"Breacher" es el responsable del grupo de asalto de la DEA mas exitoso y expeditivo. Tanto, que parece que El Cártel ha puesto precio a sus cabezas. ¿La gota que ha colmado el vaso? 10 millones de dolares que se quedaron para si del ultimo botín que decomisaron. Los asesinatos contra los miembros del grupo les empujarán a una carrera contrarreloj por salvar sus vidas.
No comparto la obsesión que parece tener David Ayer con las fuerzas del orden, y sus problemáticas. No porque no crea que sean interesante "per se", o como género. Al contrario, considero que es licito tratar el conflicto alrededor de "los guardianes de la polis", y disfruto mucho de un buen policíaco. Con todo, la cuasiexclusividad que ocupa en su carrera cinematográfica, no me acaba de convencer, pues parece que ya halla dado sus mejores y (esperemos) peores frutos. Aunque el tiempo dirá si es que se está "fraguando" un nuevo Ellroy en celuloide.
Como ya pasara anteriormente, con mejor o peor fortuna, en su faceta como guionista (
A Todo Gas,
Training Day,
Dark Blue,
S.W.A.T.), o su mas recientemente cultivada como director (
Vidas al Límite,
Dueños de la Calle,
Sin Tregua), en
Sabotage seguimos a un grupo de personajes adscritos o estrechamente relacionados con alguna de las distintas agencias policiales y encargadas de hacer cumplir la ley en Estados Unidos (y fuera de allí, pero eso ya es otro tema); la DEA en esta ocasión.
Seleccionados y caracterizados de manera encomiable (¡¿Como ha pasado Joe Manganiello de ser humillado en el instituto por Tobey Maguire a... esto?!), Ayer sigue con su compromiso de reflejar de manera realista y desprejuiciada (en la manera de lo posible, claro) a las fuerzas de seguridad publicas; los protagonistas lucen tatuajes, abunda el lenguaje soez, contratan el servicio de profesionales del sexo, abusan en exceso de todo tipo de sustancias, etc... toda una serie de conductas "impropias" de los agentes del orden. Es un equipo de élite reclutado a partes iguales de exmilitares "quemados" de Irak, policías demasiado tiempo encubiertos, Delta Force, etc... matones varios. Echan puertas abajo, disparan y no preguntan. Perfectamente entendible, y cuando se dedican a eso es cuando mejor va la película.
Porque ahí se acaban los "logros" del film. Por imposibilidad de David Ayer guionista o director, o de la propias posibilidades de los personajes, estos no dan para mucho. Y acaba convirtiéndose en el prototipo de espectáculo de reparto coral que intenta hacerse familiar y reconocible para que sientas sus muertes y perdidas, pero que cuesta recordar sus nombres una vez acontecen. No digamos ya "sentirlas". Ademas, se llevan a cabo un par de pobres decisiones, como que Sam Worthington (¿Quizá por contar con la mayor experiencia "actoral" del grupo? ¿Por ser el goza de una posición mas reconocible para el espectador?) realice casi todas las secuencias dramáticas del grupo, llevándole a incoherencias y pasando de ser "el alma" del mismo, a su pepito grillo, a finalmente, un llorica impotente.
No sale mucho mejor parado Josh Holloway, cuyo personaje se le empieza sugiriendo una importancia que al final no tiene, o Terrence Howard, una mera figura con apenas un par de frases al comienzo de la película, para luego pesar sobre él ciertas acciones importantes ¿Trucos burdos para mantener la sorpresa y la tensión? ¿O simplemente limitaciones del metraje?
Mejor acaba Mireille Enos, que sigue aprovechando el tirón de
The Killing, con un personaje con bastante mas presencia en pantalla (mas progresión y mejor definido) que sus compañeros masculinos. Pero es en realidad el personaje del líder de este equipo sobre el que bascula la película, "interpretado" por el gran Arnold Schwarzenegger. Autentico protagonista de la función (de la película como obra de ficción, y como obra comercial), aun así la propia premisa y la coralidad del reparto, hacen difícil que la carisma del austriaco inunde y salve la película, como ya ocurría en
El Último Desafío o
Plan de Escape.
Lo mismo que sucede en cuanto al acometimiento de los personajes, podría decirse del resto del film. Una trama policíaca deficientemente añadida que parece lastrar por momentos la cinta, encabezada por una Olivia Williams pobremente dibujada, y cierta confusión en algunos tramos y secuencias, ensombrecen una película eficaz y consecuente con sus partes de acción (grandísima la secuencia del ataque a la cabaña), sorprendiendo lo sangriento y explicito de sus escenas, llegando a rozar el gore en mas de una, pero que pierde enteros cuando se trata de emular a
Diez Negritos.
Más Don Winslow que Cormac McCarthy (epilogo fronterizo incluido),
Sabotage se posiciona en esa peligrosa "Tierra de Nadie" en la que pueden caer ciertas películas, en una época abandonada al análisis superficial, que puede condenarla por sus fallos al infierno, o elevarla a los cielos por sus aciertos, siendo sencillamente un espectáculo pasable, con sus virtudes y sus defectos.
Mejor como vehículo de explotación de Arnold Schwarzenegger que como la nueva entrega policíaca de David Ayer.
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