ESPECIAL NAVIDAD. DIA 19: "The Polar Express" (2004) de Robert Zemeckis.

DIA 19: Chocolate con jengibre.


Hoy volvemos a la animación. Pero no a una tradicional como las que hemos visto en días anteriores, hoy tenemos animación de captura por movimiento: “The Polar Express” de Robert Zemeckis.
Este film, auspiciado por los logros técnicos alcanzados por los chicos de Weta Digital en la animación de Gollum en la trilogía del anillo, hizo que Zemeckis se lanzase a la piscina realizando un film completamente con la técnica de captura de movimiento, resultando la película que tratamos hoy.


Esta peli se centra en el ya manido paso de la niñez a la adolescencia. Tenemos a un niño protagonista –del que nunca se sabrá el nombre- que ya no cree en Santa Claus. Debido a ello, la noche de Nochebuena aparecerá en su casa un gigantesco tren que va en dirección al Polo Norte –la casa de Santa Claus- y en el cual nuestro pequeño héroe tiene un ticket reservado.
Esta historia se basa en un libro infantil, de unas 32 páginas, escrito por Chris Van Allsburg, autor de otras obras como “Jumanji”. Y es precisamente esa losa de libro corto la que lastra toda la película. Si en “How the Grinch stole Christmas” vimos como trasladaban a imagen un libro de semejante longitud, y en vez de hincharlo y realizar un largometraje se quedaba en un mediometraje. Aquí vemos como los guionistas hinchan e hinchan el guión para que llegue a los casi cien minutacos. Ejemplos de este hinchamiento sin ton ni son podemos verlos en escenas como la del billete volador, que también es una escena marcapaquete de libro, o en los quince minutos que dura la escena de preparación del trineo de Santa Claus.
Estos fallos de guión hacen que la película se vuelva muy aburrida tras 30 minutos de metraje, ya que no se sabe donde va a terminar todo este disparate. Y llegados al final, tampoco queda clara como se ha llegado a este.



Pero no nos engañemos, esta peli no se vendía en 2004 como una película con un guión de hierro; si no que su principal baza eran sus novedosos efectos especiales, no en vano ostenta el Guinness como primera película rodada completamente con la técnica de captura digital.
Y ciertamente son unos efectos dignos de elogio. Sobretodo en cuanto a todo lo relativo al tren. La sensación de movimiento y gran espectáculo es más que evidente. Y se agradece que no existiera esa fiebre 3D que apareció años después que parecía que era obligatorio que te lanzasen todo el atrezzo a la cara.
El pero  en los efectos especiales lo veo en las expresiones faciales. Se agradece el esfuerzo, pero las animaciones de los niños dan bastante mal rollito… no me gustaría encontrarme con uno por la noche. Menos mal que es algo que se ha logrado mejorar desde 2004.
Porque si, después de este “The Polar Express” –que fue un exitazo de taquilla- Zemeckis continuó con sus películas de captura de movimientos como “Beowulf” o “Cuento de Navidad” con mejoras respecto a calidad de la cinta; pero sin tanto apoyo por parte del público. Y junto con Zemeckis surgieron varias películas que usaban la misma técnica, algunas que es mejor olvidar como “Marte necesita madres” y otras que mejoran las originales como “Las aventuras de Tintin: El secreto del unicornio”.

En definitiva, una película para aquellos que disfrutan de los efectos especiales o para aquellos que busquen un modo eficaz de echarse una buena siesta. Porque si, la película es muy bonita, pero más aburrido que un torneo de macramé. 

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