A Ghost Story (2017) de David Lowery

Fantasmikos a mí.

Es escuchar A Ghost Story y venirme a la cabeza una tarta.
Así es. 
Una tarta.
Tal cual.
Una tarta enorme de chocolate, de aspecto impecable que empiezas a comer con ganas, pero que poco a poco te va saturando su sabor hasta que finalmente has de dejar de comerla porque si no la vomitarás.
Para mí eso es A Ghost Story.

Una pareja vive feliz y sin apenas problemas en una pequeña casa de la cual se van a mudar dentro de poco, hasta que un fortuito accidente de automóvil acaba con la vida del chico quien acaba convertido en un fantasmiko con sábana y todo. Su paso por el tiempo, inapreciable dada su forma actual, hará que pasado, presente y futuro se entrelacen.

Una de las cosas que más gracia me hizo durante el pasado Festival de Sitges fue un día que al coger el diario del festival leí una critica donde se hablaba de A Gosht Story. Esta alababa la maestría de la dirección, la potencia de sus imágenes...y la magistral interpretación de Casey Affleck, la mejor de su carrera. Espera. ¿¡Qué!? Luego a posteriori vi muchas otras que señalaban lo mismo... A ver. Mira que me cae simpático el pequeño Affleck, pero decir que aquí, en esta película realiza la mejor interpretación de su carrera no sólo sería una mentira sino que demuestra que mucha de la llamada crítica especializada NO ve las películas que reseña: Affleck pasa la mitad del film tapado con una sábana- siendo este el mejor recurso de todo el film -, en silencio, bagando de aquí para allá, haciendo cosas de fantasmas - la mejor escena: el momento Poltergeist con los hispanos - y ya. Vale que los primeros minutos le podemos ver, y la verdad que no lo hace mal (aunque para nada destacable), pero de ahí a decir que sea la mejor interpretación de su carrera es pasarse y mucho. Por otro lado, Rooney Mara lo hace bastante bien, sobretodo en la mentada escena de la tarta donde se pega un atracón, pero lo dicho, tampoco me parece nada sorprendente.

Dirige David Lowery, director, guionista y editor estadounidense quien anteriormente había trabajado con Mara en Un lugar sin ley (2013) y que en 2015 fue contratado por Disney para dirigir el remake de Peter y el dragón, la cual me parece uno de los mejores films de imagen real facturados por la empresa del ratón Mickey hasta la fecha. Por cierto, en A Ghost Story se reutiliza parte de los Fx creados para esta última. Aquí demuestra su estilo pausado y contemplativo, pero en esta ocasión se me antoja más aburrido y falto de material que otra cosa, bordeando por momentos de manera peligrosa la fina línea que separa el minimalismo de la pedantez. Cierto que trata temas interesantes, como son la perpetuidad, el paso del tiempo y el legado que deja uno tras su muerte - la charla pseudo filosófica a mitad de film, aunque ¿quién habla de eso durante una fiesta con tanto alcohol? - pero no sé, quizás si hubiesen estado mejor narrados en vez de irlos lanzando sin ton ni son hubiese entrado más en la historia.

Entre las curiosidades, las más destacables son que la cantante y ocasional actriz Kesha interpreta al fantasma de la casa vecina y que Lowey grabó el film en (un falso) 16 mm ¿Para qué? Pues ni idea.

Como podéis ver la película no me ha emocionado demasiado. Quizás no he comprendido dónde se encuentra esa bella historia de amor que todo el mundo menta o la magnífica metáfora del paso del tiempo, pero con esto no os disuado de verla. Como siempre digo, dadle una oportunidad y echarle un ojo porque seguramente saquéis más de lo que saqué yo.

Feliz día de tu muerte (2017) de Christopher Landon

Feliz, feliz en tu...

Vive. Muere....y vuelve a morir.

Todos coincidimos en que vivimos unos tiempos rarunos en lo que se refiere al cine de terror; las fórmulas se agotan, las historias enganchan cada vez menos, secuelas tardías, muchas películas optan por un menor presupuesto para así sacar mayor rentabilidad dejando la calidad a veces por los suelos y la creatividad de los directores/guionistas están más atadas en corto de lo que llegamos a imaginar. Pero para nuestra suerte, la productora Blumhouse ha sabido dar con la tecla exacta para lograr que al menos haya un empaque de calidad tanto por delante como por detrás de las cámaras, resucitando a viejos iconos del cine de terror (La Noche de Halloween), apostar por las nuevas espadas (Oculus), consiguiendo megaéxitos nivel de taquilla con una facilidad pasmosa y de paso lograr la difícil tarea de colmar las expectativas del siempre “complejo” gran público que demanda su dosis de sangre en taquilla pero que a la vez sirva como un entretenimiento 100% palomitero (en el mejor sentido de la palabra).

Y este es el caso de Feliz día de tu muerte.

Con un comienzo, en teoría, de slasher rutinario conocemos a nuestra protagonista Tree (la en principio odiada y luego amada Jessica Rothe) amaneciendo el día de su cumpleaños tras una noche de borrachera. El problema es que no está en su cama, sino en la del pipiolo Carter (Israel Broussard) quien la acompañó la noche anterior. Rápidamente huye de allí en dirección a su Colegio Mayor topándose en el camino con varias de sus compañeras que la recuerdan una inminente fiesta que habrá por la noche. De camino a la fiesta, Tree se topará con un extraño individuo ataviado con una máscara del equipo local de fútbol americano - una máscara de bebé diseñada por Tony Gardner , quien en los 90 también diseñaría la icónica máscara de la saga Scream - y que la perseguirá hasta finalmente asesinarla...¿o no? Porque nuestra protagonista se despertará de nuevo en la cama de Carter, dudando si lo que ha visto ha sido un mal sueño o la realidad.

Nos encontramos con una cinta que mezcla con bastante ingenio y buen tino el terror y la ciencia ficción con la vista siempre puesta en cierta película de los noventa protagonizada por Bill Murray, la cual es mentada en cierto punto, pero en vez de tener a un fanfarrón presentador de cuarenta tacos tenemos a una pija universitaria de fraternidad a la que un asesino quiere matar. Curiosa mezcla que nunca llega aburrir para nuestra suerte, ya que con cada nuevo deceso de Tree tenemos la oportunidad de ver cómo toma el día de una forma u otra, aportando además de espectáculo visual - las muertes, aunque ligeras de sangre, son muy variadas además de estár bien rodadas - un empaque mayor al conjunto que podía haberse quedado corto.

Dirige Christopher Landon - el hijísimo del recordado Michael - quien a finales de los dos miles se anotase un tanto al escribir mega éxito Disturbia (2007) y que hará unos años dirigiese la mejor entrega de Paranormal Activity: Los Señalados (2014) para encadenar con la divertida Zombie Camp (2015) y que aquí vuelve a demostrar su buen hacer tras la cámara, aunque más comedido en cuanto a nivel de violencia de lo que nos tiene acostumbrados para evitar así la temida calidfR. Cosa lógica por otro lado al tener a Universal detrás, pero bueno, soñar es gratis.

Entre las curiosidades destacar que el guión original de Landon y Scott Lobdell contenía una altísima cantidad de escenas explícitas debido a la cantidad de muertes de Tree a lo largo del film, cosa que se rebajó en una segunda reescritura para evitar la tan espeluznante calificación R, haciendo que Lobdell no acabase muy contento con el resultado final. Otra curiosidad es que durante los primeros pasos de la producción, allá por 2008, la cinta iba a estar producida por Michael Bay e interpretada por...Megan Fox.

Queda decir que, como viene siendo habitual en la Blumhouse, la película fue un absoluto éxito con una recaudación sólo en EE.UU de casi 50 millones de dólares, costando apenas 5 millones de presupuesto. Ahí es nada.

Pese a ser tener una vena más cómica que terrorífica, Feliz día de tu muerte es de las mejores opciones actuales dentro del género y bien seguro que la disfrutaréis de principio a fin.

Top 5: Películas de Halloween para Halloween.

¿Qué esperabais? ¿A Jack Skellington?

Venga ¡que corra la cerveza de calabaza!

Digámoslo así: Ni Navidad ni pollas en vinagre; la mejor festividad del año es Halloween. Adornos, disfraces, mujeres y hombres que pierden toda compostura en pos de beber chupitos de gelatina...¡TODO! es maravilloso la víspera del 1 de noviembre y más aún si eres un fanático del cine de terror como (ejem) yo.
Para este año, a parte de haceros la consabida recomendación de films de terror para esta fecha, quiero recomendar las películas que están ambientadas en Halloween o que tengan esta festividad como parte importante en la trama.

Sin más dilación, he aquí mi Top 5 de Películas de Halloween para Halloween.

5 - La casa de los 1.000 cadáveres (2003) de Rob Zombie con Chad Bannon,  Sid Haig,  William Bassett,  Karen Black,  Bill Moseley, Michael J. Pollard,  Joe Dobbs y Sheri Moon Zombie.
Venga, tocaos fanboys, tocaos...
¿De qué va? Un grupo de viejóvenes se adentran en las profundidades de la América sureña para buscar al asesino en serie Doctor Diablo. Pronto se darán cuenta que el buen  Doctor será el menor de sus males...
Lo mejor: El grupo de maníacos comandados por el ya mítico Capitán Spaulding (Sid Haig), el uso del tempo narrativo que hace gala Zombie (en ocasiones brutal y en otras comedido hasta sacarte de tus casillas) el tramo final dentro del laboratorio y los momentos homenaje a las estrellas del cine de terror.
Lo peor: Zombie en ocasiones peca de añadir todo lo que se le pasó por la cabeza al escribir el guión (cosa nada rara en un primer film) y queda algo sobrecargado su conjunto. Algún que otro personaje secundario fostiable hasta dejarle en el suelo, pero es lo suyo.
¿La recomendaría? Zombie construye su mejor film junto a la secuela de esta, Los Renegados de Diablo (2005), y consigue que nos volvamos a (re) comer las uñas con la tensión que provocan sus escenas rodadas con una mala uva oficio increíble. Para ir abriendo boca, nada mejor.

La sonrisa de la felicidad.
4 - El aprendiz de satanás (2004) de Jeff Lieberman con Alexander Brickel,  Katheryn Winnick,  Stephen Graham,  Amanda Plummer y Wass Stevens.
¿De qué va? Un jovencito fan de Satán (y de Carabanchel) encuentra durante la pedida de caramelos a un hombre que reúne todas las características para ser el mismísimo señor de las tinieblas, máscara incluida. El resto mejor lo veis porque no tiene desperdicio.
Lo mejor: Lo gamberra que es de principio a fin, una maravilla en cuanto a nivel de ambientación y representación de lo que significan esta fiesta allá en los USA y los actores, pese a estar dónde están no lo hacen para nada mal.
Lo peor: No lo peor, pero la factura televisiva le pesa algo, pero no mucho. En cierto momento de cara al final la trama entra en una especie de bucle que por suerte se ve resuelto en su término.
¿La recomendaría? Una de las primeras películas que alquilé en videoclub para ver en Halloween, mostrándome un mundo más allá del cine "convencional"y que sin duda os dejará un buen sabor de boca si optáis por ella. Mala leche en barra muy, muy, pero que muy divertida.

Happy, happy Halloween...
3 - Halloween III: El día de la bruja (1983) de Tommy Lee Wallace con Tom Atkins,  Stacey Nelkin,  Dan O'Herlihy,  Ralph Strait,  Michael Currie, Jadeen Barbor,  Bradley Schachter, y Garn Stephens.
¿De qué va? Una serie de inexplicable crímenes, todos ellos relacionados con la festividad de Halloween (especialmente sus máscaras) hace que el GRAN Tom Atkins vaya a investigar qué ocurre.
Lo mejor: En su momento se vio mal, pero saber apartarse de la saga iniciada por Carpenter fue un acierto, el tono festivo donde es más Halloween que en cualquier otra entrega de la saga, los actores, la dirección de Wallace y sobretodo esa canción y esta BSO.
Lo peor: Algún apunte del guión resulta pelín caótico por incomprensible. Si esperas otra desventura del buen o de Michael lo llevas claro.
¿La recomendaría? No llega al nivel de tensión y sobriedad de la primera entrega, pero tampoco es que lo necesite. Todo en  Halloween III: El día de la bruja es un tren de la ídem perfecto para esta noche en la que las emociones fuertes siempre son necesarias.

2 - Halloween (1978) de John Carpenter con Jamie Lee Curtis, Donald Pleasence, Nancy Loomis, P.J. Soles, Charles Cyphers, Kyle Richards y John Michael Graham.
¿De qué va? De niño, Michale Myers asesinó a su hermana mayor el día de Halloween y años después escapa del manicomio en el que se encuentra para volver a casa por estas entrañables fechas.
Lo mejor: El manejo de la tensión por parte de John Carpenter, el personaje de Myers - de quien sabemos poco y mejor así - siempre acompañado de su máscara de capitán Kirk, Jamie Lee Curtis llegando a ser la Scream Queen de todos los tiempos (sí, lo fue en El tren del terror, pero yatusabe) y un Donal Pleasence por momentos peor que el propio asesino.
Lo peor: Posiblemente ciertas cosas se hayan quedado desfasadas sobretodo a nivel argumental y a nivel de casquería, pero eso ya sería de muy tiquismiquis.
¿La recomendaría? El clásico entre los clásicos de Halloween. Se dice que con ella se inventó el slasher y el concepto del psico killer moderno...cosa que es mentira, pero Carpenter lo hizo también que, coño, casi cuarenta años después te lo llegas a creer.

Recomendable ver acto seguido su segunda parte, llamada por estos lares con el sugerente nombre de ¡Sanguinario!, y que siempre tendrá un hueco en mi corazón.

Ha estado muy reñido, pero no ha podido ser que Carpenter consiguiese el trono de oro (no me matéis fans del autor de Fantasmas de Marte), pero antes de pasar al número uno quisiese recordar a las películas que no han llegado a entrar por diversos motivos. Por si os quedáis con ganas de más:

- Slugs, muerte viscosa (1988) de Juan Piquer Simón. Aportación patria a la lista, aunque ésta tenga de ambientación española lo que yo de lapón, con una Monster Movie de la mano del internacional Juan Piquer Simón. Si bien consigue transmitir la sensación de estar en un pueblecito del medio este norteamericano (Inglaterra en realidad) por contra la sensación de estar en Halloween se disipa según avanza la trama. Con todo resultan muy divertidas las babosas asesinas.

- Halloween, el origen (2007) de Rob Zombie. Sí, lo sé, meter precisamente esta de Zombie hubiese estado mal y me hubiese canjeado más de un capón por parte algún fan, pero lo cierto es que le quedó tan bien que por momentos (preparando para abrir el paraguas anti-hostias) logra apartarse con bastante tino de la original por su hipervitaminada violencia. Incomprendida lógicamente en su momento al igual que su más irregular segunda entrega (2009).

Tales of Halloween (2010) de varios directores. Buen compendio de historias, en las que vemos nombres como el de Darren Lynn Bousman, Neil Marsahall o Lucky McGee. Lo malo es que vemos muchas historias que acaban resultando bastante flojas - sirva de ejemplo la que cierra la cinta es mala por no decir bochernosso - pero sin duda si la veis os alegrará la noche gracias a lo macarra que es y a sus innumerables referencias al cine de terror.

-  The Houses October Built (2014)  de Bobby Roe. Curiosamente esta iba a ser el número cinco del Top, pero finalmente me decanté por La casa de los 1.000 cadáveres. Y es una pena, porque de las "recientes" es la que mejor consigue mantener el tipo en cuanto a nivel de sustos como representación de la festividad de Halloween. Si tenéis tiempo entre tanta película no lamentaréis su visionado. Se prepara una segunda entrega.

All Hallows' Eve (2013) de Damien Leone. Al igual que la anterior, casi se cuela este divertido compendio en la lista. No es para menos, con una historia raíz con el foco puesto en una niñera acosada por un payaso cabrón, el resto de historias se van desenvolviendo según esta las va viendo en un VHS. Divertida y sin pretensión alguna, muy en la línea de la que será el número uno. La segunda parte si bien es peor, también se disfruta lo suyo.

- Livide (2010) de Alexandre Bustillo y Julien Maury. Esta vez juego haciendo algo de trampas, ya que el film de Bustillo y Maury pese a estar enmarcado en la noche de Halloween, lo cierto es que no vemos por ningún lado su parafernalia, aún así este cuento de ¿vampiros? es lo bastante interesante para captar vuestra atención. Lástima que su tercer acto la cosa se vuelva tan loca y no sepas lo que pasa la mayoría de veces, pero aún así dadle un voto de confianza.

- 31 (2016) de Rob Zombie. Sí, otra vez el integrante de White Zombie se pasa por aquí (le gusta esta fiesta, qué le vamos a hacer) y en esta ocasión nos ofrece un survival horror de manual enmarcado en la noche del 31 de octubre. Por muchos odiada, por otros amada y como, siempre que nos toca al hablar de Zombie, incomprendida por el resto, lo cierto es que no deja ni un segundo de respiro y acaba siendo film muy entretenido, aunque ya os aviso que miedo tirando a poco. Eso sí; tiene al mejor Joker de la historia...sin ser el Joker.

¿Esperabas Pesadilla antes de Navidad?
1 - Truco o trato (2007) de Michael Dougherty con Quinn Lord, Brian Cox, Dylan Baker, Leslie Bibb, Rochelle Aytes y  Anna Paquin.
¿De qué va? Historias cruzadas en una terrorífica noche de Halloween en la que se dan cita fantasmas, vampiros, brujas y demás seres de la noche.
Lo mejor: Su tono cómic de la EC, la división en segmentos, su ambientación totalmente relacionada con la festividad de Todos los Santos, el mal rollo colorido que acompaña todo el metraje, la mitología que hace gala, Sam el niño calabaza...en fin, todo.
Lo peor: Por ponerle una pega, como suele pasar en estos casos no todas las historias consiguen ser tan buenas y pueden apreciarse unas pocas bajadas de ritmo, pero vamos, nada acusable dado que todas resultan divertidísimas a más no poder.
¿La recomendaría? El número uno, claramente. Se trata de la película definitiva sobre la festividad de Halloween. Una macarrada facturada de una manera tan genuina que todavía no le ha salido un digno sucesor. Si queréis una película que cierre de la mejor manera vuestra noche, no dudéis, Truco o Trato es la apuesta segura.

Pues ya queda poco o nada que decir. Disfrutad de estas fechas tan nuestras y recordad que nada de beber...el alcohol para mí y para los de Aguas turbias.

La piel fría (2017) de Xavier Gens

Aguas tranquilas. Tierras de guerra.

Antes de empezar, quiero admitir que (aún) no he leído la novela en la que se basa el film, escrita por mi tocayo Albert Sánchez Piñol, aunque según he oído, esta incide bastante en la batalla interna entre las diferentes personalidades de los dos protagonistas y su enfrentamiento individual con la amenaza de los seres, lo cual se puede ver más o menos en el film resultante solamente que con algo menos desarrollo.
Dicho esto continúo con la reseña.

Un hombre viaja para relevar a un compañero de su puesto en una estación meteorológica situada en una remota isla, pero ya allí descubrirá que en la isla únicamente queda un habitante: el sombrío encargado del faro. Pronto se dará cuenta que la actitud huraña del hombre se debe a que cada noche este se enfrenta a un horda de seres que emergen de las aguas con intenciones aviesas.

Simpático survival coproducción ente España y Francia y rodada en inglés (sí, menuda mezcla), es, como decía al principio, una adaptación de la novela de Albert Sánchez Piñol, donde dos hombres con diferentes personalidades son puestos a prueba en una situación que van más allá del límite humano por culpa de una entidad que desconocen. Y sinceramente, eso se plasma bastante bien a lo largo de la película. El personaje de Gruner (un genial Ray Stevenson) es un hombre roto que ha pasado las de Caín y ha tenido que sobrevivir en condiciones infrahumanas, eso añadido a una soledad en principio autoimpuesta forma un contraste bastante interesante con Friend (sosillo David Oakes), quien todavía está asimilando lo que ocurre y sigue viendo la vida desde un punto de vista más optimista y, siendo algo clave para el final, resolutivo. En medio de estos dos se encuentra Aneris (irreconocible Aura Garrido), una de las criaturas que por extraño que parezca desarrolla una relación con ellos, al principio como mascota y luego como... ejm... algo más, creando una especie de triángulo donde la simbiosis es la clave.

Es posible que La piel fría pasado el ecuador de la hora puede llegar a resultar algo formularia en cuanto a su estructura de monstruos atacando cada noche y los protagonistas sobreviviendo a duras penas, pero logra salvar los muebles ya que en vez de mostrarnos unas motivaciones claras en los ataques de ambas partes, el guión sabe apartarse y no tomar un bando claro. Es decir, todo el mundo está equivocado y todo el mundo está en lo cierto según se mire. Eso sí, siendo puntillosos me hubiese gustado saber un poco más acerca de esas criaturas (parientes lejanos de Abe Sapiens) y se podían haber ahorrado la historia de "amor" para evitar ciertos tiempos muertos.

Como curiosidades señalar que en un principio los roles de Gunar y Aneris estaban adjudicados respetivamente para Stellan Skarsgård y Elena Anaya, y que la isla, ese paraje nevado y desértico, no deja de ser...Lanzarote.

Dirige de manera más que correcta el francés Xavier Gens (Frontera(s)) quien fue uno los directores que junto a Alexandre Aja (Alta Tensión), Pascal Laugier (Martyrs), Marina de Van (Dans ma peau),  A. Bustillo y J. Maury (A´l Interieur) formaron parte de la "nueva ola de terror francés" que despuntó la década pasada, siendo el propio Gens uno de los pocos que aún a día de hoy sigue trabajando de una forma más o menos regular. También estrena este mismo año The Crucifixion.

Muy entretenida.

Top 5 Sitges 2017 : ¿Pero qué diantres hago viendo este engendro?



Un año más termina esta nueva edición del Festival Internacional de Sitges (se tiene que decir así o no se dice) y , si bien ha sido uno de los años en los que más he disfrutado con casi todas las películas vistas - unas treinta y pico, nuevo récord -, he echado en falta esa Película del Festival que aunase opiniones favorables (y desfavorables) y me cabreara que se fuese de vacío. Una lástima que en este 2017 no lograse verlo en la abundante cantidad de films presentados, si bien, afortunadamente muchas han sido lo bastante entretenidas para dejarme este buen sabor de boca.

Es decir, nada mal.

Peeeero (Meneillos) como la malicia rompe el saco, sin tristeza no hay alegría y el dolor es mi señor, quiero empezar esta serie de Tops 5 con lo más bajo, lo más tremebundo, lo más doloroso que he conseguido ver sin irme de la sala, pero que ha dejado tal desazón en mí corazón que...vale, exagero como viene siendo habitual, pero que no me han gustado, vamos.

Sin más, comenzamos con este Top al que me gusta llamar ¿Pero qué diantres hago viendo este engendro?

5 - A Ghost Story (2017) de David Lowery con Rooney Mara y Casey Affleck.
¿De qué va? Una pareja vive feliz y sin apenas problemas en una pequeña casa de la cual se van a mudar dentro de poco, hasta que un fortuito accidente de automóvil acaba con la vida del chico quien acaba convertido en un fantasmiko con sábana y todo. Su paso por el tiempo, inapreciable dada su forma actual, hará que pasado, presente y futuro se entrelacen.
Lo mejor: Posiblemente la caracterización de Affleck haya sido lo más (in)conscientemente gracioso de todo el festival. El empleo del paso del tiempo para narrar las etapas de la pérdida - ver el cambio de escenarios y que el protagonista no pueda irse de ahí está muy conseguido - consigue ser de lo más interesante, pero...
Lo peor: ...acaba resultado muy pesada. Entiendo que haya a quienes les atrapó su ritmo pausado, pero creo que para que una película de menos de hora y media se te haga larga es para mirarlo. Se habla de Rooney Mara y su maravillosa actuación, pero yo la vi menos expresiva que la tarta que se zampa de una tacada en la escena cumbre. Me sobra lo del falso formato 16 mm ¿Para qué?
¿La recomendaría? Sí. En realidad meto A Ghost Story en este Top porque es la clase de película que podría haber dado más de lo que da y se queda en un ejercicio más de estilo que sustancioso. Quizás si Lowery hubiese sido menos pretencioso...

4 - Jupiter´s Moon (2017) de Kornél Mundruczó con Zsombor Jéger,  Mónika Balsai y Merab Ninidze.
¿De qué va? Arya, un joven refugiado, recibe un balazo por intentar cruzar de manera ilegal la fronera. Dicha herida le otorga el poder de levitar haciéndole escapar del campo donde se encuentra confinado.
Lo mejor: Zsombor Jéger, su actor principal, no lo hace nada mal. Ciertos momentos con bastante carga visual, la mayoría condensados en sus primeros minutos.
Lo peor: Cuando pasada la media hora te das cuenta que el componente fantástico importa más bien poco y la trama se estanca. Ese simbolismo "religioso" de parvulario que acabó por sacarme de quicio por repetición de topicazos.
¿La recomendaría? Sí, al menos para opinar sobre la ganadora a Mejor Película. Por lo demás es bastante sosa en comparación con muchas otras competidoras que bien hubiesen merecido el galardón. Aunque, siendo sinceros ¿alguna vez estaremos de acuerdo con el palmarés de cualquier certamen? Pues eso.

3 - Muse (2017) de Jaume Balagueró con Elliot Cowan,  Franka Potente,  Ana Ularu,  Leonor Watling,  Christopher Lloyd y Manuela Vellés.
¿De qué va? Un profesor universitario tras pasar una situación traumática, tiene una serie de visiones donde es testigo del sacrificio ritual de una mujer, quien al poco aparece muerta de tal forma como en el sueño. Pronto, el hombre y una misteriosa mujer (la cual también tenía visiones con ese evento) se verán envueltos en una trama tan terrible como sobrenatural.
Lo mejor: Sin duda las musas del título. Sin hacer los tan temidos destripes, imaginad a las madres de Argento y convertidlas en empresarias sin escrúpulos que no aceptan un no por respuesta. Esa sería la aproximación más cercana. Algún apunte gore, una ambientación lograda y un Christopher Lloyd al que siempre resulta agradable ver.
Lo peor: Empiezo a darme cuenta de una cosa; cuando no está acompañado de Paco Plaza alguien que le ayude a no perder el norte, Barlagueró se pierde y no sabe cómo desarrollar ni rematar las películas, quedando estas tan bonitas como vacías. Pululan por la trama unos personajes tan anodinos que parecen contagiados por la enfermedad de la mosca tse-tse, excepto el interpretado por Manuela Vellés, quien parece que por segundos está recuperando su rol de Caótica Ana.
¿La recomendaría? Barlagueró sabe como crear ambientes sombríos y cargados de inquietud, así que si queréis ver un ejercicio de estilo, adelante, seguramente la disfrutaréis. El resto, en los que me incluyo, esperaba más, sobretodo por lo interesantes que son sus "villanas".

Suicide Squad

2 - The Maus (2017) de Gerardo Herrero Pereda con August Wittgenstein,  Alma Terzic,  Ella Jazz,  Aleksandar Seksan, Diana Fernández Pérez y Sanin Milavic.
¿De qué va? A punto de irse de Bosnia, una pareja se pierde en un bosque de camino al aeropuerto. Lo que no saben es que el bosque está plagado de minas y no son los únicos que están por ahí.
Lo mejor: Empieza bien, generando bastante tensión y mucho juego entre lo que es real y lo que no. La localización.
Lo peor: Los intérpretes y los personajes a los que interpretan. Se hace pesada cuando en teoría empieza la trama a cobrar fuerza. El componente fantástico...sólo digo eso. Su final es, a falta de otro término, incomprensible.
¿La recomendaría? Pese a tener cosas interesantes en un primer momento, la película empieza a desbarrar hasta conseguir aburrirte con tanto falso flashback y con tantas salidas de tiesto en cuanto a las reacciones de los personajes. Si hubiese sido un survival estilo Desfensa o Eden Lake hubiese estado mejor.

Antes de finalizar con el número uno, quisiese citar unas dignas competidoras que no han entrado porque no tenía ganas de hacer más amigos:

The Endless (2017) de Justin Benson y Aaron Moorhead. Una scifi tanto aburrida pero bastante conseguida su manera de generar tensión.
Annabelle: Creation (2017) de David F. Sandberg. Secuela de la infinitamente peor Annabelle pero no por ello deja de ser igual de fallida. Eso sí, muñeca sigue dando miedo.
Fashionista (2017) de Simon Rumley.  Estéticamente impecable pero con menos sustancia que una bebida isotónica. Demasiado larga.
Nevesta (La novia) (2017) de Svyatoslav Podgayevskiy. Se hace muy dura, aunque contiene dos o tres sustos que funcionan.

1 - Caniba (2017) documental de Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel.
¿De qué va? En los años ochenta en París, un joven estudiante japonés mató a su compañera de clase francesa para acto seguido deborar sus restos mortales. Pronto fue encarcelado y declarado mentalmente inestable, haciendo que fuese repatriado a Japón, donde desde entonces vive con su hermano y (mal) viviendo de la fama que le dio su crimen.
Lo mejor: Ciertos momentos - como la parte del manga sobre el asesinato - donde verdaderamente se meten en materia, pero están tan alargados que acaban siendo tapados por el sinsentido general.
Lo peor: La manera tan pomposa en la que está rodado el documental, con unos desenfoques, salidas de cuadro y empleo del sonido que claramente pretenden incomodar al espectador pero lo único que hacen es sacarte de quicio. Pretenciosa a más no poder.
¿La recomendaría? Sólo a aquellos que puedan apreciar / aguantar tanta pedantería. Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel nos hacen un calvo durante hora y media en la que se mide la paciencia del espectador, para finalmente darte cuenta de lo poco que te han contado acerca de un tema tan (terroríficamente) interesante como es la historia de este hombre.

Bien, como podéis ver no todo el monte fue orégano y no todas las películas consagradas en esta edición han sido de mi agrado, aunque como siempre digo, mejor echarle un ojo a todas para tener una opinión fundada...si os atrevéis.

¡Hasta la próxima amiguismos!

What is it? (2005) de Crispin "Hellion" Glover

No, en serio ¿¡QUÉ COÑO ES ESTO!?

Tras lo acontecido este fin de semana en el panorama cinematográfico - lo otro no, lo otro me da repelús - usease, la Concha de Oro del Festival de San Sebastián otorgado a James Franco por su trabajo en The Dissaster Artist, pues me ha dado por pensar en la carrera del Gran y anabolizado actor, guionista y cineasta Tommy Wiseau. Pero como hacer una crítica de The Room sería tan rastrero como oportunista - eso lo dejaré para cuando se estrene la película de Franco, lo cual es más oportunista - he preferido analizar cuando otro actor que, al igual que Wiseau, arriesgó todo en su (a)puesta como director y por el camino perdió todo el sentido que pudiese tener. Me refiero a ni más ni menos que a Crispin "Hellion" Glover en su ópera prima What is it?

Un joven con síndrome de Down se dedica a machacar las conchas de caracoles y luego pegarlas mientras de manera eventual es asaltado por una pandilla de jóvenes maleantes, también con síndrome de Down. También viajamos a un mundo colorido y adornado con attrezzo de los chinos, habitado únicamente por mujeres desnudas  enmascaradas, un Crispin Glover con el pelo a lo Príncipe de Beukelaer y...¡personas con síndrome de Down! El resto de la trama como podéis imaginar es un delirio pocas veces visto en una pantalla de cine - tanto es así que la única copia que circula por ahí es el ripeo de una copia para festival con los logos censurados y una calidad paupérrima -, coronado por un final que seguramente os haga gritar a viva voz el título del film. O romper a hachazos el DVD, según os de.

Como curiosidad decir que Glover la concibió en un primer momento como un corto de apenas unos minutos, donde el protagonista era el joven Michael Blevis que pasa su vida machando caracoles ¿Os suena? Pues bien, el bueno de Crispin ni corto ni perezoso, y quizás con mucho tiempo libre, fue rodando escena tras escena durante 9 años hasta que decidió convertirlo en un largo. Richard Linklater, no inventaste nada.

No sé si fue por hacer la gracia, pero ganó en 2005 sendos premios: Carnet Joven Midnight X-Treme en el Festival de Sitges y el premio a mejor ¿¡Narrativa!? en el Festival de Ann Arbor ...bueno, pensándolo bien me imagino que sí, fue por hacer la gracia.

En realidad más que grimosa se trata de una película aburrida. Glover se casca cine una dosis desmedida de cine experimental, haciendo que sus setenta y siete minutos se hagan pesados como una losa de hormigón. Ya os aviso que existen muy pocos alicientes que no os hagan verla sin hacer pausas o abusar del botón rec, pero adelante todos aquellos que querráis probar cosas nuevas.

La región salvaje (2016) de Amat Escalante

 ¿Sabéis lo que es el hentai?

Un meteorito cae en una pequeña población de México portando una extraña criatura con forma de octópodo, el cual alterará de manera drástica el comportamiento sexual de todos sus habitantes.

Curiosa película mejicana que ha arrastrado cierta fama de polémica por todo festival que ha podido exhibirse, todo ello debido a su cantidad de escenas sexuales de diversa índole - no sólo hablo de personas, casi a la mitad podemos ver una orgía entre varias especies de animales -, pero como viene siendo norma de la casa, una vez vista lo cierto es que La región salvaje es un film bastante interesante, tocando temas tan tabú hoy en día como la homosexualidad, la liberación personal, la importancia de la mujer y, sobretodo, una crítica bastante ácida de una sociedad (auto) reprimida a todos los niveles. Por ello no deja de ser parecerme un tanto excesiva tanta polvareda (¡JA!) desatada. Será que no follan.

Por otro lado he de decir que su componente de género, el mencionado octópodo, el cual está bastante bien hecho en una mezcla de efectos prácticos y CGI, y que aparece sutilmente en los primeros compases del film hasta hacerse el total y absoluto protagonista en el último tercio...es lo que menos me gusta del film. Me explico. No me chirría en absoluto la presencia de este ente dentro de la historia, incluso diría que su forma es un más que evidente guiño al hentai (sé que lo veis picaruelos), pero la primera parte donde se expone el drama de los protagonistas, veraz por otro lado, pues me parece incluso más redondo e interesante que cuando hace acto de presencia el propio bicho.

Dirige el hispano (nació en Barcelona) mejicano Amat Escalante, quién hará unos años, en 2013, se alzó ganador del premio a Mejor Director por su film Heli en el Festival de Cannes, pero que ya apuntaba maneras con sus películas previas, como son el drama Sangre (2005) o el thriller Los Bastardos (2008). Con este film ha ganado los premios a Mejor director en el festival de Venecia (León de Plata) y en el festival de Austin. Ahí es nada.

Aunque el componente fantástico no me haya parecido del todo interesante, la construcción de personajes y la creación de la atmósfera me han parecido más que notables. Sin duda una sorpresa.

¡Cartelicos! Pacific Rim Uprising (2018) de Steven S. DeKnight

¡Traidor!


Lo mejor: Sus raíces. Lo divertida que era la película de 2013.

Lo peor: Secuela de un film que no necesitaba, al menos no esta continuación directa.

Lo que se espera de ella... Igualar o superar el divertimento que supuso su primera entrega. Fácil no lo tiene, así que habrá que cruzar los dedos.

Robo Vampire (1988) de Godfrey Ho

- Puesto que ha muerto, quisiera usar su cuerpo para crear un robot androide.

Que sirva la frase que abre esta reseña para matizar el nivel que nos vamos a encontrar.
Sí.
Exactamente.
A este nivel jugamos hoy.

Dicho finamente; hay películas malas pero divertidas, hay películas malas pero entretenidas, hay películas malas que dejas de fondo para acompañarte en tus quehaceres diarios, hay películas malas de siesta, hay películas malas infumables, hay películas malas de castigo, hay películas que te hacen replantearte tu vida, hay películas que sus perpetradores son señalados por la calle y los niños les tiran piedras, Ulli Lommel y finalmente están las producciones reservadas a los pecadores que un día dijeron que "voy a darle una oportunidad a tal película". Ahí abajo podíamos situar Robo Vampire.

Un cartel de la droga tailandesa hongkonesa tras el desastre de varias operaciones por culpa de los militares estadounidenses, decide contratar a un taoísta - un chino a quien han pintado un bigote con betún - para que así les ayude creándoles un ejército de vampiros guardaespaldas (estoy sobrio, es que el argumento es así). Como es lógico los vampiros untan con nocilla las caras de masacran a los militares, pero uno de ellos será traído de vuelta a la vida en forma de un robot androide (más bien un hombre envuelto en papel de celofán) que dará para el pelo tanto al cartel como a los vampiros. También pululan por la trama un equipo paramilitar tailandés que trata de rescatar a una agente secuestrada por el cartel y una pareja de entes sobrenaturales - ella una fantasma occidental, él un vampiro chino con una máscara de King Kong - quienes no pudieron estar en vida juntos. Todos ellos acabarán encontrándose en un final tan explosivo, con casi quince minutos pirotecnia, como abrupto. Es decir, a la jodía no robaron le dieron un final o no lo rodaron a saber el motivo, pero vamos, un caso similar a muchas otras de esa gloriosa época que por desgracia nunca volverá so pena de denuncia.

Puro delirio hecho película made in Hong Kong 80´s (esto no lo revindicáis ¿¡EH CABRONES!?)parido por el mítico sello Filmark, quienes se labraron una fama en su época por su forma de hacer films de bajo presupuesto; ¿compraban? películas a otros países - en este caso, uno de ellos tailandés y el otro chino - las montaban cual monstruo de Frankenstein sin orden ni concierto, las redoblaban y rodaban escenas adicionales con actores/turistas occidentales para darle más caché. Una maravilla sobre la que podéis leer en este libro. La dirección corre a cargo (es un decir) de Joe Livingstone, seudónimo tras el que se encuentra el no menos mítico Godfrey Ho (aunque unas fuentes aseguran que no fue él su director) el cual posee una vida mucho más interesante que la Robo Vampire...pero ya hablaremos de él en otro momento.

Decir que Robo Vampire es entretenida de ver sería mentiros de manera vil, pero reconozco que se trata de una película la cual tienes has de ver para creer que existió este tipo de cine.

Si os quedáis con ganas de marcha os "recomiendo" El diablo de la dinamita (Godfrey Ho, 1987) y Contraespionaje en la selva (Edgar Jere, 1989).

¡Cartelicos! Wonders of the sea (2017) de Jean - Michel Cousteau

Sí, habéis leído bien
Lo mejor: Que el importante mensaje se oiga alto y claro.
Lo peor: Que acabe relegada a "ese documental con Schwarzenegger como narrador".
Lo que se espera de ella... Una patada en la boca a todos aquellos que se entusiasmaron con los documentales 3 D de Cameron.

Viaje a las tinieblas (2004) de Mick Garris

Viaje a la mente de King.


Un chaval recibe una llamada del hospital: su madre internada desde hace tiempo ha sufrido un ataque al corazón y se teme por su vida. Rápidamente decide hacer autostop y recorrer los 100 km que le separan del hospital en una noche llena de situaciones que podrán al límite sus sentidos.

No podría decir que Stephen King sea uno de mis autores favoritos, más bien diría que es uno de los que menos he leído pese a la fama que arrastra. Quizás sea por prejuicios o quizás sea que nunca me acabaron de enganchar sus llamadas obras cumbre ya que en suma la mayoría me resultaron demasiado densas. Sirva de ejemplo que las novelas Apocalipsis o El resplandor las cuales nunca las he acabado de leer - creo que la última vez me quedé en la parte del avispero - y la referencial It me costó mucho trabajo llegar a acabarla, pero cosas de la vida sus llamados relatos cortos sí que han conseguido engancharme, sirva el ejemplo de La larga marcha, Cujo, La zona muerta o en este caso Montando la bala, como se llama originalmente esta Viaje a las tinieblas, la cual en un principio solamente se publicó por internet. Siempre dije que era un tipo raro.

Dirige de manera correcta Mick Garris (Sonámbulos), el amiguete de King y de todos los directores de terror conocidos - míticas son sus reuniones anuales -, que aquí, como la mayor parte de su filmografía, adapta de manera bastante fiel al escritor, aunque he de decir que en esta ocasión, dadas las dimensiones del libro, no se te hace nada pesado al resolverla en 98 minutos los cuales pasan volados por ir directo al grano y no tener el formato mini serie, que, joder, te deja el culo carpeta. Es cierto también que se hace algo pesada tantas conversaciones entre el protagonista y su "otra mitad" siendo lo más flojo tanto del libro como de la película, por tanto no es más culpa de Garris como culpa de King.

Entre los actores vemos a ciertas estrellas del género como son Barbara Hershey (El ente) y Cliff Robertson (Spiderman), recayendo el peso de la trama en Jonathan Jackson (serie Nashville) quien simplemente cumple, pero tiene una cara de soso que asusta el pobrecico.

Pero sin duda quien se lleva la función es el campeón de la WWE David Arquette el cual interpreta con poca mesura a George Staub, el fantasma / mensajero fiestero pasado de vueltas que lleva al protagonista hacia su destino en un  Plymouth Fury rojo - un coche sospechosamente similar a Christine -. En serio, sus escenas son de lo mejor de todo film donde Garris supongo que se limitaría a dejar la cámara puesta y que este se puso a recitar sus líneas de la forma que le salió de su soberana rabadilla. Lo cierto es que, y es algo que me di cuenta cuando la he vuelto a ver, su personaje en líneas generales no tiene repercusión dentro de la historia, más o menos como Indiana  Jones en El arca perdida (¡Sí!) que si se cambiase o se quitase no pasaría nada de nada. Creo que King querría meter el componente sobrenatural a toda costa e ingenió al personaje de Staub, pero como su presencia acaban por eclipsarte el resto que, bueno, te acaba dando igual.

Entretenida de ver.

Plauto, recuerdo distorsionado de un tonto eventual (2004) de David Gordon

Decadencia no tan decadente.

Tras una masacre en el Circo de las Alegrías, el payaso Plauto, único superviviente de la compañía, da su versión de los hechos acaecidos donde la droga, las envidias y los ajustes de cuentas tendrán mucho que ver.

Por dónde empezar...
Corría el verano de 2003 (madre mía, lo que ha llovido) cuando entre los programas y revistas del corazón se anunció a bombo y platillo que dos de sus figuras más representativas (o no), Ricardo Bofil Jr. y Coto Matamoros, se iban a lanzar a dirigir (es un decir) sendas películas comerciales. El primero se encargaría de una comedia con tintes psicotrópicos-surrealistas llamada Hot Milk y el segundo un drama con toques de thriller, usease, esta Plauto. También el sosainas de Cárdenas hizo "algo" pero prefiero no incordiar. Finalmente Matamoros se vio incapaz de llevar el proyecto a buen término, así que decidió relegar la silla de director a un David Gordon recién salido del programa El séptimo de caballería, y él únicamente saldría acreditado como guionista. Una cosa buena puedo decir del tal Gordon: sabe manejar tras la cámara. Es cierto que se permite en muchas ocasiones dejar la cámara fija y los actores a su aire, pero en ocasiones Gordon se atreve con picados, contrapicados y planos secuencia con los que, quizás de manera inconsciente, acaba dotando a la película de un ritmo endiablado sin apenas puntos muertos haciéndola harto divertida.

El nivel del guión de Coto Matamoros digamos simplemente que la cosa se disfruta por lo bizarro (sí, bizarro) que acaba resultando. Sin duda estamos en un refrito de las películas de Tarantino, Rodríguez o de Guy Ritchie (tanto monta, monta tanto) con la "sutil" diferencia de estar pasada por la caspa patria, cosa que te recuerda constantemente por la elección de sus actores (Nuria Bermúdez reniega de su papel, y no es para menos) la mayoría de ellos amateur a la par que totalmente sobreactuados, aunque es raro, ya la mayoría de ellos se interpretan a sí mismos. Los diálogos y las situaciones del film estarán sacados de una buena curda en el Bar los Suspiros, así que ya os imagináis el panorama; casi todos rayan la vergüenza ajena, pero es cierto que la mayoría de sus escenas son tan políticamente incorrectas que acaban siendo maravillosas. Valga de ejemplo la escena en el puticlub, donde un Dioni desatado parte un palo de billar en la espalda de una mujer (¡!) - pero ¿qué se esperaban viniendo de donde viene?

Entre toda esta caterva de escombros que contrató Matamoros a cambio de una gran pila de cocaína se entiende, encontramos a un actor de la talla de José "Pepe" Carabias, un sempiterno roba escenas, y que aquí, lógicamente, acaba siendo el mejor y lo mejor del film con su brutal composición del payaso triste Plauto. Aunque su papel no deja de ser casi el de secundario en su propia película, sus minutos en pantalla son de un saber estar encomiable. Los comediantes Jaime Ortiz y Javier Cifrián, que a finales de los dos miles despuntarían con directores como Fernando Colombo y Álex de la Iglesia, y que aquí simplemente hacen lo que pueden, cumpliendo al menos. Ya en roles secundarios tenemos a Octavi Pujades, Pepe Frías, Duna Santos - los tres recién salidos "(ja) de Al salir de clase -, Víctor Rivas y la ahora directora Amparo Climent.

Plauto posiblemente deje la sensación de que en otras manos mucho más expertas el resultado final hubiese sido mejor, de eso no hay duda. Pero al menos en mi opinión, si se dejan de lado las nefastas interpretaciones de algunos de sus "actores", considero que no es la basura infecta que debía de haber sido. Sorprendentemente contiene una cantidad de detalles que la hacen muy entretenida de ver.

Viernes 13 (2009) de Marcus Nispel

Ni te cases ni te embarques.

Hoy por ser el día que es, era de recibo hacer un visionado de un film de esta saga (era eso o verme El Robobo de la Jojoya de Martes y Trece) la cual nunca me ha gustado demasiado, ni tan siquiera la primera entrega me entusiasma, pero curiosamente guardo un especial cariño a las tres entregas más marcianas: Jason X, Freddy vs Jason y este ¿remake? ¿reboot? Bah, es igual, lo que sea.

La historia ya os la conocéis: Un grupo de jóvenos deseosos de emociones fuertes, entre las que se incluyen dosis industriales de drogas y follambre, cometen el error de adentrarse en los límites del otrora campamento de verano Crystal Lake, y actual terreno de caza del mítico Jason Voorhees.

Hacer un (añádase lo que sea esto) de Viernes 13 no suponía una cuestión difícil dado lo parada que estaba la saga en ese momento. Desde 2003, momento en el cual se estrenó Freddy vs Jason, no se oían más que rumores de una nueva adaptación de las andanzas del hijo de la señora Voorhees, pero eran eso, rumores. Así que ni cortos ni perezosos, los directivos de la Paramount, con Sean S. Cunningham de vuelta como productor, decidieron empezar de cero y reflotar una franquicia quemada. Para tal empresa, contrataron a Marcus Nispel, autor del más que notable (y rentable) remake de La matanza de Texas (2003), y así darle ese toque "actual" a la par que respetuoso que tanto necesitaba la película. 

¿Si lo consiguió? Difícil decirlo. 

La película en líneas generales es lo más entretenido y sobrepasado que te puedes echar a la cara - si se comparan, las otras entregas no le llegan ni a la altura de los zapatos en lo que respecta al nivel de desfase, drogas, sangre y desnudos que hace gala esta -, pero también podría decirse que acaba quedándose a medias en todo. Viendo las escenas eliminadas se puede intuir que la película iba a prescindir más de ese humor socarrón (e inofensivo) y de la casquería en pro de un desarrollo más seco y una atmósfera más trabajada, dejando a Jason ser el eje central de la historia. Por ejemplo, la escena del embarcadero, donde vemos a una chica en medio del lago siendo solamente observada por Jason, esta continuaba hasta que finalmente la chica no puede aguantar más a flote y se ahoga en el lago, creando una sensación de desasosiego mayor que su resultado final en el el film. Supongo que Nispel quería repetir la estructura que tan bien le funcionó en La matanza de Texas, lográndolo a medias por causas ajenas a su control creativo dentro la película, siendo los directivos de Paramount quienes tuvieron la última palabra.

De los actores, mencionar a Jared Padalecki quien repite más o menos su rol en Sobrenatural (este tipo no puede tener hermanos), una Danielle Panabaker, la cual tiene el momento más sorprendente de la película, y el gigante Derek Mears (Hatchet 3) quien interpreta un Jason - su diseño es un homenaje a las tres primeras encarnaciones del personaje - de lo más salvaje, que ya es decir.

La película pese a no ser un éxito monumental, recaudó casi cien millones al rededor del mundo, lo que dio a muchos la idea de ver una nueva entrega de Viernes 13...cosa que hasta el momento no ha sucedido. Sucesivos retrasos, cambios en los derechos y desavenencias creativas - incluso durante un tiempo se dijo que iba a ser un found footage - hicieron que la continuidad de la saga quedase en stand by hasta hace poco, cuando se empezó a hablar de realizar una serie para televisión, más o menos como hicieron con Scream. A saber qué saldrá de ahí.

Aquarius (1987) de Michele Soavi

Pezqueñines no gracias, debes dejarlos morir.

También conocida con los títulos Delira o Stage Fright (no confundir con el coñazo homónimo de 2014), narra la historia de una compañía de actores que durante una noche es asediada por un psicópata el cual se enfunda una máscara de lechuza.
En el reparto encontramos muchos rostros conocidos del cine de explotación italiano y que particularmente cumplen a la perfección como carnaza (¿para qué pedir más?). Destaca entre todos ellos Giovanni Lombardo Radice, llamado para la ocasión John Morghen, y destaca no por su interpretación, sino por su carrera. Echando un ojo a su ficha en IMDb, Lombardo acredita papeles en films como (agarraos) Cannibal Ferox, La profecía, Miedo en la ciudad de los muertos vivientes Gangs of New York entre otras. Ahí es nada.
Dirige con su pulso habitual el milanés Michele Soavi, autor entre otras de ese maravilloso delirio llamado Dellamorte Dellamore (1994) - una adaptación del cómic de Tiziano Sclavi con Rupert Everett como protagonista - y de una película olvidada pero bastante entretenida llamada The Church (1989). A parte de director, aparecía en roles casuales tanto en películas ajenas - el desfigurado que reparte las entradas en Demons - cómo en propias reservándose en esta un pequeño papel. Hoy en día, y casi en sus sesenta años, sigue en activo con una producción centrada en la televisión italiana.
Aquarius pese a ser un film bastante dinámico en su conjunto, peca de lo mismo que pecaron muchos de los slasher facturados en los setenta y los ochenta: un ritmo pausado hasta la mitad para dar paso un desenlace que se pasa volando, sobretodo porque caes en la cuenta que a la hora de película ¡sólo queda viva una persona y el asesino! Con todo, la película está bien rodada, con un uso de las perspectivas bastante trabajado, se disfruta lo suyo y hay la suficiente casquería para contentar al fanático del gore.
Como curiosidad decir que acreditado como guionista del film aparece el grande George Eastman (Gomia).

¡Cartelicos! Tomb Raider (2018) de Roar Uthaug


Lo mejor: Alicia Vikander da el tipo como una renovada Croft. Walton Googins como villano. No digo más.

Lo peor: Quizás la elección del director no sea la elección adecuada.

Lo que se espera de ella... olvidarnos de las películas que protagonizó Angelina Jolie a principios de la década pasada.

Enamorarse (1984) de Ulu Grosbard

No lo llames amor, llámalo idiotez.

Oficinas de Paramount. Jueves 12 de mayo 1983. 12:08 PM.

- Eh, Mick (Michael Eisner) mira qué día es hoy.
- Sí Mike (Michael Cristofer). Tenemos que ir apretando, que dentro de nada es temporada de premios y necesitamos una película que haga correr ríos de orgasmos entre los críticos...
- ...y espectadores.
- Y espectadores, claro está. ¡El yate no se paga solo!
- Pues mira, hace un tiempo escribí este guión que me rechazaron los de Fox y Warner, pero tiene bastante potencial...
- ¡Las brujas de Eastwick! ¡Buena idea! Se lo ofreceremos al de Mad Max.
- No, ese mejor cuando nos de el visto bueno Cher. El de abajo.
- ¿Enamorarse? ¿De qué va?
- Pues de dos personas que intercambian por error unos libros y poco después descubren que viajan en el mismo metro. Poco a poco irán enamorándose.
- Amm...¿pelín visto ese punto de partida, no?
- Lo que no te he dicho es (agárrate) ¡Ambos están casados!
- Me recuerda a Breve encuentro...
- ¡No! Es decir, se parece...pero no lo es.
- ...es decir, habla sobre el adulterio.
- Bueno, sí pero no, ambos se enamoran como te he dicho.
- Unos cuernos son unos cuernos.
- Sí, pero...
- Calma, aunque no haya escenas de folleteo, me has convencido.
- Bien (arranca una hoja del guión).
- ¡Haremos de Enamorarse una de las sensaciones de la temporada! A ver... ¿A quién tenemos en nómina para dirigirla?

- Pues deja que mire la agenda ... ¿Alan Alda? ¿James Bridges? ¿James L. Brooks? ¿Sidney Lumet? ¿Robert Redford? ¿Woody Allen? Uy, ese último mejor que no.
- Nah, muy caros todos ellos. Necesitamos a alguien que nos haya conseguido un taquillazo y a la vez sea asequible.
- Pues déjame pensar...¿Ulu Grosbard?
- ¿Quién?
- El de Confesiones verdaderas.
- ¡Ah! Pero ese tío es muy "especialito". Estoy seguro que no querrá dirigirla y si la dirige seguro que luego está once años sin dirigir nada más.
- Entonces le ofreceremos un reparto de los buenos. Lo que no gastamos en director lo gastamos en actores, total, estamos en los 80 y todavía los actores atraen a las masas.
- Cierto, cierto ¿En quién habías pensado?
- De Niro.
- Ese italiano...
- Calma, calma... Se lo enseñé y flipó con el primer borrador. Se ha preparado a conciencia el papel. ¡Hasta se ha hecho tarjetas de visita con el nombre de su personaje!
- Ok, pero las tarjetas no las quiero.
- Vale. Ahora el rol femenino...
- (A la vez) Meryl Streep. Oscar asegurado (risas).
- Entonces decidido; Meryl y Bob en los principales, además metemos de secundarios a Harvey Keitel y a Dianne Wiest. Incluso puedo convencer a todos de que se bajen el salario y así rodar en Nueva York.
- Conforme. Eso sí, quiero que en el cartel los nombres de esos dos sean más grades que los del propio título.
- Menudo melocotonazo tenemos entre manos.
- Lo sé. Lo sé.


Oficinas de Paramount. Martes 2 de febrero 1985.


- ¡No nos hemos comido ni un torrao!
- Calma Mick, suelta ese extintor.
- Te voy a machacar...¡Potencial! Me dijiste que tenía potencial! Masacrados por la crítica y por el público ¡Y lo peor de todo es que ni nos han nominado en los Oscars!
- Pe...pero Mery ganó el Donatello a mejor actriz y Robert el Sant Jordi a mejor actor...
- ¡Y vienes a recordarme eso!
- ¡¡SOCORRO!!

Phantasm Ravager (2016) de David Hartman

Phantasm V, por el culo te la hinc...

Reggie Bannister aparece en medio del desierto tras la traca final vista en Phantasm IV. Desorientado aún por la paliza recibida, el heladero parecido a Chiquito de la Calzada intenta encaminar sus pasos hacia su coche y de paso trazar un plan de contraataque para librarse de una vez por todas de su Némesis: El Hombre Alto y su ejército de enanos.

Ates de nada, reconozco que no soy un fan de la saga Phantasm. Por deciros que la primera parte pude verla por primera vez en el festival de Sitges del año pasado en un versión restaurada por J.J. Abrams con la supervisión del director Don Coscarelli. Y sí, la verdad es que me gustó bastante por esa mezcla entre el terror de pesadilla y el no saber qué es real y qué no, además que Coscarelli no dejaba de contar un drama en toda regla donde un pre adolescente tiene que superar la pérdida de sus padres. Con eso y unos toques de cine experimental - en realidad el rodaje se alargó cosa de meses porque se probaron todo tipo de trucajes y el guión se reescribía día a día con muchas escenas que ni llegaron a rodarse - que incluso se dice que el propio director decidió prescindir del equipo técnico facilitado por el estudio en pro de un equipo seleccionado a dedo por él, donde se encontraban amigos, familiares y colegas de instituto. Es decir ¿Cómo no iba a gustarme una cosa tan maravillosa? Más tarde pude ver las secuelas, todas ellas dirigidas por Coscarelli, y he de decir que aunque no me gustaron tanto como la primera, bueno, al menos eran bastante entretenidas si sabías perdonar que no había un sentido, orden o coherencia argumental entre ellas. Por cierto, un aplauso para Reggie Bannister que ha convertido a su heladero alopécico en un icono badass del género de terror.

Veinte años después de la cuarta entrega, Phantasm IV: Apocalipsis (1998), y tras muchos años de esfuerzos que fueron desplazando el año de producción y que incluyen un cambio de director, Coscarelli por David Hartman, la muerte Angus Scrimm - aunque consiguió rodar toda su participación - y el abandono y posterior reincorporación al rodaje de alguno de sus actores, finalmente se estrena esta quinta entrega que sin duda es más un homenaje a la saga y a sus fans. Eso sí, para aquellos que esperáis un punto y final al uso para la saga, olvidadlo inmediatamente. Que no termina, vamos.

Lo primero que salta a la vista es que se trata de película algo barata. Muy barata. Baratísima. Con un uso y casi abuso del empleo de la pantalla verde, además de una reutilización de escenarios por los que van pasando los protagonistas una y otra vez al servicio de un guión tan loco (y divertido) como poco ambicioso por razones obvias - en un principio, la acción se enmarcaba en un mundo apocalíptico dominado por el Hombre Alto y sus enanos cabrones, con grandes esferas metálicas sobrevolando los desérticos parajes por donde pasan estos - y que, como es marca de la casa, tiene un guión tan confuso como incoherente con lo visto en otras entregas. Aún así, creo estos "fallos" son algo que le aportan encanto a un proyecto que llega con más de dos décadas de retraso, siendo algo meritorio que haya sido posible que llegase a completarse por la persistencia de sus realizadores.

Ni tan mala como se dice ni tan buena como sus responsables imaginaron que sería, pero vamos, por mi parte esta quinta entrega de Phantasm me ha parecido bastante entretenida.

Toad Road (2012) de Jason Banker

Di no a las drogas.

A principios/mediados del siglo pasado,se facturaron una serie de películas que avisaban/alertaban al público de los peligros de las drogas recreativas - alcohol, heroína, marihuana, hachís, incluso el opio, con films maravillosos donde había occidentales caracterizados como orientales - que iban desde las superproducciones de alto pedigrí con grandes estrellas y directores como son El hombre del brazo de oro Más poderoso que la vida, pero también variantes de explotación tan divertidas como Locura de la marihuana que de exagerada, se convertía en un divertimento la mar de entretenido. Años posteriores muchas películas continuaron el legado de estas, aunque derivaron de tal manera que acabaron por darles un punto de vista más desenfadado, más enmarcada en las comedias de colegas fumados, aunque es cierto también que encontramos ejemplos tan descarnados como fue en su momento Requiem por un sueño.

Ahora os estaréis preguntando ¿Por qué estoy diciendo esto? Pues porque Toad Road pese a su aire indie (pretendidamente pedante en ocasiones), casi experimental con jugueteos con el género de terror - al menos, así es como se nos vendió -, no deja de ser una película que avisa de los peligros de los excesos de la juventud actual y de las posibles consecuencias si no se sabe parar a tiempo. Mensaje aleccionador sin duda, pero lo dicho, estamos en una película de "terror" según el director, así que la cosa se irá poniendo más chunga según el paso de los minutos. Y creerme cuando digo que se toma su tiempo.

Durante las primeras escenas no entendemos demasiado lo que estamos viendo ; vemos a esta pandilla de  jóvenos disfrutando de las drogas y el sexo sin condón mientras van enlazando fiesta con fiesta, siendo estas aderezadas con más drogas y más sexo sin condón, pero a partir de la primera media hora, el foco se centra en la pareja protagonista y la cosa mejora, aunque sigue siendo desconcertante. Ella es una niña de alta cuna, que va de trascendental y está obsesionada con el mundo esotérico, especialmente con el Toad Road del título, mientras que él es un tipo que únicamente quiere FOLLAR, por tanto la acompaña en su búsqueda del citado "camino del champiñón" que tiene más de viaje malo de LSD que de un encontronazo con el yo interno (palabras textuales), pero algo raro pasa y la pareja desaparece. El final es un viaje temporal donde uno de ellos reaparece sin recordar nada, siendo el principal sospechoso de la desaparición del otro...y ya. Ahí acaba todo.

Curioso que un film tan directo en su concepto argumental sea tan sumamente lento en su desarrollo, más aún cuando lo mejor se encuentra en su último cuarto de hora, finalizando de manera abrupta cuando estaba en lo mejor, y sí, es de las típicas que acaba pero te das cuenta que en realidad no te ha explicando nada. Eso sí, el NO a las drogas le faltan luces de neón para verse más.

Pero por lo que se recuerda a Toad Road es porque su estreno vino acompañado por la muerte de su actriz principal Sara Anne Jones por sobredosis de heroína, lo cual no deja de tener una cierta ironía en vista de su personaje.

Dirige Jason Banker, autor curtido en el documental como cámara y que con esta película se estrenaba en el largo. En 2014 dirigiría su último proyecto por el momento, Felt, la cual no he visto pero si hago caso a las críticas intentó la misma jugada de terror minimalista que hizo en esta pero con peores resultados.

Aburridilla.

Pos Eso (2015) de Samuel Ortí Martí (AKA Sam)



El (in) noble ejercicio de la spoof movie.





Samuel Ortí Martí (Sam) dirige, produce y firma el guión de su primera y por el momento última incursión en el mundo del largo.


No seré quien se queje de una comedia que ataca directamente y sin filtro alguno a la (infra) prensa del corazón, al clero e incluso la tauromaquia, además, sobra decir que la película es técnicamente perfecta, con un trabajo durísimo al rodar por su empleo de la técnica del clay motion, pero a la vista está del material que podrían haber hecho lo mismo en un corto y la cosa hubiese salido mucho mejor.


Una pena ver que la mayoría de chistes apelan al guiño nada sutil (y repetitivo) al género de terror y variantes que van desde la consabida escena de El exorcista, pasando por La profecía, Indiana Jones y la última cruzada, La ciudad no es para mí (esa pseudo Gracita Morales hace mucho daño) ¡Hasta podemos ver los huevos (añádase coña aquí) de Alien! El resto, apenas tiene gracia dado a que los chistes están alargados a más no poder. Sirva de ejemplo el final, donde, en un giro loco de los acontecimientos, la protagonista viaja al infierno y acaba retando a un duelo de taconeo al mismísimo Diablo. Pues bien, algo a priori tan gracioso - ver taconenado al Príncipe de las Tinieblas siempre tiene su aquél - va perdiendo la gracia ya que la escena se estira más de diez minutazos.


Aún así, Pos eso contiene momentos de gran imaginería visual que quedan complementados por pura y dura comedia física, como son la muerte del padre torero o la masacre de los tertulianos, los cuales funcionan porque están justos de medida y de ritmo, por no decir que ver a un personaje pegándose trompazos siempre es divertido de ver.



El elenco de voces reunidos para la ocasión es bastante notable, con un Josema Yuste y una Anabel Alonso bastante atinados ambos, pero lo dicho, sin apenas gracia en sus líneas. Se da la macabra circunstancia que fue la última película de Maribi Bilbao y de Álex Angulo. Una auténtica pena.


No digo que Pos eso sea terrible, simplemente que una película que posee un apartado técnico tan acojonante bien podían haber cuidado la historia.

Los payasos asesinos del espacio exterior (1988) de Stephen Chiodo

Payasos cabreados del espacio exterior.

Simpaticona comedia de terror (aunque de terror poco) donde los protagonistas no son otros que unos grotescos payasetes alienígenas con ganas de zamparse a medio pueblo, transformándolo previamente en algodón de azúcar, y al otro medio cargárselo de la forma más circense posible (no en vano, su nave espacial es...¡UNA CARPA DE CIRCO!) mientras van encadenando una serie de putadillas tras otras.

Este es uno de los casos en lo que te hacen preguntarte ¿qué fue antes? ¿el huevo o la gallina? O, directamente ¿Esta película copia a Mal Gusto (Peter Jackson, 1987) estrenada un año antes, o simplemente es una coincidencia muy grande que, salvando las (cercanas) distancias, ambas películas compartan el mismo argumento? Sí, es cierto que Killer Klowns tiene un humor más "ligero"(aunque también palme hasta el apuntador) si se compara con el humor de brocha gorda con el que Jackson pintó su ópera prima, además, tampoco tiene tanto gore, incluso diría que los payasos no derraman ni una gota de sangre a lo largo del film, pero ambas comparten tantas similitudes - aliens deformes caníbales de aspecto cómico, protagonistas humanos tontorrones y pasados de vueltas, final en la nave/hogar de los alienígenas ... - que me hacen pensar que los hermanos Chiodo debieron verse Mal gusto no pocas veces antes de ponerse a escribir el guión. Con todo, años después admitieron que si "homenajearon" a un film, ese sería The Blob ( Irvin S. Yeaworth Jr. 1958), película que curiosamente, el mismo año del estreno de Killer Klowns tuvo un remake (Chuck Russell, 1988). Todo está unido.

La película fue un relativo éxito de taquilla aunque más de alquiler; costando unos 2 millones de dólares, los cuales por cierto lucen de puta madre en pantalla (ya les gustaría a muchos directores contar con esos sets), y logró recaudar unos nada desdeñables 33 millones a nivel mundial.

Dirige Stephen Chiodo, quien pese a no dirigir nada de relevancia tras esta película (lleva intentando levantar una secuela desde los noventa), sí que ha ido participando en diversos proyectos ejerciendo de titiritero, su trabajo real.

Muy divertida, y con una canción principal que se queda marcada a fuego en la psique.

Nick Carter, aquel loco, loco detective (1978) de Oldrich Lipský


Calma y estilo.

Con un título que mejora en su original, el contundente Adéla jeste nevecerela o Adela no ha cenado todavía, referente a la planta carnívora coprotagonista, se esconde una comedia checa (sí, existen las comedias checas) quizás no tan alocada como pretende vendernos su versión castellana, pero bastante interesante si se mira más en profundidad.

Nick Carter es el mejor detective privado de la historia que adorna su loft neoyorkino con autógrafos de Edison y Sherlock Holmes y es atacado sin inmutarse por hordas de villanos (Fantomas en incluido en lote) antes del desayuno. Su vida transcurre con relativa normalidad hasta que recibe un extraño encargo: debe trasladarse a Praga e investigar la misteriosa desaparición de un perro propiedad de una duquesa. Ya allí descubrirá que no todo es tan fácil como podría aparentar...

Como decía al principio, en Nick Carter, aquel loco, loco detective encontramos un spoof  de tomo y lomo, bastante simpático, de las aventuras de Sherlock Holmes, quizás intentado repetir/aprovechar el éxito que obtuvo cuatro años atrás El jovencito Frankenstein (Mel Brooks, 1974) de la cual se pueden apreciar no pocas similitudes al rodar el director, Oldrich Lipský, una cinta de misterios clásica sólo que añadiendo gotas de humor a su desarrollo. Con todo, la película no tiene tanta gracia, al menos no tanta como la que debiese un material así, haciendo que la mayoría de veces parece que estemos viendo una película de detectives (en la que zurran, y mucho, al protagonista) en la que el humor es algo secundario pese a intentarlo todo el rato, cámara acelerada para que vayan rápido los personajes incluso... a lo mejor es que no entiendo el humor checo.

Lo que sí destaca es la manera en la que está filmada. No conozco nada de Lipský, pero el tipo se maneja bien en el medio, haciendo que una película filmada a finales de los setenta dé el pego como película rodada a principios de los sesenta - ambientación en exteriores incluida, salvo cuando están en Nueva York, que es un set -, a lo que se les suma unos efectos, stop motion la mayor parte, que son bastante decentes para la época. Es curioso ver que la planta carnívora se parezca un poco a la de La  tienda de los horrores (Roger Corman, 1960), pero que esta a su vez se parezca tanto a la planta del remake (Frank Oz, 1986) como si las tres películas se retroalimentasen.

Dentro de una película tan intencionadamente cómica, lo cierto es que se llega a ver algún que otro momento, no sórdido, pero sí salido de madre; de cara al final uno de los personajes secundarios aprovechando que love interest del protagonista está drogada, ¡a punto está de violarla! (desnudándose en el proceso) hasta que en el último segundo es devorado por la planta carnívora. Claro que eran otros tiempos, pero desentona bastante con una película en la que a continuación hay una persecución al estilo Benny Hill.

El film fue presentado en el Festival de Sitges de 1978, ganando una merecida medalla de plata a la mejor fotografía para Jaroslav Kucera, además de ganar en 1980 el Saturn a la Mejor Película Extranjera y de estar nominada en ese mismo festival a la Mejor Película de Género Fantástico, es decir, que gustó bastante dentro del mundillo.

Aquí en España, para mi sorpresa tuvo un estreno en salas, logrando congregar en el cine a unos 123.510 espectadores. Alucinante.

¡Cartelicos! Insidious The Last Key (2018)

El sereno se toma muy en serio su trabajo

Lo mejor: Su capacidad de asustar aun en su cuarta entrega.

Lo peor: Más riesgo y menos ir a lo fácil.

Lo que se espera de ella... .que se convierta en una de las películas de terror más exitosas de cara al año que viene. Capacidad tiene.