EN: Dia 2. Ocho noches locas (2002) de Seth Kearsley.

DIA 2: Bombón de chocolate kosher.



En este segundo día de maratón continuamos con el tema de la animación. Pero si la película tratada ayer supuso todo un hito en su momento, lo que os traigo hoy es un film con una animación desfasada –incluso en el momento de su estreno- y sin ningún tipo de encanto. Intentando seguir la estela de “El gigante de hierro” les ha salido un engendro de personajes sin proporciones y fondos sin ningún tipo de florituras.
Esta cinta es un monumento al ego del cómico Adam Sandler, no en vano la película en su título original es “Adam Sandler’s Eight Crazy Nights” y aquí el cómico neoyorquino escribe, canta, produce, pone voz al 80% de los personajes e incluso coloca a su mujer como la chica de la película. Si me hubieran dicho que también se encarga de entintar a los personajes me lo creo, porque visto el resultado final…
Las ocho noches locas del título hace referencia a las ocho noches de Hanukah, durante las cuales se enciende cada noche una de las velas de la menora y se dan regalos, desembocando todo en la noche del 24 de Diciembre –según la película, ya que esto cambia de fecha como la Semana Santa-  donde se celebra el culmen de la fiesta.





Este film cuenta la historia de un gilipollas integral –como no Sandler en su salsa- que para no acabar con sus huesos en el talego debe ayudar a un árbitro de baloncesto que realiza una gran –aunque no recompensada- labor social entre la chavalada del pueblo. Pero como si de un Scrooge se tratara –o en su caso un douche- el personaje de Sandler no hará nada por enderezarse, hasta que un deus ex machina en formato visión reveladora le hará replantearse un cambio en su estilo de vida.
El guión de la película –que cabe en un post-it –es la cosa más desequilibrada que posiblemente veas en este especial navideño. Durante los primeros 50 minutos –de sus 65 minutos totales- la historia no avanza. Tan solo tenemos una suerte de sketches en los cuales está el personaje de Sandler –Davey- haciendo el subnormal, emborrachándose, metiéndose con el personal… y lo único que deseas es el poder de transformarte en un dibujo animado cutre –como el resto de la película- y poder cargártelo entre estertores y gritos de dolor.  Llegados al minuto 50 tendremos un giro de guión sin sentido, en forma de aparición fantasmal, que hará que Davey se reforme y sea feliz, y al terminar la película nosotros también. Si, he hecho un spoiler como un piano, pero no os quejéis ya que os he hecho un favor.

En resumidas cuentas, estamos ante una película atroz, que no recomiendo verla con niños –por sus contantes chistes de mal gusto- pero tampoco verla como si fuera una peli gamberra de Sandler ya que es demasiado blanca y ñoña. Tan solo la consideraría como curiosidad, por ver una película animada navideña de temática judía. Como contraoferta, propongo este corto del programa SNL, donde por cierto Adam Sandler se forjó, llamado “Christmass for the Jews” https://www.youtube.com/watch?v=BGzO1ghRKp4  con mucha más retranca y mucho mejor resultado artístico.

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