En McFly también vemos La 2. Y sino que se lo pregunten a Miriamelle, tiburonológa de pro que reseña el estupendo documental Jaws, The Inside Story. Allá va:
Jaws; The inside story (o la pesadilla de Spielberg)
Este documental nos cuenta las desventuras de un jovencito Spielberg durante un rodaje que le perseguiría en sueños, mejor dicho en sus pesadillas. Durante el documental los diferentes actores, miembros del Stuff, productores y demás nos cuentan la odisea por el inframundo que fue el rodaje de esta película que aún a fecha de hoy sigue causando pavor entre los espectadores, una sensación de desasosiego en el mar (Y que a mí personalmente me ha influido para evitar meterme en el agua donde no vea lo que tengo alrededor), una sensación de desprotección ante la amenaza no siempre real de los escualo. ¿Qué nos cuenta? El guión tardó en estar listo una eternidad, lo cual ya retrasó un tanto el rodaje, retraso que se iría alargando por culpa de los imprevistos que iban acumulándose, entre los más sonados los problemas que dio Bruce (nombre con que se bautizó al gran escualo de 8 metros, 2 por encima del estándar en tiburones blancos hembra, que son algo más grandes que los machos), al cual el salitre le causó mil y un problemas, aunque también cierto par de pillastres que huyeron del lugar del "delito" trans hacer el tonto… Sí, Spielberg y Lukas, una anécdota muy risible, reseñable también como imprevisto es que al especialista que doblaba a Dreyfuss en la secuencia en que es atacado en la jaula por el tiburón, éste sufriera un infarto que casi le cuesta la vida ante la impresión.
Por otro lado tenemos las disputas entre Dreyfuss y Shaw, que llegaron más allá de las pantallas, aunque fuera de plató se llevaran bien, que Dreyfuss anduviera jactándose de su éxito reciente en su papel en "el aprendizaje de Duddy Kravitz" no le sentó muy bien y decidió bajarle los humos a su manera, mediante retos. El señor Shaw perteneciente a un grupo de actores británicos con cierto afán melopeístico (vamos a darle al "drinking Whisky") acudía al rodaje en estado de embriaguez en ocasiones, lo cual no empañó su actuación, siendo su actuación soberana.
En el rodaje la intención primera de Spielberg sería sacar al tiburón en plano tal como se había realizado en el script sobre el papel, pero los fallos causados por el salitre, la filtración de imágenes a la revista Time y el intempestivo carácter del mar causaron que tal idea no resultara factible, por lo cual Spielberg tuvo que optar por la "insinuación" de la presencia del gran escualo en la mayoría de tomas y dejar para las tomas obligatorias la presencia de Bruce, por lo cual la partitura de Williams jugó un papel crucial durante el rodaje y en boca de Spielberg la más importante de las aportaciones del compositor a su carrera, yo secundo la idea, dado que el escuchar dicha melodía nos hace asociarla al acecho de un gran blanco en aguas turbulentas. Algo que no comentan (y se me hace raro) es como el escritor del libro, por aquel entonces en auge; Peter Benchley se enfureciera bastante por el cambio de la muerte del escualo.
Durante la hora y media que dura el documental, dividida en dos partes de 45 minutos respectivamente, podemos notar la angustia del reparto y la del mismo Spielberg, al que el tiempo se le echaba encima, había sobrepasado en exceso el tiempo de rodaje y la Universal estaba en números rojos debido al coste acumulado, de hecho, durante el rodaje una actriz en una fiesta se le acercó y le comentó; "En Hollywood se habla mucho de esta peli y dicen que va a hundir tu carrera", momento en el cual el cineasta decidió abandonar la fiesta abatido. Tras todos los incidentes, retrasos, pesadillas y un apio encamado y antes de terminar de rodar la última escena, Spielberg abandonó el set de rodaje, debido a que tenía miedo que el Staff le tirase al mar, costumbre que ha mantenido a lo largo de su carrera. Cuando por fin se estrenó la película el director se mantuvo entre bambalinas, no fuera que la peli resultase un fiasco y no pudiera salir con pies en polvorosa, las primeras reacciones no se hicieron esperar y el primer espectador salió de la sala, pero no porque no le gustase la película, sino ante la truculencia de la escena y no llegó a su destino, el WC, ya que vació los intestinos de camino, momento en que Spielberg temió haberse pasado con el gore, pero no, ante el primer susto propicio respiró más tranquilo, la película fue un exitazo y la primera gran explotadora de cine, manteniéndose meses y meses en cartelera y acumulando colas de hasta dos manzanas para ser vista, además la primera peli en explotar el merchandising en todo su potencial, con camisetas, polos, sudaderas, posters, figuras… A pesar de su infernal rodaje, el propio Spielberg acepta que iendo su peor experiencia de rodaje, también ha sido la mejor y le abrió las puertas de Hollywood de par en par, siendo un referente para directores que se inspiraron en su amor por esta magnífica película para comenzar su vida cinematográfica.
Todo el que haya leído críticas mías sabrá que las películas de tiburones son un gran referente para mí, la razón la tienen ante ustedes, un clásico por el que parece no pasar el tiempo y que ha envejecido como un buen vino, conservando la frescura de antaño, pero con la fuerza de un gran reserva, y desde luego para mí LA película por excelencia y mi preferida de cuantas he visto, dado a su ambientación, su sabia explotación del ambiente y el terror primigenio que siente el ser humano ante la incertidumbre de lo que le rodea, porque, reconozcámoslo, no hay nada que acojone más que estar nadando y no saber lo que te acecha bajo la superficie y más si el agua está turbia o el fondo no se vislumbra, por ello, su BSO y la maestría con que se rodó, Jaws es una obra que nunca debe faltar en una filmografía completa y desde luego no puede faltar en una específica de terror.
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