Un Simio montando a caballo, disparando dos metralletas a la vez y que no resulte ridículo.
Puede parecer delirante, pero esta frase con la que abro la crítica es la que mejor resume el mejor de los blockbusters de la actual temporada estival...hasta que llegue Guardianes de la Galaxia, entonces habrá empate. Por muy extraño que resulte, que esta película cuente con una escena tan salida de madre y que, tras acabar de verla, lo que menos puedas recordar sea eso, y sí acordarte de esa escena en la que César llama a las puertas de la ciudad de los humanos, o esa batalla entre humanos y simios o la escena en la que el protagonista llega a su "hogar"o mil escenas más, pues, oye, a lo mejor este film debe de ser algo más que un mono montando a caballo con dos metralletas...un escenón por cierto.
Simio no mata a simio.
Matt Reeves, autor de Monstruoso se encarga en esta ocasión de la dirección en sustitución de Rupert Wyatt, y creo que no ha podido habernos venido mejor el cambio de director, dado que la historia que nos cuenta Reeves, en otras manos hubiera resultado una simple película bélica de humanos contra monos (sí, simple), en la que ni el desarrollo de historia y ni de personajes hubiera sido tan interesante. Reeves, como un buen protegido salido de la factoría J.J. Abrahams, sabe cómo hacer las cosas tanto delante como detrás de las cámaras, para ello rodeándose de gente competente y capaz de hacer magia con los medios disponibles. Y eso que hablamos de un blockbuster en el que se ha invertido unos ciento setenta millones, y que en teoría debería tener un mayor control por parte de Fox, pero Reeves se las ingenia para no salirse del dibujo y aún así seguir fiel a su propio estilo o innovar según lo requiera el momento. No en vano en este film encontramos hallazgos visuales tales como un plano secuencia en medio de una batalla, o unos valientes giros de guión como el que acontece a la mitad de la narración que te deja el culo torcido en la butaca. Y esto ya no es sólo que venga precedida de una de las mejores muestras de cine de entretenimiento actual (El origen del planeta de los simios), si no porque Reeves y su equipo han conseguido darnos más al haber sabido evolucionar de la mejor manera, y esta es la clave, con más cabeza que bolsillo una saga a la que ya se creía muerta y enterrada, y teniendo presente que el espectador no quiere ver lo mismo multiplicado por veinte, si no un progresivo aumento de la calidad de la historia que nos cuenta, y eso, para suerte nuestra, este Amanecer del planeta de los simios tiene para dar y regalar.
En el lado de los actores que hacen de simios, quisiera destacar primero el trabajo de Toby Kebbell en el papel de Koba, el simio con más cicatrices desde Robert De Niro en Frankenstein (¿¡Cómo!? ¿¡Que no era un mono!?), uno de los principales descubrimientos de este film. Su trabajo como "villanoperono" es magistral, ya no sólo porque los guionistas se hayan encargado de darle un mayor matiz a su historia - la escena de trabajo de humanos da escalofríos -, y entiendes de verdad ese odio hasta las últimas consecuencias hacia los humanos, si no porque Kebbell en todo momento evita con su actuación caer en la parodia villanesca que tanto se da estos días, y la verdad, viendo la escena en la que se infiltra en las filas de los humanos, o el momento metralletas, podría parecer que es así, pero tras meditarlo durante unos segundos acabas decir "que hijo de puta este mono, pero es que es la polla". Por otro lado, Andy Serkis se puede enorgullecer de haber hecho el mejor papel de su carrera. Superior a Gollum o a su King Kong, el inglés ha creado con César uno de los iconos más claros de la ciencia ficción reciente y uno de los personajes más interesantes del cine actual. Lo que puede transmitir con un silencio (las escenas con su hijo o su mujer), una mirada (el inicio) o sólo unas palabras (la demostración de fuerza), literalmente, acojona y debería sonrojar a más de un actor que la caga con solo abrir la boca
Sí Mario casas, te digo a ti.
A ver cuándo le dan los Oscars que se merece, que ya lleva unos cuantos en la reserva.
En cuanto al bando humanos destacaría sobretodos la gran labor de Jason Clarke como sufrido co-protagonista (todas sus escenas con Keri Russell y César) y Gary Oldman, muy cómodo en su papel de (no) villano. Ambos componen unos personajes que acaban siendo la misma cara de la misma moneda, unos personajes que ante el caos que reina en esta distopía se comportan tanto con las virtudes que nos hacer grandes (esperanza, confianza), como con los vicios que nos hacen caer como sociedad (miedo, dolor). Como he dicho con el personaje de Koba, Oldman no hace del típico villano al uso, si no que se comporta como una persona que reacciona con miedo ante lo que viene, pero que ante todo es un líder que quiere lo mejor para los suyos, aunque esto sea a través de la lucha.
Se ha criticado mucho, demasiado en mi opinión, la labor de los actores humanos en esta película. Que si innecesaria, que si peca de estereotipada, que si son unos personajes muy planos...puedo decir que todo eso es una soberana gilipollez, ya que la construcción de personajes y la interpretación de los actores de carne y hueso es más que notable, lo que pasa es que si nos ponemos a comparar entre los humanos y los simios, los primeros serán los que saldrán perdiendo al ser los segundos mucho más interesantes a los ojos de la gran mayoría del público. Si en la primera parte ya nos hacían situarnos en el bando de los primates cuando veíamos a un César encerrado en una jaula, en esta vemos como ese César ya libre se ha convertido en un líder de una comunidad de
¿Sucios simios?
Si ya en la anterior entrega veíamos un nivel enorme de detalle, en esta vemos como WETA se ha tomado sus espinacas (¿posiblemente rectificando los cutre-efectos especiales que le fallaban a "El hobbit 2?), y a dado un salto enorme en cuanto al apartado técnico se refiere. El modelaje de los simios, la física de movimiento de estos, las infraestructuras o los escenarios generados por ordenador se comportan de manera impecable, por no decir que hubo momentos que no me creía que no fuera un escenario real esa ciudad de San Francisco en ruinas a lo The last of us (vamos, calcado) o la tribu donde viven César y los suyos. Acojonante. Eso sí, vi que los demás animales, el oso y los ciervos del principio, parten de un CGI menos detallado que el resto, y bueno, le restan un poco a ese comienzo tan bueno, aunque poco importa pasado un rato.
La música compuesta por el gran Michael Giacchino es como siempre magistral. Una partitura épica en la cual encontramos no pocos homenajes a las partituras de las anteriores películas, y en la que Giacchino se las ingenia para que cada nota nos toque la fibra, resultando un complemento perfecto para las escenas cumbre, como el asalto de los simios a la ciudad de los hombre, una escena que ya es épica de por sí, adquieran un toque de proporciones bíblicas que daría calambres en la churra al mismísimo Michael Bay. Especial mención a las composiciones que hace Giacchino para César y para Koba - una mucho más pausada y reflexiva y la otra de mayor dinamismo y furia -, y que son sencillamente una maravilla, llegando incuso a complementar a los personajes en momentos determinantes del film.
En resumidas cuentas, una historia magnífica que bebe directamente del drama shakespiriano (sólo que con simios), con maravillosos personajes, una dirección cinco estrellas por parte de Matt Reeves y nunca deja de ser consciente de lo que es, acabando por convertirse en maravilla del cine de entretenimiento reciente que todo el mundo debería de ver lo antes posible...antes de que se estrene Guardianes de la galaxia.
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¿Queréis más motivos?
Directed by: Homer Simpson |
¡¡UN SIMIO MONTANDO A CABALLO Y DISPARANDO DOS METRALLETAS A LA VEZ!! ¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE NO LA ESTÁIS VIENDO YA MISMO!?
Nota: 9
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