacer que se nos escape un grito, o incluso la nueva hornada de directores de terror estadounidense, como Ti West y con la saga "V/HS" como bandera, que intentan recuperar ese aire de terror clásico y primigenio, en el que sí se sabe explotar la tensión del espectador, y que no intentan asustarnos constantemente con un golpe de sonido o el desmembramiento de un pobre gilipollas random.

Cuanto menos se sabe de algo más miedo te da, esto es así, y hasta que esta frase no vuelva a sonar entre los autores del género, pues tendremos lo mismo sólo que contado de manera diferente.

El noble arte de vender la moto. Hoy: Deus Ex.

      Hacía tiempo que no comentábamos nada acerca del producto audiovisual más presente en nuestras vidas, nos guste o no: Las campañas publicitarías. Las hay buenas, las hay malas, las hay peores (no te escondas, Pablo Berguer), y las hay treméndamente imaginativas e impactantes como lo fue la de "Deus Ex: Human Revolution".

      Allá por el 2011 se propago un vídeo viral que nos pilló totalmente desprevenidos a freakis y profanos. Consistía en el anuncio de una empresa, Sarif Industries, que, al parecer, se dedica a vender implantes biónicos incluso mejores que los órganos originales.

      Nuestro sentido común nos gritaba que era un simpático fake que nos animaba a soñar con un mundo tantas veces descrito en la syfy. Pero este sentido común se empezaba a arrugar cual escroto expuesto a la brisa invernal al llegar, unas semanas después, otro spot con las declaraciones de los implantados del clip anterior.


      Ya, muertos de curiosidad, es cuando buscamos la web de Sarifhttp://www.sarifindustries.com/ (meteros a investigar un poco que mola bastante), para descubrir que, al parecer, está hackeada y nos salta un tercer clip de esta campaña.


      Impresionante vídeo que te pone los pelos de picos pardo sin hacer spolier. Más de un creador de tráilers (como coño se llama esta gente? Trailercut? Trailer-operator? Trailerman?) podría aprender. Ya, con la certeza de que se trata de algún tipo de obra audiovisual, nos enteramos de que la moto que nos querían vender es el videojuego "Deus Ex: Human Revolution". Obra cyberpunk que ahonda, justamente, en el impacto que esta clase de tecnología podría causar en la sociedad.

      No podíamos despedirnos sin colgar otros dos clips de esta gran campaña:

      Otro vídeo de imagen real notable aunque no tan creíble ni cercano como los anteriores (lo siento, no lo encontré en castellano)



      Y el tráiler oficial con un montaje a la vieja usanza y las cinemáticas propias de este tipo de producto. Mención especial para ese primer minuto y medio donde comparan los implantes con las alas de Ícaro dentro de un cuadro renacentista. Un puto aplauso.



      Por cierto, estad atentos a este 2014, Mcflys, que al parecer este "Deus Ex" podría tener adaptación cinematográfica debido a la buena acogida que tuvo el videojuego y la profundidad de su trama. Mas, sabiendo que al timón han puesto a Scott Derrickson ("Ultimátum a la Tierra") y que a los guionistas les han dado "total libertad para escribir la historia dentro del mundo de la obra", auguro una mierda de proporciones tales, que nos dolerá el esfínter solo imaginando como pudo ser traída al mundo. Engordando así la lista, más que nutrida, de adaptaciones que jamas debieron ser hechas...

      P.D.: Con esta campaña publicitaria no dude en "comprar" este juego en cuanto me fue posible. Y he de decir que es muy recomendable para todo aquel que le guste los FPS mezclado con rol en los que haya que tomarse su tiempo para sacarle el jugo y disfrutar de una trama enreversada en vez del mata-mutila-quema típico. totalmente imprescindible si, además, te mola el royo cyberpunk.