Hace un tiempo supe de la existencia de este film, y en un principio hasta me alegró saber que tendríamos una ración de Neeson partecuellos para comienzos de este año, pero tras verla he de decir un sonoro No. Apenas queda rastro de la acción adrenalítica que vimos en las dos entregas anteriores, Neeson mata, pero mata menos, Venganza hay poca, los villanos son más unos capullos por muy amenazadores que nos lo pinten y, lo peor, a Framke Janssen se la ventilan de un plumazo. Lo mejor hubiera sido aplazar esta Venganza para un tiempo mejor.
Olivier Megaton es un director que me cae bien, y no solo por tener ese nombre tan cojonudo. Transporter 3, conseguía ser un film divertido al que si los productores hubiesen dado mayor libertad creativa quizás fuera más redondo. Incluso cuando dirigió la segunda parte de Venganza le quedó un producto de acción que, pese a no ser igual de buena que la primera, al menos era una continuación que aguantaba el tipo. En resumidas cuentas, un director de acción solvente, quizás el mejor que tiene en Luc Beson en nómina hoy por hoy, pero que tras ver este film me doy cuenta de que ya no queda nada de Megaton que conocimos, dando paso a una versión a la que no auguro futuro alguno.
No ayuda que la narración sea atropellada y que pasemos de una escena a otra en medio pestañeo, o que se haya hecho un montaje oligofrénico, plagado de planos que no vienen a cuento - flashbacks porque nos sale del rabo - o una cámara que de pronto, así por sí, le da por temblar para en teoría dar dinamismo, pero que en realidad no deja ni ver tres en un burro. A nivel de efectos cumple, no tanto los generados por ordenador, puesto que parecen sacados de una producción de Asylum, pero en físicos - el tiroteo en la torre - se podría decir que no están mal. La fotografía, recién sacada de una película de Michael Bay, cumple a la perfección cuando la cámara no tiembla...
No ayuda que la narración sea atropellada y que pasemos de una escena a otra en medio pestañeo, o que se haya hecho un montaje oligofrénico, plagado de planos que no vienen a cuento - flashbacks porque nos sale del rabo - o una cámara que de pronto, así por sí, le da por temblar para en teoría dar dinamismo, pero que en realidad no deja ni ver tres en un burro. A nivel de efectos cumple, no tanto los generados por ordenador, puesto que parecen sacados de una producción de Asylum, pero en físicos - el tiroteo en la torre - se podría decir que no están mal. La fotografía, recién sacada de una película de Michael Bay, cumple a la perfección cuando la cámara no tiembla...
Sin duda lo mejor de todo el film es Liam Neeson, el cual ya está tan cómodo en su papel de badass, que incluso llega a tomarse ciertas licencias en cuanto a su personaje, dando la vuelta a la conversación que mantenía con el secuestrador de su hija en la primera entrega. Tampoco quedan muy atrás Maggie Grace y Franke Janssen, que hacen lo que pueden en unos papeles con menor empaque si los comparamos con las otras películas. Se nota que han recortado y mucho sus apariciones en la sala de montaje, pero todavía no sé el por qué. En contra, el pobre Dougray Scott, repitiendo de pe a pa el rol que encarnó en MI: 2, creo que sigue preguntándose cómo dejó escapar el papel de Lobezno.
Pero el personaje que se lleva la palma es el que compone Whitaker, en serio, es verlo para creerlo. Se nos da a entender que es un policía inteligente, capaz de interiorizar en la mente de aquel a quien persigue, pero nada más fuera de la realidad: tan solo es un pringado incompetente incapaz de seguir una pista o el procedimiento básico, poniendo en riesgo la vida de inocentes. La puntilla es que ocasionalmente juguetea con una goma o un caballo de ajedrez para sacar de quicio al respetable. Tampoco ayuda la amalgama de tics - esa sonrisa bobalicona de retard - con los que nos "deleita" a cada segundo. Nefasto.
En resumidas cuentas, un indigno final a una de las mejores franquicias de acción actuales. Ni Liam Neeson es capaz de levantar este engendro.
Nota: 3
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