DIA 14: Bombón de CGI.
En el día de
hoy traemos película Disney. Pero no os llevéis a engaño es una peli Disney de castigo. Una de esas películas directa
para video que cogían Clásicos Disney y
se creaban secuelas con el objetivo de que padres ávidos de paz en sus casa las
alquilasen y encasquetasen a sus hijos, creyendo que estaban trayendo algo a la
altura del original. En contadas ocasiones podías encontrar algo con cierta magia,
como “El
rey León 3: Hakuna Matata”, con algunos chistes de pedos con Timón y Pumba
ciertamente graciosos. Pero lamentablemente, esta “La bella y la bestia 2: Una navidad encantada” no entra en esta selecta
categoría. Así que en palabras de Gandalf: Huid insensatos.
Una cosa
positiva que se le puede sacar a la cinta es cierta originalidad en su
planteamiento. Otros remakes directos a video, como los de “Aladdin” o “La sirenita”
tan solo colocan la historia después de los acontecimientos ocurridos en los
originales. Pero en esta cinta de hoy, nos sitúan la trama en mitad de la película
anterior. Esto tiene una serie de pros, ya conocemos a los personajes, ya
conocemos el trasfondo y como conocemos como acaba la historia Bella-Bestia
podemos tener un sentimiento de omnisciencia respecto a la historia que la hace
más llevadera. Pero hay un pero muy importante, la gran mayoría de lo que aquí
se cuenta no tiene nada que ver con lo que se ve en la película original. Me
explico, la película se sitúa durante las navidades que Bella pasa prisionera
en el castillo. Si recordamos el original, esta parte aparece, siendo la época
en la que Bestia comienza a cambiar su actitud. Pero lo que sucede es que los
hechos contados en esta secuela tiene demasiada relevancia para que sean
obviados (siempre que pensemos en el díptico como una misma temporal) Bueno, me
callo ya en este aspecto porque creo que le estoy tratando de buscar los tres
pies al gato.
En cuanto al
argumento, Bella quiere celebrar la Navidad y aunque los habitantes del
castillo están con ella, también tienen miedo de la Bestia ya que esta no
quiere que se celebre debido a que su transformación ocurrió ese día. Y por
otro lado tenemos a Forte, un órgano malvado que por un lado apoya a la Bestia en
su cruzada anti navideña, pero por otro lado parece que apoya a Bella a que
celebre la Navidad. Pero su objetivo es claro: acabar con Bella para que todo
vuelva a ser como antes.
En cuanto a la
animación, esta tiene poco que ver con el original. Si esta fue un gran salto
hacia delante, sobretodo en la escena del baile, esta es un salto hacia atrás.
Tenemos todo el rato los mismos fondos, los movimientos son muy poco fluidos,
se intentan incluir pocos elementos móviles en escena… Y por encima de todo
tenemos a Forte, el órgano. Es uno de los personajes Disney más cutremente
animados que haya visto. Intentando usar la misma técnica que en la mencionada
escena del baile, o la persecución final de “Basil.
El ratón superdetective”, el director Andy Knight y su equipo de animadores
tratan de crear un personaje creado con animación 3D que tenga la suficiente
presencia para ser un buen malo. Pero por el contrario, tenemos un personaje
digno de la factoría de Video Brinquedo y sus cutre-copias.
Y en cuanto a
un aspecto que en la original eran muy importante: las canciones, si en “La bella y la bestia” servían para
explicar la situación o como elemento acelerador de la historia, y sobre todo
eran bonitas y muy bien acabadas; aquí están metidas con calzador y en cuanto a
la calidad mejor ni hablar. Parece que desde el principio supieran que debían darle
una canción a Bella, otra a la bestia, otra al malo y otra para que el resto se
lucieran. Una recomendación para tratar de mejorarlo es hacer el típico juego
de chupitos, y cada vez que alguien cante la palabra acebo, toca beber.
En definitiva,
un pestiño de mucho cuidado; que ensucia el nombre de uno de los clásicos
Disney que mejor ha envejecido. Tan solo recomendable para los más pequeños de
la casa, o aquellos con unas tragaderas a prueba de bombas.
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