Ya comienza el buen tiempo, nuestras neuronas
se relajan y nuestros estándares cinematográficos con ellas. Ya no apetece
tanto ver una peli gorda de esas que te epatan (o que tratan de hacerlo)
durante 3 horazas. Ahora es el momento de ver cosas ligeritas mientras haces la
digestión para volver a la piscina. Y justamente, hoy os traigo una de esas.
Ligera, divertida, ciertamente veraniega y sobretodo ignota. Uno de esos
títulos que pocos recuerdan y que debería tener mejor prensa: “Un genio en apuros” de Lluis Josep
Comerón.
La cinta tiene su mayor baza en su
protagonista, el cómico catalán Eugenio. Un señor que a mí me parecía muy
divertido (aún de vez en cuando me escucho sus chistes) y que debutaba en esta película
hecha para su entero lucimiento. Casi hasta parece que haya sido escrita por él
de lo surrealista que es. Pero nada más lejos de la realidad, ya que es el
propio Comerón el creador del divertido libreto.
La película nos relata la vida de Durán, un
bon vivant que es aprendiz de todo y maestro de nada. Trata de vender sus
guiones, escribir una novela, inventar cacharros esperpénticos… pero nada le
sale a derechas. El problema se agrava cuando su burguesa familia decide que ya
es suficiente, que ya tiene los huevos negros y una hija y ha estado mucho
tiempo chupando del bote. Por eso, su hermano hará todo lo posible para que lo enchufen
en el banco donde trabaja. Pero Durán no está por la labor, y aparte de no
conseguir el trabajo se verá inmiscuido en una trama mafiosa mientras trata de recuperar
a su hija de la mano de sus familiares.
“Un genio en apuros” podríamos englobarla dentro de esas cintas que salieron con los diferentes
estatutos de autonomía – no en vano, el título original de la cinta es “Un geni amb l' aigua al coll” -y que se adscribían
a los géneros más diversos: cintas erótico festivas –“El virgo de Visanteta” –, películas históricas – “Companys, procés a Catalunya”- o
comedias surrealistas - “Un, dos, tres… ensaïmades y res mes”-.
Aún y el tono amable de la película, con sus
malos de opereta, su niña simpática y su humor visual; debemos señalar que
tiene varios puntos que te harán levantar la ceja y pensar ¿Pero que estarían
pensando dándole un Para todos los públicos? Entre estos dos puntos destacaría
el hecho de que durante el tiroteo que desata toda la trama con la mafia, hay
un señor al que lo cosen a tiros y los agujeros de bala se ven en primer plano
mientras sangre brota de ellos. Y en segundo lugar toda la subtrama de Durán y
la chavalita bachiller que se enamora de él tiene un aire más que sórdido. Desde
luego, estos tiempos de incorrección política eran mucho más divertidos.
En definitiva, estamos ante una cinta de la
que no se tiene un vivo recuerdo, pero que tiene unos secundarios de lujo –Joan
Monleón, Agustín González o José Luis López Vázquez solo por nombrar a
algunos-, una historia lo suficientemente loca para mantenerte entretenido y un
señor tan divertido como Eugenio durante todos los minutos que dura la cinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario