Descafeinada y modesta secuela
Con una premisa tan atractiva como la que se nos plantea en "Anarchy" es muy difícil estar a la altura de las expectativas que el gran público espera, o incluso esperó en su momento con la viral primera parte. Ya saben, durante una noche al año el crimen, incluyendo el homicidio es legal. Un iniciativa llevada a cabo por el gobierno norteamericano en un futuro no muy lejano para erradicar el paro y la delincuencia en su perfecto país.
En esta segunda parte no vemos un giro argumental general, sino a nivel de subgénero. Si en la primera parte "La Purga" (2013) nos enfrentábamos a una home invasion en potencia, esta vez lo que se nos plantea es un survival horror urbano, con varios personajes y diferentes conflictos entre ellos. Estos personajes son presentados de manera un tanto vulgar, para que cuando se desencadenen los acontecimientos de la esperada noche, previsiblemente se crucen los caminos de los protagonistas. Entre ellos se encuentra Frank Grillo, quizá el intérprete más destacable de la cinta, que pasa de antihéroe de turno a ángel de la guarda del grupo de supervivientes en un abrir y cerrar de ojos.
El nivel de violencia expuesta en "Anarchy" es, para una trama de este estilo, bastante bajo y sobre todo viendo como el film te prepara para ello. Todo para contentar, supongo, al público mainstream. Sostenido de manera irregular por un desfile de secuencias perfectamente diferenciadas, en distintos tipos de localizaciones, en las que la acción está bastante más presente que el terror y la casquería.
En esta nueva entrega, volvemos a encontrar denuncia social de alegoría política, donde el ganador es siempre el que tiene el poder adquisitivo, y el perdedor el humilde y desvalijado trabajador medio/bajo. Pero esta idea ya se nos ofrecía en la primera parte. Donde intenta renovar en este aspecto, es en la intervención del gobierno para nivelar y controlar la población durante la purga, evitando salvamentos inesperados. Algo así como lo que nos cuenta la teoría de la conspiración que afirma que el mundo está controlado por grupos de presión en la sombra y por farmacéuticas, que mediante su dominio de los medios generalizados evita la superpoblación.
Pero no todo es negativo en este "Anarchy: La Noche de las Bestias", como decía al comienzo, expectativas. No deja de ser un entretenimiento oscuro y que bien será un pasatiempo para el espectador que busque cien minutos de distracción con armas, sin la necesidad de tener que estrujarse el cerebro en exceso. Cuenta además con tensión y nervio en su narración, punto a favor, sobre todo para el montaje.
En resumidas cuentas, una ampliación de la primera parte a nivel callejero, lo que el público quería ver, pero que se enreda demasiado en subtramas poco útiles para el correcto desarrollo de lo que debería haber sido; una ultraviolenta secuela que tintara de sangre nuestras carteleras.
Strike two.
Strike two.
NOTA: 5
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