El (in) noble ejercicio de la spoof movie.
No seré quien se queje de una comedia que ataca directamente y sin filtro alguno a la (infra) prensa del corazón, al clero e incluso la tauromaquia, además, sobra decir que la película es técnicamente perfecta, con un trabajo durísimo al rodar por su empleo de la técnica del clay motion, pero a la vista está del material que podrían haber hecho lo mismo en un corto y la cosa hubiese salido mucho mejor.
Una pena ver que la mayoría de chistes apelan al guiño nada sutil (y repetitivo) al género de terror y variantes que van desde la consabida escena de El exorcista, pasando por La profecía, Indiana Jones y la última cruzada, La ciudad no es para mí (esa pseudo Gracita Morales hace mucho daño) ¡Hasta podemos ver los huevos (añádase coña aquí) de Alien! El resto, apenas tiene gracia dado a que los chistes están alargados a más no poder. Sirva de ejemplo el final, donde, en un giro loco de los acontecimientos, la protagonista viaja al infierno y acaba retando a un duelo de taconeo al mismísimo Diablo. Pues bien, algo a priori tan gracioso - ver taconenado al Príncipe de las Tinieblas siempre tiene su aquél - va perdiendo la gracia ya que la escena se estira más de diez minutazos.
Aún así, Pos eso contiene momentos de gran imaginería visual que quedan complementados por pura y dura comedia física, como son la muerte del padre torero o la masacre de los tertulianos, los cuales funcionan porque están justos de medida y de ritmo, por no decir que ver a un personaje pegándose trompazos siempre es divertido de ver.
El elenco de voces reunidos para la ocasión es bastante notable, con un Josema Yuste y una Anabel Alonso bastante atinados ambos, pero lo dicho, sin apenas gracia en sus líneas. Se da la macabra circunstancia que fue la última película de Maribi Bilbao y de Álex Angulo. Una auténtica pena.
No digo que Pos eso sea terrible, simplemente que una película que posee un apartado técnico tan acojonante bien podían haber cuidado la historia.