En esta nueva
década el slasher ha muerto. Ya no
hay películas en las cuales hay un asesino al cual hay que desenmascarar
mientras los actores van muriendo en un trasunto de “Diez negritos”. Las películas de monstruos dentro del terror también
han muerto. Ya no hay cintas –que den miedo- con tiburones, cocodrilos,
dinosaurios… ahora todo es referencial y motivo de cachondeo. Lo que ahora
prima en el cine de terror es el found
foutage, o metraje encontrado.
Y, ¿Cuáles son
las razones para que ahora 8 de cada 10 películas de terror sean de metraje
encontrado? La primera, es una razón
económica. Es mucho más barato hacer un Paranormal Entity que una Pesadilla en
Elm Street. Para hacer la primera necesitas un par de cámaras, una localización
y un grupo de actores –cuanto más desconocidos mejor- que hagan algo delante de
las cámaras. Mientras que para el
segundo necesitas muchas localizaciones, actores con más registros y un diseño
de producción mucho más costoso. La segunda razón, sería la distribución. Por
un lado, una película de terror de presupuesto amplio como “La
noche de las bestias”, pinta mejor en una pantalla grande que en una
televisión en el salón de casa. Pero un found
foutage, al ser un film en un formato digital y que no tiene porque tener
una calidad visual superior, puede cumplir su función de asustar al ser visto
en DVD o pase televisivo. Debido a esto, la distribución en formato domestico
–DVD, Blu-Ray, PPV…- puede aportar generosos beneficios. Y la tercera razón, la
podríamos calificar de cultural. A día de hoy los monstruos no dan miedo,
tampoco los asesinos enmascarados. Somos hijos de nuestro tiempo, y hoy día
todo el mundo tiene a su alcance teléfonos móviles que pueden grabar,
ordenadores con videocámara… y esto hace que estemos más expuestos a ser
grabados. Y por ello empatizamos con esas personas normales que protagonizan
los found footages y que podríamos
ser nosotros mismos envueltos en una situación extraordinaria que rompe la cotidianidad
que caracterizan las cintas de metraje encontrado.
El problema
viene, cuando el género se pervierte –cosa que no es nueva, ya pasó a mediado
de los 80 o finales de los 90 con el slasher,
pero las gafas de la nostalgia no nos dejan ver el bosque- y productores sin escrúpulos
ven que con un presupuesto minúsculo, un tráiler con las mejores escenas y un
poster currado pueden sacar un alto rendimiento; aunque en el fondo la película
en cuestión sea una mierda pinchada en un palo, como muchas veces ocurre. Por
eso desde fines de la década de 2000, he sufrido títulos atroces como “The borderlands”, “Apollo 18”, “Unaware” o “Devil´s Pass”. Aunque no todo es malo,
ya que también he podido pasar grandes momentos, ya sean de terror “Paranormal Activity”, acción “Chronicle” o tensión “Cloverfield”.
Dentro de esta
sección trataré un poco de historia de este género que parece nuevo pero lleva
tiempo dando guerra y películas englobadas en el metraje encontrado –aunque la
mayoría que trataré serán en el plano del suspense/terror-, y por supuesto
aparecerán alabanzas para las que a mi parecer lo merecen, y el mayor de los
desprecios para aquellas mierdas que osen entrar en mi reproductor de DVD sin
ser invitadas.