DIA 20: Chocolate con gangrena.
Llegamos al
último finde de nuestro especial, y traemos algo especial. Una película perfecta
para ver en una resacosa mañana prenavideña…y alucinar más que en cualquier
after hours: “Santa Claus conquers the
martians” de Nicholas Webster.
Este film, a
pesar de lo que pueda parecer, es una de las películas de serie Z más conocidas
del mundo anglosajón. Esto se debe a que fue retransmitida con gran éxito en el
programa Mistery Science Theater 3000 un programa similar al Cinebasura de Jose
Viruete y Paco Fox. Es decir, se proyecta una peli cutre y de fondo están dos
presentadores soltando coñas verbeneras. Y a decir verdad, que la versión de “Mistery
Science Theater 3000 mejora la original porque este “Santa Claus conquers the martians” se torna por momentos
insoportable.
El argumento es
sencillo, en Marte los niños se sienten tristes porque ven en la tele de la
Tierra que hay un personaje llamado Santa Claus que les deja regalos. Pero el tipo
de rojo no va nunca a su planeta, por lo que los marcianos deciden –en una
argucia digna del Amador de “La que se
avecina”- secuestrar a Santa Claus para que les lleve regalitos y les
quiten las penas.
Lo primero que
llama la atención es su diseño de producción… en una palabra: grotesco. Por un
lado los marcianos van vestidos con un disfraz como el Gazu de “Los Picapiedra”, pintados con rotulador
Carioca verde y con unos cascos que parecen bidés decorados. Y en cuanto a los
decorados, todo es cartón piedra y corchopan. Destacar un par de momentos: el
robot Tor que debería de dar miedo pero da ascopena –atención al momento en el
que el papel albal está desconchado-. O el momento en el que el marciano
tontico quiere esconder a los niños y decide meterlos en una caja de radar (sic) y al abrirla vemos que no hay cables ni tornillos ni nada,
parece más un arcón de guardar juguetes atrezzado.
Por no hablar del oso polar, que no es otra cosa que un señor con un disfraz
digno de Disfraces Paco.
Con un presupuesto
de 200.000 dolares de la época, tenemos una película digna del infracine del
canal SyFy: defectos especiales,
escenas de despachos y actores con cara de palo. Porque como las pelis de dicho
canal, desde el principio hay un problema: estaba anticuada antes de estrenarse.
Esta peli data de 1964, y en aquella época triunfaba otro cine de género con películas
más científicas – para no liarnos, más Nolan- como “El tiempo en sus manos” o la serie de “Más allá del límite”. Es decir, que la ciencia ficción naif de los cincuenta estaba un poco bastante
de capa caída; pero poco le importaba al director Nicholas Webster, que se
emperró en hacer –como diría Bender de “Futurama”- su propia peli, con
marcianos y elfos.
En definitiva,
un despropósito más grande que el mismísimo planeta rojo. Una película que
pierde el norte tras los primeros 10 minutos, quedando un film lleno de chistes
malos, efectos pésimos y un guión que no sirve ni para calzar mesas.
Me encanta esta bizarrada de película.Tanto que lo utilizamos de visuales en una actuación en Juvenalia como podeis ver en este video
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=8DtMTRBTrjA
Geniales artículos de navidad y Feliz Idem.