DIA 7: Bombón de chocolate helado.
Después de
tocar el tema navideño desde una perspectiva norteamericana, hoy saltamos el
charco al Viejo Continente para irnos a la patria chica de Santa Claus,
Laponia, Finlandia.
Hasta hace pocos
años, la filmografía exportable del país nórdico se reducía casi a las depresivas
películas de Aki Kaurismaki. Pero desde hace poco más de un lustro, han
comenzado a distribuir películas de género, como el resto de países escandinavos.
Ejemplos son: “Imaginaerum” de Stobe
Harju, “Dark Floors” de Pete Riski, “Iron Sky” de Timo Vuorensola, o “Skeleton Crew” de Tommi Lepola. Pero me
atrevo a decir que la más importante, reconocida y premiada es este “Rare Exports” de Jalmari Herlander.
La historia de “Rare Exports” viene precedida por
sendas cortometrajes de 2003 y 2005, dirigidos por el mismo Herlander, pero no
son necesarios para disfrutar del film que tenemos hoy. En resumidas cuentas,
tenemos al pequeño Pietari, que vive cerca de una montaña que guarda un
terrible secreto relacionado con un grupo de científicos y el verdadero origen
de Santa Claus.
Este film contiene
lo que yo llamo características positivas
de films nórdicos de género: Para comenzar, una corta duración, y así no
ponen paja que entorpezcan el desarrollo de acontecimientos. También se
aprovechan de los paisajes nevados de taiga y tundra que existe al norte de
país, dándole así un aire de fantasía o de cuento. Y en tercer lugar, son
conscientes que sus productos son entretenimiento y no dudan en añadir toques
de comedia y aventura para que el espectáculo no decaíga y el espectador se
divierta durante los 80 minutos de media que duran estas películas.
Además de los 3
puntos del párrafo anterior, destacaría en esta película las actuaciones. Por
un lado tenemos a Onni Tomilla como el pequeño Pietari, un niño lapón que
recuerda –como el resto de la película- a esos niños curiosos de las pelis de
los 80, en la órbita de los chavales de “Exploradores”
o “Una pandilla alucinante”. Y como
su némesis, tenemos a Peeter Jakobi –que murió hace 3 meses- como el Santa Claus que parece ser se oculta en
la montaña. Jakobi nos ofrece una interpretación completamente física de un ser
que en ocasiones acojona. Y junto a ellos, un grupo de secundarios entre
familiares, científicos y cazadores que le dan empaque al asunto.
Quizás el mayor
problema de la película –y que hizo que mucha gente se echara las manos a la
cabeza tras ver que ganó el Premio a Mejor Película en Sitges- sea su tono y la
forma de venderla. Recuerdo durante meses antes del estreno, que por Internet
veías posters, fotos promocionales o teasers;
que hacían pensar que estábamos ante una cinta de terror con todas las de la
ley. Pero, luego la película resultó ser una película de aventuras con algún
sustillo que otro, pero con una vocación aventurera más que terrorífica. Pero
aún y todo, en mi opinión puede ser una de esas películas puente, para aquellos
pre adolescentes que busquen alguna emoción
fuerte.
En resumidas
cuentas, una película muy divertida –y diferente- para disfrutar en estas
fiestas. Perfecta para aquellos fans acérrimos de los Tres Reyes Magos y que no
aguantan al barbudo rojo.
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