Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses (2013)


Un regreso inmerecido


Hay vida más allá de Nocturna... o por lo menos eso dicen. Para prueba de ello, vemos que este mismo fin de semana se estrena en las taquillas españolas "Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses", el esperado regreso oficial de Akira Toriyama a su saga más relevante.



El film, comprensiblemente, resultó ser un rotundo éxito en Japón con más de un millón de espectadores y cerca de los 19 millones de dólares en su segunda semana en cartelera. Por desgracia, el resultado, por lo menos para los fans, no estuvo tan a la altura como sus abultados números de taquilla en su país de origen. Nos encontramos con un nuevo arco argumental oficial de la saga, que hace que entre otras cosas, si realmente estos sucesos acontecen antes de la saga GT, entonces esta última no existiría, cosa que hizo que el fandom se decepcionara y enfureciera a apartes iguales tras el visionado de la cinta.



De por sí, ya la trama abre con una premisa un poco floja para tan esperado regreso: El dios de la destrucción, una especie de mezcla entre Anubis y un conejo montañés de color morado, despierta de un sueño milenario en el que se encontraba y el tío flipa al ser informado de que un guerrero (Son Goku) ha sido capaz de tumbar al mítico villano Freezer. Es entonces cuando el dios llamado "Señor Bills" marcha acompañado de su secuaz, un uniformado homosexual de alto tupé, a averiguar si el saiyan en cuestión es un rival digno de su talento. Detrás de todo esto se esconde un inútil intento de retroceder en el tiempo, a los tiempos dorados de "Bola de Dragón" con resultado catastrófico, ridiculizancdo incluso personajes que tenían más que ganada su reputación en la franquicia, véase Vegeta.


En resumidas cuentas, una oportunidad genial de recuperar algo grande pero desperdiciado finalmente de manera triste, aunque eso sí, se agradece el poder volver ver a Goku en acción y es infinitamente superior a "Dragon Ball Evolution" (2009).

NOTA: 3