Toca
serie. Si, porque nuestra sección En Serie pide paso. Y viene a pegarnos una
patada baja, a lo Blanka, en la nostalgia. Viene a despertar esas mañanas
tardonoventeras en Antena 3, mientras llegaba la hora de irse a la playa y los
programadores ponían series americanas en barrena. Y la que destacaba por
encima de todas, sobretodo cuando repitieron por quinta vez “Salvados por la campana”, era esta “California Dreams”.
Oh
si, sientes eso dentro de ti. Significa que hemos desbloqueado un recuerdo. ¿Y
de que iba la serie? Pues sencillo. Esta sitcom
nos acerca a un grupo de adolescentes que tienen una banda, mezcla de AOR trasnochado
con blandipop –pero ¡Cuidado! Que tienen una guitarra eléctrica- que luchan por
un lado aprobar el curso y por otro por hacerse un grupo en el panorama blandito de la música
californiana noventera.
Pero
lo que más se recuerda no son sus tramas, si no sus personajes. Esta serie fue
bastante pionera en introducir personajes de diferentes etnias como personajes
principales, aunque la premisa para introducir dichos personajes estaban cogidas por los
pelos. Entre los personajes más importantes de las cinco temporadas de la serie
tendríamos:
En
primer lugar a Tiffani Smith, interpretada por Kelly Packard, la bajista del
grupo y una de los culpables de mi gusto por las rubias. Y cuidado, que además
de tocar el bajo, fue una vigilante de la playa junto a Mitch Buchannon… Casi
nada.
También
resaltar a Tony Wicks –William James Jones- como el batería, negro para más
señas, del grupo. El cuál, como si fuera un Phil Collins wannabe, también cantaba.
Durante las primeras temporadas destacaría
Matt Garrison –Brentley Gore-, el vocalista del grupo. Un tío con pelete típico
engominado pero, en mi opinión con el carisma justito para ser el prota de la
serie. Zack Morris se lo merendaría en un segundo, si este Matt se atreviera a
poner un pie en el Instituto de Bayside.
Jenny,
la hermana de este –interpretada por Heidi Noelle Lenhart- también tuvo su peso
en la primera temporada, aunque termino yéndose al poco de la serie. Y la
audiencia nunca la lloró.
Tras
las primeras temporadas, hubo nuevas incorporaciones al grupo. Destacando, como
he dicho anteriormente, el componente étnico. Por ejemplo la hongkonesa Sam Woo
–interpretada por Jennie Kwan- o la latina Lorena Costa –en la piel de Diana
Uribe-.
Y el
mejor de la función para el final. En esta época era normal que las series
tuvieran el típico secundario que poco a poco se hacía con la misma. Ejemplos
tenemos como Steve Urkel en “Cosas de
casa” o Jazz en “El príncipe de Bel
Air”. Y en esta “California Dreams”
tenemos a Sly Winkle – interpretado por Michael Cade-, el manager del grupo y
cuyo grito Baboom se transformó en
una de las señas de identidad de la serie.
Y
todos estos personajes y tramas provienen de la mente de dos personas con mucho
callo en esto de la tele noventera para chavales: Ronald B. Solomon y Brett
Dewey. Esta dupla, que casi siempre han trabajado a cuatro manos, fueron nada
más y nada menos que los creadores de series –seriazas podríamos decir- como “Salvados por la campana” –y sus
secuelas- o “Un equipo con clase”…
por lo que el éxito de esta serie donde el Verano es perpetuo no fue algo
casual.
En
definitiva, una serie que muestra lo mejor y lo peor de la televisión de los
noventa. Con su multietnicidad, sus tramas serias –esos episodios sobre odio
racial o drogas, donde los protagonistas terminan hablando a cámara-, las
canciones, la playa… Pero también, sus clichés: el buenrollismo perpetuo, esos
veinteañeros que aún están repitiendo tercero de ESO… ¡Pero que narices! Meteos
en Youtube –donde están todos los capítulos- y dadle cancha a la nostalgia. Y
si amenazan con hacer un reboot de “California Dreams”, no os metáis en change.org … No merece la pena.
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