Cuidado: Internet suelto.
Salgo en estos momentos de ver la que en teoría iba a ser la película que me reconciliase con el otrora gran director Jason Reitman, tras la chunga (pero que muy chunga) Una vida en tres días, cinta que me hizo salir del cine y buscar consuelo en una cerveza bien fría, aunque visto el resultado de esta Hombres, mujeres y niños, poco me ha faltado para seguir el mismo camino.
Basada en la novela de Chad Kultgen, la cual imagino/espero no sea tan blandurria como su versión en pantalla grande, y adaptada por el mismo Reitman, nos cuenta los esfuerzos de un grupo de padres por comprender, y finalmente comunicarse con sus hijos en esta era de la información, donde todo es tan, en principio, fácil, pero que finalmente lo complica todo.
En el lado positivo, que lo hay, encontramos a una serie de actores que, si bien algunos están mejor que otros, soportan este chaparrón con bastante dignidad, dando en ocasiones unos recitales interpretativos, pero a los que acompañan a unos personajes que desgraciadamente no terminan por dar la talla. Desde un Adam Sandler y una Rosemarie DeWitt que dan una lección de profesionalidad al interpretar a dos patanes - Sandler es para un servidor un actor desaprovechado en comedias y dramas insustanciales, al cual ruego le diesen más papeles como el de Embriagado de amor o Hazme de reír -, unos como siempre estupendos Judy Greer y Dean Norris, y los jóvenes Anael Elgort y Kaitlyn Beltmeyer, los cuales consiguen destacar más que sus mayores. Carga eso sí la voz en off de la narradora Emma Thompson, que es totalmente prescindible.
El principal problema que le veo a este film es que a Jason Reitman sigue cabreado por no haber conseguido el Oscar por Up in the air y sigue intentándolo sin importar cómo. Tras el injusto batacazo que supuso Young Adult en dos mil once (tanto a nivel monetario como artístico), Reitman ha ido dando tumbos sin rumbo, componiendo obras sin alma pero sí de las que presupone acabarán por contentar a la academia, buscando para ello su piedra de toque en el drama. Si algo bueno tenía el Reitman de Gracias por fumar, a ratos Juno, Up in the air o Young Adult era su capacidad para sacarnos una sonrisa aún cuando la cosa se ponía dramática - los parches de nicotina en Gracias por fumar, la marcha del pueblo del personaje de Charlize Theron en Young Adult -, conjugando con bastante oficio una buena historia y unos buenos actores, cosa que desde hace un tiempo cumple a medias dado que anda más ocupado por demostrar que sabe sacarnos una rastrera lágrima que por contar una historia que no provoque vergüenza ajena. En Men, Women & Children hay un momento en el que el personaje de Sandler habla sobre sus sentimientos con su mujer, en un cuasi monólogo de casi seis minutos en el que se hace una retahíla de palabras cursis y frases hechas que harían sonrojar a un oso amoroso y que culmina con una frase que oiríais más en boca de un prepúber que en la de un adulto. Y no, no me vale eso de que los adultos aquí sin tratados como personas que no saben bien lo que hacen, porque no cuela ya.
Otro tema es como queda reflejado el mundo que rodea internet. Pese a que en principio queda plasmado de manera más o menos fiel, pese a contar con alguna licencia que otra - sexo sobretodo -, el guión de Reitman acaba finalmente tirando todo por la borda, rindiéndose al sensacionalismo digno de revista de cotilleo, optando por la vía fácil y pasando de puntillas, por los temas más delicados, desechando todo el potencial que mostraba en un principio.
Y eso es lo que puede resumir a lo mejor esta película: Buenas ideas con potencial, tiradas a la borda por un exceso de pedantería.
En resumidas cuentas, pese a contar con unos actores más que solventes, es una cinta que hace aguas por todos los lados.
Bien podría haber engrosado mi lista con lo peor del año. Tal cual.
Nota: 4
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