"7500" de Takashi Shimizu


La película desde el principio parece una broma de mal gusto, realizada a rebufo de los últimos accidentes aéreos como el de Malasya Airlanes y del éxito de películas de temática aérea como puede ser “Non Stop”de Liam Neeson. Pensándolo mejor, esta película debería haberse titulado como aquel magnifico capítulo del podcast Vuelo 180 –sin ánimo de lameculismo -: “Vaya mierda de vuelo”. Avisados quedais todos.
Desde el primer momento notamos que el presupuesto debió ser muy ajustado, por poner un par de ejemplos: en muy pocos momentos vemos el techo del avión –lo que nos lleva a la conclusión que es un decorado sin acabar- y que todo el exterior del avión –incluso cuando este está parado- está hecho con CGI chapucero. Aún y todo, esta no es excusa para el lamentable espectáculo que vamos a presenciar.




El reparto también nos remite a un presupuesto bastante apurado. A este elenco los englobaría bajo el epígrafe de actores de, ya que tenemos actores que aparecen en series pero nunca te recuerdas su nombre. Entre los protagonistas destacan: Leslie Bibb – “Popular”, “Iron-man”-, Amy Smart – “Mirrors”, “El efecto mariposa”-, Jerry Ferrara – “Entourage”- o Ryan Kwanten – “True Blood”-. Ninguno destaca más que el resto interpretando a personajes planos y a los que te da lo mismo que mueran o no.
Y en cuanto a la dirección, tenemos la única razón por la cual me atreví a ver esta peli: Takashi Shimizu. Este señor fue el encargado de rodar “Ju –on” y todos sus remakes y adaptaciones –que dentro de muy pocos días visitarán esta santa casa-. Pero desde que Shimizu dejó de lado a Toshio y Kayako, su carrera cayó en picado –lo que le debería haber pasado a este avión-. Desde que dejó maldiciones niponas y americanas tan solo tiene un título menor llamado “Marebito” – con un inicio prometedor, pero luego se pierde en su propia languidez- y una ristras de títulos que nunca llegaron a Europa. Y sin lugar a dudas, esta película no le devolverá al trono del terror japonés. Aunque su nombre aparece acreditado como director, si en vez de Shimizu hubiera estado Scott Derrickson o cualquier otro currela de Hollywood nadie se hubiera dado cuenta, ya que la buena mano del realizador nipón brilla por su ausencia.
Pero vamos a dejar de despotricar, solo por un rato, y voy a contaros un poco de que va la cosa. En un vuelo entre Estados Unidos y Japón –el vuelo 7500 del título-, hay mucha gente, y todos muy raros; y americanos. Pero destaca un señor con corbatín –me hacen mucha gracia los corbatines, que le voy a hacer- que de repente se muere. Tras esto comenzará un jaleo de tres pares de narices, que terminará de forma sorprendente. Digo sorprendente, porque me sorprende que el guionista – Craig Rosenberg, maldita sea tu pluma- cree que somos gilipollas y que nos vamos a quedar tan panchos con la solución de mierda que decide realizar. Como nota decir que no es que quiera ser misterioso con la sinopsis para no revelar nada y no destriparos la película, es que de verdad no te enteras de nada.




Además, esta trama insípida viene aderezada con un ritmo soso a más no poder. Parece una peli concebida para echarse una siesta en una calurosa tarde de verano. Y no solo por el ritmo, es que la mayoría de los personajes hacen eso: dormitar mientras les aguarda la muerte. Podría decir que más que una película parece un capítulo de relleno de una serie de tercera. Por poner un ejemplo reciente: los primeros 15 minutos de “The Strain” tiene más chicha que esta película de 85 minutos… Mira. Una cosa buena. Dura 85 minutos.
Como llevo diciendo, desde el principio es un completo despropósito pero llegando a los 60 minutos la cosa ya es un caos: de repente aparece la noción de Shinigami –que se note que el director es japonés (guiño, guiño)-, personajes que no pintaban nada piden paso… Y la solución final (Spoiler) es que todos estaban muertos desde el principio (Fin del Spoiler)… Plas, plas, plas… ¡Ole tus huevos! Desde luego, Craig Rosenberg se te secó el cerebro urdiendo esta complicada solución.
En resumidas cuentas, una basura sin pies ni cabeza. En la misma cantidad de  tiempo puedes verte el piloto de “Fargo”, o ver “Ju-on” y creer que todo ha sido una pesedilla. Aún y todo,  el factor nostalgia me hace exculpar a Shimizu, y espero que la próxima vez se redima. Pero si no… Takashi…. Llamaré a Toshio… y esta vez no podrás escapar… A no ser que le pongas esta peli y lo duermas.





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