Aprovechando
que el Pisuerga pasa por Valladolid o lo que es lo mismo, que “REC 4” ha sido estrenada en el Reino
Unido; me he liado la manta a la cabeza para hacer la reseña de la última de
Balagueró. Ya se que en la web tenemos una reseña de la peli en cuestión,
realizada por un enviado especial a Sitges. Pero en mi opinión es una película
digna de contracrítica, asi que… ¡Allá vamos!
Esta “REC 4” debería ser la que respondiese a
todas las preguntas que se planteaban en las tres primeras entregas. Cierto es
que responde algunas, pero quizás no son las que el espectador espera: Por
ejemplo, nos responde a la duda de quién tiene el talento del tándem Balagueró
– Plaza. Aún y que el catalán es el que se ha metido a la crítica en el
bolsillo, a resultas de lo visto en esta cinta y comparándolo con “REC 3”, realizada en solitario por Paco
Plaza, podemos decir que el valenciano es en este caso el que pone talento a la
saga. Balagueró es la cara bonita y
Plaza el currito.
Aún y todo,
este “REC 4” no nos proporciona todas
las respuestas, ya que incluso crea algunas preguntas nuevas que quedan sin
responder, siendo la más importante: ¿Lo que hemos visto es una película seria
o es un homenaje? En la tercera entrega, Paco Plaza realizaba un claro homenaje
a películas como “Braindead” o “Evil Dead” - Y se notaba que al
realizador valenciano no le importaba que la gente se diera cuenta de ello,
porque es lo que deseaba mostrar, sin tapujos, realizar una peli de zombis muy
divertida-. Pero esta cuarta parte ¿No
es la película que tratamos hoy un homenaje a las pelis de terror de los 80 y
principios 90? En más de una secuencia hay claras referencias a “Day of the dead” - Ese médico que busca
desesperadamente una cura- o incluso a las pelis chuscas de Fulci -objetos
punzantes por todos lados o esos soldados tan planos y marciales-. Pero la
diferencia en el homenaje radica en
que al contrario de Paco Plaza, parece que a Jaume Balagueró se avergüence de
estos referentes, tratando de camuflarlos bajo una cámara con Parkinson y una
fotografía oscura, y hasta un tanto quemada. No hay que olvidar que Balagueró
es el niño bonito de la crítica de género, y para estos sesudos puede que
homenajear a Polanski –como pudimos ver en “Mientras duermes”- o basarse en el
universo lovecraftiano – “Darkness”,
sin ir más lejos- es una práctica más que aceptable; pero mentar a Bruno Mattei y a demás caspa italiana es algo
imperdonable.
Aún y los palos
a Balaguero, hay algo que no podemos negarle: Ha sabido no repetirse. Si la
primera entrega era la epítome de la cámara al hombro, la segunda introducía
las nuevas tecnologías y el inicio de la tercera era el típico video de bodas,
aquí se torna en una realización tópica que tan solo usa el found footage a través de las cámaras de seguridad, cosa que
recuerda alarmantemente a uno de los episodios de “Resident Evil 6”, que incluso ocurre en el laboratorio de un
barco, con zombies…La pregunta sin respuesta vuelve a sobrevolar: ¿Homenaje?.
En cuanto al
guión, es sota, caballo, rey. Donde desde el principio sabes quién va a vivir,
quien morirá y casi en qué orden. Nada sorprende, y cuando Balagueró trata de
hacerlo nos regala el final más estúpido que he visto en una peli de zombis seria ¿O es un homenaje?. Por favor
Balagueró, manifiéstate.
En cuanto a las
actuaciones destaca, entre tanta cara de palo y estereotipo, una vez más
Manuela Velasco en un cambio de registro acercándose más a la Alice de la saga
de “Resident Evil” que a la desvalida
Angela Vidal de anteriores entregas.
En definitiva,
si vemos este “REC 4” como una
película independiente a la saga estamos ante una aceptable película de serie
B, que no se aleja mucho de las chorrocientas “….of de dead” que aparecen como churros desde hace una década en
VOD. Pero si la vemos como la culminación de la saga, se queda como un producto
a medio gas, la peor de las cuatro y una mancha en el hasta ahora más que
notable expediente de Jaume Balagueró… ¿O ha sido todo un homenaje?.
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