Lina Romay y Jess Franco en su último film juntos. |
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¡Cartelicos!: Snowpiercer (2014)
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ESPECIAL MUESTRA SYFY 2014: Snowpiercer (2014)
Este año no pillé el abono para la Muestra SyFy, y sí entradas sueltas para las películas más decentes, a las que previamente había hecho la criba, ya no porque no me fuera concedida una acreditación, porque nunca he ido acreditado como prensa a ningún festival, si no porque la cantidad de films cutres, la mayoría recién sacados de un pack a precio de saldo, superaba la media. Lo cierto que esta edición ha sido un mazazo para muchos de los asistentes que año tras año acudimos religiosamente, con el abono colgando del cuello a esta muestra, como dije en la anterior entrada. Por suerte, entre tanta mierda, muchos se han encontrado también con grades hallazgos en películas que de primeras no hubieran dado ni un céntimo y que han acabado dejando boquiabierto a más de uno, como el caso de este "Snowpiercer", para mí la GRAN película de la Muestra junto a la modesta "Coherence" (James Ward Byrkit 2013), de la que hablaré largo y tendido en otra publicación.
Así que sin más dilación os recomiendo subid todos al tren, encended la calefacción y prefaraos para un viaje sin escalas al rededor del mundo helado.
BIENVENIDOS AL TREN
La película nos narra que dentro de unos pocos años en el futuro, la tierra estará cubierta por la nieve, en una segunda glaciación producida por el intento humano de evitar el calentamiento global. Bravo. Para evitar la extinción total de la raza humana, el magnate Wilford idea un arca de Noé con forma de tren que recorre de manera constante el globo a través de raíles...sí, suena raro, pero la idea es cojonuda. Lo malo, como en toda gran idea que se nos ocurre al ser humano (véase democracia), es que ese ideal de supervivencia se pervirtió, y la gente de la cola del tren es tratada como poco más que escoria que mal vive en unas condiciones infrahumanas, mientras que los de delante viven una vida de lujos al servicio de un Wilford ya endiosado...y paro de contar, que si no os reviento el argumento, que, os lo aseguro, tiene mucha miga.
Vista la película de Bong Joon-ho (The host 2007) puedo decir que es una de las distopía más crudas que recuerdo, junto a esa que comen Soylent Green. La trama usa temas como la lucha de clases, el intento de ruptura con estatus cuo establecido por una sociedad corrupta, y, por supuesto, toca el tema del calentamiento-enfriamiento global, refutando que teníamos que haber hecho caso a Al Gore.
Como habéis podido leer, esta distopía que se nos plantea no queda muy lejana; estos temas están a día de hoy en boga, como las crecientes revueltas sociales, haciendo que en varios momentos de la filmación nos estremezcamos en la butaca por ver algo que sí podría ocurrirnos a largo plazo...bueno, lo del tren no lo tengo tan claro. Lo mejor de todo esto es que Joon-ho no intente darnos un sermón o que se ponga a teorizar acerca de nuestros actos y la repercusión futura de los mismo, al contrario, el se centra en contar una historia presente, en la que se da por hecho que se la raza humana se ha ido al guano de todas las formas imaginables (ver la escena del colegio o la diezma), y a partir de ahí se desarrolla la historia sobre la base planteada. Nos ahorramos de los discursos típicos que aparecen en esta clase de películas; sobre sí el hombre es malo por naturaleza, que no merecemos vivir, si queda algo de esperanza en nosotros...ya sabéis. No digo que no estén bien si se saben integrar en la trama, pero es que si se dieran aquí, pues como que no casarían con el espíritu de esta película.
Como habéis podido leer, esta distopía que se nos plantea no queda muy lejana; estos temas están a día de hoy en boga, como las crecientes revueltas sociales, haciendo que en varios momentos de la filmación nos estremezcamos en la butaca por ver algo que sí podría ocurrirnos a largo plazo...bueno, lo del tren no lo tengo tan claro. Lo mejor de todo esto es que Joon-ho no intente darnos un sermón o que se ponga a teorizar acerca de nuestros actos y la repercusión futura de los mismo, al contrario, el se centra en contar una historia presente, en la que se da por hecho que se la raza humana se ha ido al guano de todas las formas imaginables (ver la escena del colegio o la diezma), y a partir de ahí se desarrolla la historia sobre la base planteada. Nos ahorramos de los discursos típicos que aparecen en esta clase de películas; sobre sí el hombre es malo por naturaleza, que no merecemos vivir, si queda algo de esperanza en nosotros...ya sabéis. No digo que no estén bien si se saben integrar en la trama, pero es que si se dieran aquí, pues como que no casarían con el espíritu de esta película.
Otro acierto por parte de Joon-ho es que ha sabido aunar con éxito el espíritu del cine coreano con el cine blockbuster estadounidense sobre castástrofes. Me explico. Vista la trama y el reparto, todo el mundo podría suponer que estamos ante una superproducción de Hollywood en la que se han gastado tropecientos millones de dólares, no en vano en el reparto tenemos al mismísimo Capitán América, dos ganadoras del Oscar, a dos titanes de la interpretación como son Ed Harris y John Hurt...ah, y a Billy Eliot. Sería lógico creer que en un reparto cargado de actorazos, o de clase A como se suele decir, por no hablar de un trabajo de producción increíble (tiene algunos decorados que te quitan el hipo) el presupuesto de esta película se disparase hasta rozar los cien millones...pero no, os equivocáis. Al mirar su ficha en IMDb (AKA El gran Oráculo) vemos que el coste apenas llega a los cuarenta millones, una miseria si se compara con, por ejemplo, el remake de "Desafío Total" (Len Wiseman 2012) costó cerca de ciento treinta millones de dólares y luce mucho menos que "Snowpiercer".
¿A qué se debe esto?
Como decía al principio del párrafo, el acierto se debe a que han contratado a este director, muy versado en el uso de sacar lo mejor del cine coreano y aunarlo con estadounidense, un cine centrado en las relaciones personales al que se le añade un cine espectáculo, ver si no "The Host" para saber de lo que os hablo, y que además aprovecha cada céntimo invertido en la película para darnos un empaque increíble, que más de una serie AA quisiera para si. Queda para el recuerdo escenas que son un puro delirio, de ese que les gusta a los coreanos, como esa pelea a hachazo limpio (y un pescado), la escena del vagón-escuela o el tiroteo vagón contra vagón. Cierto que hay veces que la narración se hace pesada y algo repetitiva, ya sabéis que el dinamismo y cine coreano no van juntos de la mano, y diría que unos quince minutos menos le vendría de perlas.
El diseño de producción es brutal cuando la acción se sitúa dentro del tren. Vemos, como si de un videojuego se tratase, los diferentes vagones por los que van pasando los protagonistas, pasando de un decadentes e industriales vagones traseros, a unos luminosos vagones que son habitados por la gente rica, hasta que finalmente se llega a la parte del motor donde ambas partes se fusionan. Un diseño impecable que choca cuando vemos los efectos por ordenador. No digo que sean terribles, ese podio lo ocupa por mucho la película de "Lobezno: Orígenes" (Gavin Hood, 2008), aunque es cierto que las escenas del exterior no son todo lo buenas que se quisiera, haciéndonos sentir a veces en un videojuego de Play2 en el que vemos osos polares renderizados.
NADIE ABANDONA EL TREN
Reconozco que cuando vi el plantel de actores me sorprendió gratamente ver la elección de Chris Evans como ¿héroe? de la función. Salvo el rol protagonista en las películas de Marvel (que bien hace de Capi el jodio), pocas veces hemos podido verle en un registro diferente que se saliera del buen chico que hace lo correcto y poco más, amén de esas comedietas de sobremesa que protagonizó justo después de encarnar a Johnny Storm en las temibles películas de "Los Cuatro Fantásticos" (Tim Story 2004-2007), y da gusto ver que en esta ocasión ha vuelto a la senda marcada por películas como "Adicto" (Adam y Mark Kassen 2011) e "Iceman" (Adrien Vromen 2012) en las que puede enseñar que hay más en él. Volviendo a la película, Evans da un recital interpretativo, en el que no dejamos de ver al héroe, sin duda, pero un héroe acorde con la situación, cargado de culpa y de pena por acontecimientos pasados. El momento en el que nos narra los primeros meses en el tren es escalofriante. No se emplean ni flasback, ni efectos de sonido, ni él gesticulando. Nada. Sólo él hablando a Song Kang-ho/público.
Si Evans lo hace bien, el resto del reparto le va a la zaga, con unas inmensas damas como son Octavia Spencer y Tilda Swinton, esta última pasándoselo pipa en esa especie de "Boca de Sauron" , que con tan solo una escena (sí...la del brazo) nos tienen en el bolsillo. Unos breves pero decisivos Harris, Bell y Hurt, haciendo honor a la frase si algo es breve es dos veces bueno, aunque es cierto que me hubiese gustado ver algo más a Bell en pantalla, pero eso hubiese sido ahorrarse el momento más PQC de la película.
Geniales todos.
Antes de acabar, destacar la música de Marco Beltrami ("Blade 2","Guerra Mundial Z"), el compositor neoyorkino al que contratar cuando quieres conseguir resultados óptimos en películas de serie AA y no tienes a Glass, Elfman o compañía en nómina. aquí firma una partitura cargada de épica, aunque es en los momentos intimistas cuando da lo mejor de él, como en la muerte de cierto personaje principal.
En resumen, un peliculón de esos que nos demuestra que también los blockbusters pueden contarnos una gran historia y no caer en las repeticiones típicas del género. Fresca, con un diseño apabullante y unos actores impecables cada segundo que salen en pantalla , solo le achacaría que unos minutos menos le vendrían de perlas y que hay veces que los FX cantan la traviata, pero salvo eso tenéis que verla.
¿Sabéis? Creo que desde que comenzó el año, sólo he visto buenas películas. Sí, a excepción de alguna contada que he podido disfrutar/despellejar en el Artistic Metropol, todas han sido películas que han sobrepasado mis expectativas, disfrutando de ellas, logrando que vuelva a creer en el cine de entretenimiento tras un nefasto dos mil trece, en el que, salvo honrosas excepciones como son las películas de "Pacific Rim" (Guillermo del Toro 2013) o "El hombre de Hierro" (Zach Snyder 2013) y las consabidas de Marvel, todas han sido un palo constante.
Entonces ¿se habrá puesto las pilas la maquinaria Hollywoodiense y habrá facturado productos de calidad, o es que he sido yo al que le ha mejorado el gusto eligiendo películas?
No creo que ambas afirmaciones sean correctas, así que supondré que habrá sido simple y llanamente suerte...¡y que me dure!
NOTA: 8
¿A qué se debe esto?
Como decía al principio del párrafo, el acierto se debe a que han contratado a este director, muy versado en el uso de sacar lo mejor del cine coreano y aunarlo con estadounidense, un cine centrado en las relaciones personales al que se le añade un cine espectáculo, ver si no "The Host" para saber de lo que os hablo, y que además aprovecha cada céntimo invertido en la película para darnos un empaque increíble, que más de una serie AA quisiera para si. Queda para el recuerdo escenas que son un puro delirio, de ese que les gusta a los coreanos, como esa pelea a hachazo limpio (y un pescado), la escena del vagón-escuela o el tiroteo vagón contra vagón. Cierto que hay veces que la narración se hace pesada y algo repetitiva, ya sabéis que el dinamismo y cine coreano no van juntos de la mano, y diría que unos quince minutos menos le vendría de perlas.
El diseño de producción es brutal cuando la acción se sitúa dentro del tren. Vemos, como si de un videojuego se tratase, los diferentes vagones por los que van pasando los protagonistas, pasando de un decadentes e industriales vagones traseros, a unos luminosos vagones que son habitados por la gente rica, hasta que finalmente se llega a la parte del motor donde ambas partes se fusionan. Un diseño impecable que choca cuando vemos los efectos por ordenador. No digo que sean terribles, ese podio lo ocupa por mucho la película de "Lobezno: Orígenes" (Gavin Hood, 2008), aunque es cierto que las escenas del exterior no son todo lo buenas que se quisiera, haciéndonos sentir a veces en un videojuego de Play2 en el que vemos osos polares renderizados.
NADIE ABANDONA EL TREN
Reconozco que cuando vi el plantel de actores me sorprendió gratamente ver la elección de Chris Evans como ¿héroe? de la función. Salvo el rol protagonista en las películas de Marvel (que bien hace de Capi el jodio), pocas veces hemos podido verle en un registro diferente que se saliera del buen chico que hace lo correcto y poco más, amén de esas comedietas de sobremesa que protagonizó justo después de encarnar a Johnny Storm en las temibles películas de "Los Cuatro Fantásticos" (Tim Story 2004-2007), y da gusto ver que en esta ocasión ha vuelto a la senda marcada por películas como "Adicto" (Adam y Mark Kassen 2011) e "Iceman" (Adrien Vromen 2012) en las que puede enseñar que hay más en él. Volviendo a la película, Evans da un recital interpretativo, en el que no dejamos de ver al héroe, sin duda, pero un héroe acorde con la situación, cargado de culpa y de pena por acontecimientos pasados. El momento en el que nos narra los primeros meses en el tren es escalofriante. No se emplean ni flasback, ni efectos de sonido, ni él gesticulando. Nada. Sólo él hablando a Song Kang-ho/público.
Si Evans lo hace bien, el resto del reparto le va a la zaga, con unas inmensas damas como son Octavia Spencer y Tilda Swinton, esta última pasándoselo pipa en esa especie de "Boca de Sauron" , que con tan solo una escena (sí...la del brazo) nos tienen en el bolsillo. Unos breves pero decisivos Harris, Bell y Hurt, haciendo honor a la frase si algo es breve es dos veces bueno, aunque es cierto que me hubiese gustado ver algo más a Bell en pantalla, pero eso hubiese sido ahorrarse el momento más PQC de la película.
Geniales todos.
Antes de acabar, destacar la música de Marco Beltrami ("Blade 2","Guerra Mundial Z"), el compositor neoyorkino al que contratar cuando quieres conseguir resultados óptimos en películas de serie AA y no tienes a Glass, Elfman o compañía en nómina. aquí firma una partitura cargada de épica, aunque es en los momentos intimistas cuando da lo mejor de él, como en la muerte de cierto personaje principal.
En resumen, un peliculón de esos que nos demuestra que también los blockbusters pueden contarnos una gran historia y no caer en las repeticiones típicas del género. Fresca, con un diseño apabullante y unos actores impecables cada segundo que salen en pantalla , solo le achacaría que unos minutos menos le vendrían de perlas y que hay veces que los FX cantan la traviata, pero salvo eso tenéis que verla.
¿Sabéis? Creo que desde que comenzó el año, sólo he visto buenas películas. Sí, a excepción de alguna contada que he podido disfrutar/despellejar en el Artistic Metropol, todas han sido películas que han sobrepasado mis expectativas, disfrutando de ellas, logrando que vuelva a creer en el cine de entretenimiento tras un nefasto dos mil trece, en el que, salvo honrosas excepciones como son las películas de "Pacific Rim" (Guillermo del Toro 2013) o "El hombre de Hierro" (Zach Snyder 2013) y las consabidas de Marvel, todas han sido un palo constante.
Entonces ¿se habrá puesto las pilas la maquinaria Hollywoodiense y habrá facturado productos de calidad, o es que he sido yo al que le ha mejorado el gusto eligiendo películas?
No creo que ambas afirmaciones sean correctas, así que supondré que habrá sido simple y llanamente suerte...¡y que me dure!
NOTA: 8
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