Y
volvemos a las sagas, pero no nos alejamos de las comedias juveniles. Hoy os
traigo la secuela de la cinta que lo cambió todo a fines del milenio pasado en
cuanto a comedias desmadradas se refiere: “American Pie 2” de J.B. Rogers.
Esta
cinta nos lleva al año siguiente de la primera entrega. Tras el primer año en
la universidad, los cuatro amigos –Oz, Jim, Kevin y Finch- deciden pasar el
Verano juntos, yéndose a la playa, buscándose un currillo, ahorrar cuatro duros
y como no, arrimar la cebolla. Pero el presupuesto de los chavales es escaso, y
para poder permitirse alquilar una casa deberán de invitar al quinto en
discordia: Stifler. Como no, tendrán un Verano movidito.
Tras
las cámaras tenemos a un señor que responde al nombre de J.B. Rogers. Este buen
hombre ya tenía una cinta a sus espaldas –la más que simpática “Dime que no es verdad”-, cuando se puso a los mandos de esta
secuela. No obstante, ya tenía callo de ser ayudante de dirección de las
comedias noventeras de los hermanos Farrelly y como no, de la primigenia “American Pie”. Todo un valor seguro,
que si bien se desenvuelve como pez en el agua en la cinta que hoy nos toca, en
el futuro no tuvo la carrera que seguramente creía que le iba a tocar debido al
enorme éxito de este “American Pie 2”.
Delante
de las cámaras vemos a la misma tropa que hacía el canelo primera. Y al
conocerlos ya, tenemos media película ganada; ya que los chavales no hacen otra
cosa que alzarse –o tratar de hacerlo- durante los 105 minutos que duran la
cinta. Puede esta duración ser considerada excesiva, pero si tenemos en cuenta
que esto parece un capítulo de “Aquí no
hay quien viva” y hay que cerrar tramas para una docena de personajes, el
resultado final no está nada mal.
Porque
si hay una cosa cierta en esta película, es que no cesan de ocurrir cosas.
Durante la mencionada hora y tres cuartos tenemos un no parar de situaciones absurdas,
pero que hacen que te rías como un idiota: la escena con las supuestas
lesbianas en la casa que están pintando, Jim haciéndose pasar por un chaval con
ciertas dificultades, los intentos de alzarse del hermano de Stifler, Eugene
Levy –otra vez-, Jim con la cinta VHS y Alien Ant Farm de fondo…
Y ya
que hablamos de la banda sonora, esta sin duda era la banda sonora del Verano
para mí: los mencionados Alien Ant Farm, American Hi-Fi, The Offspring, Weezer
y Sum 41… Todos ellos hacen que vengan a mi cabeza momentos de piscina, bebida
fría, Sol y amigos. Esta película si da nostalgia y no los puñeteros Goonies.
En
definitiva, la mejor comedia juvenil en lo que llevamos de siglo. Con un montón
de personajes a los que amar y a los que odiar, pero que siempre te sacaran una
sonrisa… Porque, ¿Quién no se puede reír al ver a Sean William Scott ser meado
–sin que él lo sepa y creyendo que es champán- mientras dice que siente las
burbujitas?.
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