- Puesto que ha muerto, quisiera usar su cuerpo para crear un robot androide.
Que sirva la frase que abre esta reseña para matizar el nivel que nos vamos a encontrar.Sí.
Exactamente.
A este nivel jugamos hoy.
Dicho finamente; hay películas malas pero divertidas, hay películas malas pero entretenidas, hay películas malas que dejas de fondo para acompañarte en tus quehaceres diarios, hay películas malas de siesta, hay películas malas infumables, hay películas malas de castigo, hay películas que te hacen replantearte tu vida, hay películas que sus perpetradores son señalados por la calle y los niños les tiran piedras, Ulli Lommel y finalmente están las producciones reservadas a los pecadores que un día dijeron que "voy a darle una oportunidad a tal película". Ahí abajo podíamos situar Robo Vampire.
Un cartel de la droga
Puro delirio hecho película made in Hong Kong 80´s (esto no lo revindicáis ¿¡EH CABRONES!?)parido por el mítico sello Filmark, quienes se labraron una fama en su época por su forma de hacer films de bajo presupuesto; ¿compraban? películas a otros países - en este caso, uno de ellos tailandés y el otro chino - las montaban cual monstruo de Frankenstein sin orden ni concierto, las redoblaban y rodaban escenas adicionales con actores/turistas occidentales para darle más caché. Una maravilla sobre la que podéis leer en este libro. La dirección corre a cargo (es un decir) de Joe Livingstone, seudónimo tras el que se encuentra el no menos mítico Godfrey Ho (aunque unas fuentes aseguran que no fue él su director) el cual posee una vida mucho más interesante que la Robo Vampire...pero ya hablaremos de él en otro momento.
Decir que Robo Vampire es entretenida de ver sería mentiros de manera vil, pero reconozco que se trata de una película la cual tienes has de ver para creer que existió este tipo de cine.
Si os quedáis con ganas de marcha os "recomiendo" El diablo de la dinamita (Godfrey Ho, 1987) y Contraespionaje en la selva (Edgar Jere, 1989).
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