Si algo funciona no lo cambies; mejóralo.
La historia continúa un día después de donde la dejamos en la primera entrega, con Tree (Jessica Rothe) viviendo por fin la vida que quiere junto a Carter (Israel Broussard) sin la preocupación de repetir una y otra y otra vez el mismo día...hasta que el compañero de piso de Carter, Ryan (Phi Vu) es asesinado por, sí, lo habéis adivinado, un matarife ataviado con la desde ya icónica máscara de bebé, haciendo que vuelva a repetirse el ciclo de muertes y resurrecciones.
Quién iba a pensar que en esta etapa de los dos miles la empresa ama y señora del género de terror sería la Blum House. Una productora que nos ha acabado dando más alegrías (Oculus) que tristezas (saga La purga), sabiendo resucitar los clásicos del slasher (La noche de Halloween), revitalizado al psicokiller (Creep) y que allá por el ya lejano 2006 decidió apostar por una cinta de bajo, bajísimo presupuesto rodada cámara en mano llamada Paranormal Activity. El mega éxito dirigido por un novato Oren Peli que dejó patas arriba al género y que con el tiempo se harían hasta siete secuelas, precisamente una de ellas, Los Señalados - spinoff latino que ha acabado siendo las mejores consideradas tanto por parte de crítica como por el público - dirigida por el director de la película que hoy nos atañe, Christopher Landon.
Landon - hijo del recordado Michael Landon - es un viejo conocido para los fans del horror; autor de los libretos de Disturbia o de casi toda la saga de Paranormal Activity a excepción de la primera y última entrega, y director de las geniales Zombie Camp o la primera Feliz día de tu muerte, con que al parecer quedó algo descontento Scott Lobdell, el autor del libreto, quien había preparado algo más macabro en cuanto a las muertes de Tree además de un enfoque más oscuro donde finalmente se acababa explicando el motivo del bucle temporal. El (sorprendente) éxito de esta película hizo que la Blum House decidiera poner lo antes posible en marcha una secuela contratando nuevamente a Landon aunque esta vez sin Lobdell por problemas de agenda.
Sin Lobdell ahora en las labores de guión y ocupando el puesto Landon, quien todo sea dicho rescata varios elementos descartados del primer libreto, se decide que la trama debe tender más hacia la comedia y a la ciencia ficción que al terror propiamente dicho, homenajeando de paso a cierta película que su protagonista da nombre a este blog. Esto que podría llegar a ser un problema dado el material que tenemos entre manos, logra salvarse el conjunto gracias sobre todo a la bis cómica de la inmensa Jessica Rothe - la muertes del cortárboles y del paracaidismo son para enmarcar -, el giro que mete la historia a media hora de metraje (y que te hace ver por dónde irán los tiros en una más que posible tercera entrega) por no hablar del balance entre estos géneros, aunque lo dicho, tal y como pasaba con la primera entrega no esperéis una cinta de terror repleta de jump scares y sí una comedia de terror de la que bien podemos pasar por alto sus pequeños fallos argumentales (sí, las heridas internas de Tree vuelven a hacer acto de presencia aún sabiéndolo ella).
Como fue la primera, una película de alta diversión y cero pretensiones. Si una película de terror actual merece tener una ristra de secuelas es esta. Nosotros tan contentos viendo morir a Tree una y otra y otra y otra vez.
Landon - hijo del recordado Michael Landon - es un viejo conocido para los fans del horror; autor de los libretos de Disturbia o de casi toda la saga de Paranormal Activity a excepción de la primera y última entrega, y director de las geniales Zombie Camp o la primera Feliz día de tu muerte, con que al parecer quedó algo descontento Scott Lobdell, el autor del libreto, quien había preparado algo más macabro en cuanto a las muertes de Tree además de un enfoque más oscuro donde finalmente se acababa explicando el motivo del bucle temporal. El (sorprendente) éxito de esta película hizo que la Blum House decidiera poner lo antes posible en marcha una secuela contratando nuevamente a Landon aunque esta vez sin Lobdell por problemas de agenda.
Sin Lobdell ahora en las labores de guión y ocupando el puesto Landon, quien todo sea dicho rescata varios elementos descartados del primer libreto, se decide que la trama debe tender más hacia la comedia y a la ciencia ficción que al terror propiamente dicho, homenajeando de paso a cierta película que su protagonista da nombre a este blog. Esto que podría llegar a ser un problema dado el material que tenemos entre manos, logra salvarse el conjunto gracias sobre todo a la bis cómica de la inmensa Jessica Rothe - la muertes del cortárboles y del paracaidismo son para enmarcar -, el giro que mete la historia a media hora de metraje (y que te hace ver por dónde irán los tiros en una más que posible tercera entrega) por no hablar del balance entre estos géneros, aunque lo dicho, tal y como pasaba con la primera entrega no esperéis una cinta de terror repleta de jump scares y sí una comedia de terror de la que bien podemos pasar por alto sus pequeños fallos argumentales (sí, las heridas internas de Tree vuelven a hacer acto de presencia aún sabiéndolo ella).
Como fue la primera, una película de alta diversión y cero pretensiones. Si una película de terror actual merece tener una ristra de secuelas es esta. Nosotros tan contentos viendo morir a Tree una y otra y otra y otra vez.