Ya os avisé de
que aquella mierda llamada “Jack Frost”
tenía secuela. Y como si de una maldición india se tratara hoy viene a por
vosotros. Y cuidado, porque esta secuela es aún más funesta que la original.
Si tuvisteis
las tragaderas de ver la original, recordareis que esta termina con el muñecajo
de Jack Frost enterrado con anticongelante. Esta secuela comienza con unos
científicos que lo desentierran –en una escena muy parecida a “Muñeco Diabólico 2”- y por un error
administran al bloque de hielo que teóricamente es Jack Frost café y este
despierta –aunque para la transformación explotan una bolsa de hielo y tiran
una bola de nieve (literal) al suelo. Tras esta escena vemos al sheriff y su
familia en el aeropuerto internacional (primer aeropuerto del que tenga noticia
que tiene puertas de madera) que se van de vacaciones al Caribe para
desestresarse durante las vacaciones de Navidad. Jack escapará por el desagüe
del laboratorio donde estaba prisionero y a través del océano y la zanahoria
que hacía a las veces de su nariz –os prometo que no me invento nada- llega al
mismo resort tropical donde está el sheriff.
.
Estamos ante
una secuela que es muchísimo peor que la original, pero tiene un punto a favor
que la hace más aguantable contra
todo pronóstico: su tono coñero. Desde el principio se presenta más como una
comedia que como un slasher. Hay
muchos ejemplos al respecto: Jack Frost trasvasando su alma a un cubito de
hielo que una chavala se va a pasar por el pezón, una chica se toma un café helado
y los hielos hacen que su cuerpo explote o Jack Frost clavándole a un tío su
zanahoria en el ojo… Para mear y no echar gota.
Otro aspecto
que salta a la vista es su justísimo presupuesto. Ya la fotografía en sí remite
al video más amateur. Y sus llamados defectos especiales son peor que el
original. Si en el original hablaba del muñeco de corchopán, aquí este no
aparece hasta la media hora y nunca de cuerpo completo. Y hasta entonces tan
solo aparece representado por la zanahoria o por estalactitas de CGI hechas con
un Pentium 386. Mención especial a los baby
Jack Frost… para sacarse los ojos.
Y es que parece
que los realizadores –los mismos de la original, no voy a malgastar teclas
hablando más de ellos- tenían afición por el CGI. Todo está hecho por ordenador –una frase muy de
final del siglo pasado-, incluso las puestas de Sol son más falsas que un euro
con la cara de Popeye. Y en cuanto a las muertes, por favor, sigue como la anterior (plano antes de golpe
y contraplano del cuerpo inerte) Pero si en la original trataban de darle algo
de verosimilitud con algo de sangre y vísceras aquí son apósitos sin ningún
tipo de filigranas… Horrible.
En definitiva,
una peli de castigo con todas las de la ley. Genial para aquellos que quieran
ver una peli en comandita para descojonarse de ella. O para los que busquen
razones para el suicidio.