El hombre del saco que salió de un cuento
The Babadook nace como una de las ya demasiadas "últimas esperanzas del terror reciente", solamente que esta partía con la ventaja de tener el visto bueno tanto la crítica como el público, que ya la calificaban como la mejor película de terror reciente. Una rara avis que innova dentro de un cada vez más saturado mercado del terror "fast food" - como Ouija o El heredero del diablo -, donde los productores están más preocupado por facturar un producto de consumo barato (y de dudosa calidad) que de ser una película a tener en cuenta. Desafortunadamente, la ópera prima de Jennifer Kent eso de innovar es algo que cumple a medias (y que detallaré más adelante), pero eso sí, con una buena dosis de verdadero terror que da capones a las producciones mentadas anteriormente.
Kent firma un film terrorífico, pero no al nivel de asustar por sus imágenes (que los hay) o por golpes de sonido revienta tímpanos (que también los hay), si no a un nivel más íntimo cercano al miedo que uno siente cuando un ser querido nos abandona - la escena principal, con ella cayendo hacia su cama encadenada con el momento del accidente, y una cercana ya al final dan buena muestra de ello -. Sí, es cierto que cada aparición del "monstruo", cuyo diseño me recordó al del demonio de Insidious, es aterrador, y previamente la lectura del libro nos pone en aviso de que lo que viene será de traca, pero sin duda me quedo con ese aura de terror cotidiano. La trama está salpicada de pequeñas pistas, falsas o verdaderas según a quién preguntes, que hacen plantearnos si la verdadera identidad de este Babadook tiene más de ser de carne y hueso que de un ser sobrenatural...cosa que se echa por tierra en el último tramo de la cinta. Evitaré hacer los indeseables spoilers, pero este tramo para mí es donde la película falla totalmente al plantearnos cuestiones que o bien no vienen a cuento - ¿esa muela a qué viene? - o partes del guión que se quedan sin cerrar - la escena final en el sótano -, y que desemboca en un final tan ambiguo que parece que la directora nos han tomado el pelo. Ya aviso que lo mejor es no darle demasiadas vueltas y aceptar esos pequeños fallos.
Hablar de The Babadook es hablar de sus dos actores principales; Essie Davis y Noah Wiseman, los cuales realizan un trabajo de veras sobresaliente. Si bien en principio a ella la vemos como una mujer pasivo-agresiva y a él como un niñato oligofrénico, el desarrollo que muestras sus personajes a lo largo de la cinta los convierten en una mujer (muy) dolida por la pérdida del ser amado y un niño igualmente dolido - la(s) escena(s) en donde "habla" con su difunto padre en el sótano son para quitarse el sombrero-, llevando el peso de la trama a partes iguales según requiera la ocasión. Lástima que el resto de actores sean tan episódicos y tan poco explotados en comparación con ellos (algo que veo lógico), porque sin duda hubieran dado mucho juego.
En resumidas cuentas, para mí no ha resultado la Gran última esperanza del terror moderno, aún así no niego que es una entretenida y por momentos aterradora fábula sobre la pérdida personal y de la pérdida de la inocencia. Si no se piensa en la cantidad de cabos que quedan sin atar, mejor.
Nota: 6
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