A falta de un
Avengers o Star Wars, la película acontecimiento del año ha llegado. Estamos
ante una de esas películas que darán mucho que hablar, harán correr ríos de
tinta, megabytes de texto escrito pero que no harán que nadie llegue a un
acuerdo… ni siquiera entre los miembros de esta santa casa.
“Interstellar” es una película de una
grandiosidad innegable, un proyecto titánico, la visión de un creador de
historias. Pero, ¿cumple con su prometido de ser algo bigger than life? ¿Es la película de ciencia ficción definitiva?
El film nos
lleva a un futuro próximo donde la humanidad está en peligro debido a que los
alimentos básicos –patatas, maíz…- están desapareciendo. Todo parece indicar
que no hay salvación para la humanidad y que todos acabaremos sepultados bajo
una gran nube de polvo. Pero hay cierta organización preparando un plan para
tratar de solucionar el entuerto. Y por azares del destino se encontraran con
un granjero, antiguo ingeniero aeronáutico, que puede ser la pieza clave para
salvarnos a todos. Leída así la sinopsis –para poder dejar fuera todo tipo de spoilers-, parece que estemos ante la
secuela de “Campo de Batalla la Tierra”
o “Independence Day”. Pero claro,
detrás no está ni un novato ni un director hueco, si no Christopher Nolan. Y
esto significa que todo va a ser más oscuro, más complicado y más real –para bien
o para mal-.
Y precisamente,
al aparecer el nombre de Nolan es cuando todo se tuerce. Yo, como diría el Mago
Tamariz, soy nolaniano –único chiste malo de la reseña, prometido- y por
supuesto esta película la esperaba como agua de Mayo. Desde “Memento”, Nolan para mi es uno de los
grandes, todo lo que tocaba se convertía en oro. Pero en mi opinión con esta
extinción de la humanidad ha tenido su primer resbalón, sin que esto quiera
para nada decir que es una mala película.
En cuando a la
dirección, Nolan demuestra varias cosas: La primera es que sabe mover la cámara
como pocos. Estamos ante una película que mezcla escenarios abiertos, pero también
espacios cerrados, y la cámara está siempre en el mejor sitio para explicar cada
escena. El inglés también demuestra que ha visto mucho cine de género. El director
ha querido hacer su 2001 particular, pero el problema es que se ha acercado
demasiado a la obra que parieron Kubrick y Clarke. Y no solo a ella. También a
obras de Tarkovsy, “Naves Misteriosas” o incluso “Horizonte
Final”, la escena de la explicación del viaje por el agujero de gusano es
un calco del film de Paul W.S. Anderson. Y el aducir que este “Interstellar” gravita –nunca mejor
dicho- por todos estos referentes, no es una acusación de plagio si no una
evidencia que hace de esta película su obra menos personal, menos carismática.
Y es justamente en una de estas obras referentes donde surge uno de los grandes
problemas al que se enfrenta Nolan, y este problema se llama “Gravity”. La sombra de la peli de Cuarón
es alargada y ciertamente, las escenas situadas en el espacio o en el interior
de la nave quedan ninguneadas por el espectáculo incomparable que brindó el
director mexicano. Aún y todo, es de recibo decir, que este “Interstellar” tiene algunas de las
mejores escenas recreando planetas imaginarios que nunca haya visto en la
pantalla. Por ejemplo, la todo el metraje acaecido en el primer planeta es
simplemente espectacular.
Por otro lado
la película está llena de los ticks
del director inglés: Por un lado, aunque parece que se ha dejado la tuba en
casa, esta vez la ha cambiado por un órgano de iglesia para remarcar los
momentos donde va a pasar algo. La banda sonora debería ser un instrumento para
reforzar lo que se observa, pero acaba siendo algo cómico. Y por
supuesto sigue con la actitud tan suya de ven
aquí que te lo voy a explicar otra vez que eres cortico… Si hubiera
desechado esta manía que tiene, es
posible que la peli se hubiera quedado en dos horas raspadas. Pero no, Nolan
tiene que demostrar que es el más listo –o listillo- de la clase y con su tono
condescendiente nos pasa una mano por el hombro mientras nos explica con
palabras llanas lo que acabamos de ver.
En cuanto al
casting, aún a riesgo de ser despellejado, es en mi opinión uno de los aspectos
flojos de la película. Matthew McConaughey es un gran actor, y hace una buena
interpretación pero no da el pego como pater
familias. Cada vez que lo veía –y sobretodo oía- no podía creerme ver a
Cooper, si no a Matthew McConaughey tratando de salvarnos de la extinción. Me
hubiera gustado más ver a un Hugh Jackman padrazo australiano tratando de
salvar al planeta sin el uso de las garras de adamantium. Y en cuanto al reparto
femenino, ambas lo hacen bien, pero tampoco acabo de creérmelas en sus papeles. Podrían
haber dado mucho más intercambiándose los roles: La Hathaway sabe llorar –ya lo
demostró con creces en “Los Miserables”-
y Jessica Chastain hubiera dado un mejor perfil como mujer fría que como la
hija con remordimientos de Cooper.
Uno de los
puntos del film que darán mucho que hablar es su conclusión. No voy a entrar en
disquisiciones sobre si el final es bueno o malo, coherente o un deus ex machina como una batcueva de
grande; pero lo que puedo afirmar es que durante unos segundos –mientras salían
las primeras líneas de créditos- nadie en la sala se movió y ni hizo ningún comentario.
Esto es un ejemplo de que por lo menos el final, sea como sea que lo quieras
definir, es efectivo. A mi parecer, el último plano es uno de los más reveladores
de la historia de la ciencia ficción.
En definitiva,
estamos ante una buena película. Una película
que recomiendo a todo el mundo que vea. Pero no tanto porque me haya gustado –o
no-, sino porque creo que todo el mundo puede sacar algo de su visionado. Por
supuesto, en mi opinión, tiene unos problemas de ritmo considerables en la
primera hora, demasiado afán por hacerlo todo muy real –esos robots que parecen
fichas de dominó con patas- disquisiciones científicas y pseudomísticas –no hay
que olvidar que entre bambalinas está Kip Thorne- y giros de guión que casi
obligan a un segundo visionado. Pero, lo cortés no quita lo valiente, y debemos
resaltar que Nolan los ha tenido bien puestos, no por hacer una película de
ciencia ficción si no que hacer SU película de ciencia ficción. Y la verdad, en
una cartelera ahogada de adaptaciones, secuelas
y remakes se agradece el esfuerzo señor Nolan.
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