The Gentlemen. Los señores de la mafia (2020)

Mafiosos a gogó



Foto de familia
Guy Ritchie volvió a la acción y a la vuelto a armar. Pero a la acción de verdad. Y no lo hace solo, viene acompañado de un repartazo encabezado por Matthew McConaughey, Hugh Grant, Colin Farrell o el destacable Charlie Hunnam.

Un capo de la droga con un marcado estilo británico intenta vender su imperio a una dinastía de multimillonarios procedentes de Oklahoma.
A quien no le atraiga esta trama que se lo haga mirar.

La marca de la casa del realizador británico vuelve a estar aquí presente, y tal vez, con más énfasis que antaño, ya que se podría decir que ha vuelto a sus orígenes dada la naturaleza de la historia, tras fiascos como Aladdin (2019) o El Rey Arturo (2017). Con esto, no me refiero únicamente a esa diversión que va ondulando entre lo aristocrático y las continuas referencias al nuevo milenialismo, sino a la ironía del relato en lo argumental, a lo frenético del ritmo y lo histérico del montaje, siendo incluso más traviesa y cinematográfica que otras obras de sus inicios. La narración en off e incluso ese tono, aunque tímido, de cine dentro del cine, le dan un punto muy a su favor a la película. No es el colmo de la originalidad, menos en este subgénero, pero esta llevado mediante una configuración efectiva
McCounaghey gozándoselo

Todo esto, que puede parecer en un principio refrescante o atrevido en su propuesta, es en realidad bastante común dentro de los topics del señor Ritchie, por lo que los asiduos a su cine o a otras tarantinoexploitations la disfrutarán como una más o, tal vez, un punto por encima, no ya por su contenido violento, sino por su calidad de retorno a un estilo.

"¿Yo salía en Nothing Hill?"
En ningún momento decae, todo lo contrario, la cinta mantiene siempre un nivel y es en secuencias más puntuales cuando se torna más atrapante y negra, por lo tanto, más festiva. Los mafiosos insultándose, disparando y liándola son siempre una apuesta segura.


"¿Tarantino? ¿Quién es ese?"
¿Retrógrado? ¿Problemático? Los fans de la cada vez más conocida corriente del “quejarse por quejarse” tienen en esta producción una nueva oportunidad hater de cebarse con el trabajo de un director que siempre se ha encontrado en el punto de mira de muchos, por lo que, no me puedo alegrar más de que el bueno de Guy haya decidido volver a las fuentes de su génesis.

Y puestos a seguir modas, voy a apuntarme yo también con una queja: podría haber sido algo más grosera.

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