IP Man

Podría retrotraer la figura del legendario Bruce Lee para hacer esta crítica. Copiar la parte de la Wikipedia con su nombre que habla sobre los inicios en la escuela del Maestro Wing Chun o Yip Man, pero como es algo que podría hacer vosotros con sólo un click, pues me centraré en la película y ya está, que aquí no estamos para dar clases de historia.
La película de forma resumida podría ser la clásica historia de torneos situado en una época de grandes dificultades, en este caso la ocupación de China por parte de Japón, pero eso sería limitar demasiado lo que nos intenta contar Yip Wai Shun con este "biopic" no muy al uso. Vale, la historia no se ahorra en sobradas del tipo "el protagonista contra doce personas" o "las balas no me hacen daño", pero acabas por aceptarlas dado que, aparte de estar bien integradas, el protagonista es un titán que podría hacer eso y más si le dejaran. Ah, y hablando ya del protagonista, una mención para Donnie Yen, que aparte de hacer y ejecutar él mismo las coreografías de la peleas (todas increíbles) logra con su interpretación un equilibro perfecto entre el ser humano y el mito, y tanto destaca en sus escenas de pelea como en las íntimas. Escenas como la pelea contra cuatro japoneses a los que luego se suman diez, la victoria del protagonista y la recogida por parte de este del saco de arroz manchado de sangre, es un ejemplo claro de dicho equilibrio.
Las escenas de pelea como digo son de una calidad impresionante, con unas impecables coreografías hechas por Yen y que no escatiman en golpes duros o hemoglobina, dependiendo del caso, como en la pelea del final contra el General japonés. Cierto es que ha muchos puristas no les ha gustado mucho el uso y abuso de cables en dichas escenas, en vez de decantarse por algo de mayor esfuerzo físico por parte de los actores. En fin, en mi opinión allá cada uno, pero tampoco hay que pedirle demasiado a una película que ya ofrece mucho.
La película está bien diferenciada en dos partes: la primera nos habla de la vida del Maestro Ip, con sus problemas familiares incluidos, y la segunda de la ocupación japonesa y todo lo que deriva de ella. Ambas partes no son contadas de diferente forma, tanto en tono como en desarrollo. Si en la primera parte era un ambiente más festivo, plagado de peleas, enemigos caricaturescos y unas localizaciones más luminosas, la segunda parte opta por mostrar la transformación de la China ocupada, volviéndose un sitio más sombrío, en donde la miseria campa a sus anchas por culpa de unos enemigos más crueles y peligrosos.
En los fallos más destacables podría hablar que hay momentos en el guión que no me casan demasiado con el tono que le habían dado desde el inicio, como esa escena en la que tras un combate uno de los personajes principales muere o el final, demasiado abrupto y apresurado, dejando la puerta abierta de par en par a una segunda parte.
En resumen, una gran película que debería de ver tanto la gente que le guste las arte marciales como los que busquen una buena historia. Los disfrutarán igual por igual.

Nota: 9

The Deaths of Ian Stone

Hace un tiempo, exactamente cuando se anunció la segunda parte de "Monstruos S.A.", pude volver a ver la primera parte de los monstruos de Pixar, y creerme si os digo que sigue siendo una experiencia la mar de estimulante además de una mas que recomendable vuelta a la infancia que tan lejos queda ya, y que ahora muchos infructuosamente quieren repetir. Un retorno en nuestras vidas, en cierto modo, a una etapa en la que todo era mucho más fácil...pero se nos olvidan muchas cosas, y es que, usando el ejemplo de la citada Monstruos S.A., la infancia es tanto una etapa de alegrías como de miedos, en la que "algo" que no podíamos ver (pero sentíamos) habitaba en los rincones oscuros de nuestra casa y que vivía única y exclusivamente para asustarnos.
Así que ya sabéis, la próxima vez que veáis la película protagonizada por los simpáticos Suley y Mike recordad que en realidad es una película de terror camuflada de comedia.

Vuestra infancia se va a la mierda en tres, dos, uno...

Dejando de lado a la película de Pixar, aunque no del todo, ayer pude ver la coproducción inglesa y norteamericana del año dos mil siete, y que para desgracia nuestra no tuvo distribución en España (que raro), pero que gracias al Artistic Metropol pudimos ver en pantalla grande, llamada "The Deaths of Ian Stone". Dirigida por  Dario Piana, que aparte de su apellido lo único destacable de su filmografía es Jóvenes Ocultos 3, y protagonizada por Mike Volgel ("La Matanza de Texas") y Christina Cole ("Casino Royale"), la película nos plantea las constantes muertes del protagonista en sus diversas vidas. Desde ser un joven jugador de Hokey que es atacado por una extraña figura, pasando por un oficinista inglés asediado o un yonki, nuestro protagonista tiene que esclarecer el ¿quién le hace esto? y más concretamente ¿por qué a él?
La verdad que es un punto de partida maravilloso y original, en el que, volviendo al primer párrafo, vemos a Ian volver una y otra vez de la muerte (comenzar de nuevo), siendo asediado y finalmente asesinado por esas figuras que se ocultan en la penumbra, como si de un castigo perpetuo se tratase. Por desgracia a mitad de película la trama se deshincha, dejando ese terror a la oscuridad/lo desconocido en una mera anécdota diluida entre demasiada explicación vacía, representada en las escenas que aparece Miachael Fest y que aportan mas aburrimiento que otra cosa, por no hablar de su predecible final a lo "Mortal Kombat" entre los dos bichos. Lo mas triste de todo es que los protagonistas no lo hacen mal y le ponen ganas al asunto, incluso la dirección de Pina es muy buena, haciendo referencias incluso a la mítica "La escalera de Jacob", pero que no termina de funcionar por un guión demasiado centrado en no pasarse de la raya y seguir el camino marcado por tantas (ejem...Crepúsculo) otras del montón.

Nota: 5

El rincón Misingno: Dos tipos duros.

El pasado lunes tuve el honor de conocer en persona al director Juan Martínez Moreno en mi amada Fnac de Callao. El hombre al principio se mostró algo confuso, según él no está acostumbrado a que un fan le reconociera o, aún más, le pida un autógrafo, aunque enseguida le conté que había ido a ver el preestreno de "Lobos de Arga" en el Scifi del año pasado y por ello le reconocía. Ya un poco más cómodo al hacerle saber que no era de esos fans sacados del libro Misery, Moreno quiso saber qué película suya era la que más me había gustado...y me quedé totalmente en blanco. La verdad que fue a pillar con esa pregunta, a lo mejor porque creía que sólo habría visto la de "Lobos de Arga", pero nada más fuera de la realidad. En verdad es que había dos en su filmografía que me parecían buenas mientras que las otras digamos que me parecen "flojas", por no decir que no las terminé de ver por lo aburridas que eran. Por fin alcancé a decirle que sin lugar a dudas, su mejor película para mí siempre será "Dos tipos duros" porque me descubrió que en España se podría hacer cine de acción y cachondeo a excepción de Torrente (suerte que no estaba por allí Santiago Segura, que si no me capa). Poco después nos tuvimos que despedir y tras su marcha me quedé pensado,"¿desde hace cuanto no veo la de Dos tipos duros?". ¿Un año?, ¿dos, puede que tres? o ¿seguirá siendo divertida?. Tras un rato largo en el que estuve dándole al runrú, la voz de una señorita me informó que la Fnac cerraría en veinte minutos. Sacado ya de mi pompa dirigí raudo y veloz mis pasos a la zona de los DVD del género español (toma ya), encontrando a un precio tirado una copia de la película, así que ni corto ni perezoso, mas dos películas que vi, me dirigí a la caja para pagar y salir cargando leches a casa. Ya allí me puse la película que me había intrigado hará una hora y media, haciendo que la respuesta a si seguiría siendo divertida fuese un sí rotundo. En serio, no me reía tanto con una película desde hace mucho, y eso que voy al Metropol a lo del club casi todos los fines de semana.
Centrándome en la película, decir que sigue resultando increíble que una película en teoría "menor" consiga esos momentazos. Para muestra ahí está ese inicio con la tortura a Jacinto Casar, el secuestro improvisado a Rosa María Sardá o el asalto final al Puticlub por parte de los dos protagonistas (sublimes Antonio Resines y Jordi Vilches), en el que vuelan balas y chascarrillos a un ritmo de infarto, ¡e incluso hay un baile en barra! Muy grande.
Hombre, si hay algo malo que destacar en el film, se podría señalar que algunos momentos están menos inspirados que otros, en especial al poco gracejo que tienen los instantes en los que aparece Elena Anaya, aunque se salva la media mamada que le hace al personaje de Vilches y porque está tremenda. Por otro lado deberían de haber dado más tiempo en pantalla los sicarios gayer interpretados por Pedro Beitia y Fele Martínez y al gran Manuel Alexandre, pero supongo que eso sería ya pedir demasiado a una película que ya ofrece bastante.
En fin, espero que la próxima vez, si la hay, en la que coincida con Juan Martínez Moreno, en vez de quedarme en blanco, le preguntaré muchas cosas acerca de Lobos de Arga, aunque ya si eso será en otro momento...y en otro post.

Retrocrítica: Reanimator.

Me gusta pensar que esta película fue una de las causantes de que cuando era pequeño soñase esas cosas tan "terribles" que hacían despertarme entre lloros. La verdad que si hubiese un causante directo de tales pesadillas ese sería Freddy y su mano con garras afiladas, pero también el Dr. Herbert West, o mejor dicho la interpretación de Jeffrey Combs, hizo que más de una noche acábase durmiendo con la luz encendida, además de no poder volver a ver este film hasta pasados unos años, diez para se exactos. 
Tras esos años de secano reanimador, con motivo del estreno de la mierdera tercera parte de la saga, de la que hablaré otro día, me puse a revisar las dos primeras películas. Cual fue mi sorpresa el redescubrir esa joya del humor negro como el carbón que es la primera parte, mientras que con la segunda ocurrió que no pude terminar de verla por el sueño que tenía y porque mira que es mala "La novia de Reanimator".

El otro día pude volver a ver la primera parte de la saga, con el plus de verla en pantalla grande y rodeado de un público entregado. Una gozada, vamos. 
¿Qué puedo decir de ella? Pues primero recomendarla a todas esas personas que  (mal) hablan de las películas de los setenta y ochenta (especialmente del género de terror) y que siempre destacan sus fallos y carencias, por no hablar del típico sabelotodo que dice la frase lapidaria de "lo mal que ha envejecido la película en cuestión" (sic.). Sinceramente, me encantaría oír a alguien decir que esta película ha envejecido mal, porque le haría como en "La naranjas mecánica" y que la viese de principio a fin sin que pudiese cerrar los ojos. Desde un guión con una estrura sólida como una roca, pese a lo simple que pueda parecer, unos actores sublimes con Jeffrey Combs a la cabeza y unos efectos especiales que a más de uno se le sigue cayendo la baba, destacando la mítica escena de la decapitación del Dr.Hill.
Por desgracia, el director Stuart Gordon no volvió a hacer algo mejor o igual durante su carrera, pese a intentarlo con Form Beyond al año siguiente, pero nos queda el consuelo de pensar que más de un director quisiese tener este pedazo de película en su filmografía.

Mi momento favorito, a parte del "francés" que le práctica el Dr. Hill a la pobre chica, es cuando la pareja protagonista resucita al cadáver del depósito para comprobar la eficacia del suero de West. Un momento de alta tensión que va incrementando a medida que transcurren los minutos y que llega a su cenit con la llegada del decano a la escena, dando como resultado la muerte y posterior "resurrección" del desdichado.

Una gran película que ojalá hayáis visto unas cuantas veces, y si no la habéis visto pues ya tardáis.