Acción entretenida, pero de andar por casa.
Con una portada que emula de una forma u otra a "Scarface" (1983), el director de nombre raperil McG (responsable entre otras joyas de Terminator Salvation, 2009) se alía con un libreto salido del puño y letra del franchute Luc Besson para rodar este thriller de acción filmado en Europa.
A la cabeza del reparto encontramos al siempre en su sitio Kevin Costner, un actor con don, al que Hollywood ha intentado hundir con un éxito mediano. Aquí podemos verle interpretando a una especie de neo-cowboy con problemas de familia. A su lado le acompaña la exuberante Amber Heard, que aparece y desaparece de la cinta a su antojo, cual fantasma. Si el film lo hubiera realizado Shyamalan o Amenábar, en el desenlace se habría dado a conocer que el personaje de Heard era en realidad un ente fantasmal que únicamente aparecía en la trama para atormentar a Costner... y lo peor de todo, hubiera sido creíble... Y digo exuberante, por que únicamente se ha quedado en eso, la buenorra de turno, pero plana interpretativamente. Demasiado atrás quedan ya las estupendas actuaciones que nos regaló Heard en "All the Boys Love Mandy Lane" (2006) donde le robaría el corazón al mismísimo Satán, "The Ward" (2010) dirigida por el dios John Carpenter o incluso su breve pero imprescindible aparición en "Bienvenidos a Zombieland" (2009). A algunos la fama excesiva no les sienta tan bien.
Dejando de lado el homenaje a "El Guardaespaldas" (1992) que contiene la película (a ver si lo pilláis) entramos por fin en materia fílmica del producto y sabiendo lo dificilísimo que es innovar en el género de la acción, "Tres días para matar" consigue salir del paso, aunque a regañadientes. Eso sí, sin ser una cinta brillante, no se entiende muy bien la masacre que la crítica mas aburguesada ha hecho caer sobre el film. Gratuito. Con sus tópicos correspondientes de película rodada a velocidad de vértigo, y sus absurdeces propias de guión aparte, el film tiene ritmo y es divertido, sobre todo la mezcla de acción (a cuentagotas) y comedia familiar semi-dramática que contiene. Lo que no se le perdona de las secuencias de acción, es que aunque bien rodadas y resueltas, son hipercortas de duración. Parece que se tiene mucho más interés en mostrar como Costner ejerce de padre en apuros que intenta amaestrar a una niñata a la que le gusta salir de fiesta con mayores pero que no sabe montar en bicicleta...
Finalmente el film desenlaza con dos finales confusos, o mejor dicho; un amago de final y un final definitivo demasiado precipitado, en los que en cada uno de ellos se elimina a uno de los dos asquerosos antagonistas de la cinta.
Un pasatiempo olvidable pero agradable, que no cuesta ver pese a sus dos horas de duración.