¡Oh si amigos!
Ha llegado el momento Charles Dickens. El autor inglés y sus numerosas
adaptaciones no podían faltar en un Especial Navideño. Hay decenas de adaptaciones
de diferente pelaje –más o menos ortodoxas- que podría haber puesto en la
lista: “Los fantasmas atacan al jefe”
o “Los fantasmas de mis exnovias”, por
solo citar un par de ejemplos. Pero
para la ocasión os traigo la versión que en mi casa no falta ninguna Navidad,
la de los Teleñecos.
Este film
conserva toda la esencia de la obra de Dickens, pero acercándolo al mundo teleñequil con gran acierto. En esta
cinta no falta nadie: Tenemos a Rizzo y Gonzo como unos excelentes narradores,
Gustavo y Peggy como el matrimonio Cratchit, y por encima de todos ellos a
Michael Caine como un superlativo Ebenezer Scrooge. Se podría pensar que este
era un mero papel alimenticio –de los de para pagarse el chalet- que tanto hizo
el actor inglés en los ochenta y noventa –“El
enjambre”, “Tiburón. La venganza” o “En
tierra peligrosa”-. Pero el londinense siempre que se le pregunta sobre el
tema dice que es uno de sus papeles más queridos.
Y hace bien, ya que en mi opinión es el mejor Scrooge – o imitación de- que
haya visto en la pantalla.
Resumiendo la
historia, ya que creo que todo el mundo debe conocerla, estamos en el Londres
victoriano. Es la víspera de Navidad, y Mr. Scrooge es un usurero que trata
fatal a sus empleados. Y todo ello viene por un trauma de juventud. En
resumidas cuentas; es un amargado que odia la Navidad. Pero el día de
Nochebuena recibirá la visita de tres fantasmas que tratarán de hacerle
cambiar. ¿Lo lograrán?
Lo primero que
llama la atención de la película es su diseño de producción, a medio camino
entre un escenario teatral y una creación desde cero, a lo Hobbiton. Todo es un
despliegue de color y detalle: Ya sean las calles atiborradas de gente con
vestiduras dignas de “Downton Abbey”
o los interiores de las casas llenos de muebles y abalorios. Por no hablar de
los teleñecos en sí, perfectamente integrados en la escena y sin resultar un
estorbo cuando están acompañados por seres humanos.
Otro punto
fuerte son los números musicales, que aunque no te guste tipo de películas
acabaras tarareando mucho después de haber terminado el film. Números
musicales, que por cierto ganan mucho con el doblaje neutro que podemos
encontrar, y que no chirría por ningún lado.
En resumidas
cuentas, en mi opinión, la mejor adaptación del clásico de Dickens, y la mejor película
de los Teleñecos. Con un gran diseño de producción y sobretodo un ritmo a prueba
de bombas que mantendrán a los nanos
pegados a la pantalla como gatos de escayola. Perfecta mientras se prepara la
cena de Nochebuena y no quieres que la chavalada esté por medio.
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