Sin City 2: A dame to kill for (2014) de Robert Rodriguez.

Después de terminar de ver este “Sin City 2: A Dame to kill for” me viene una pregunta: ¿Es posible que a Robert Rodriguez le hiciera las películas su mujer?. Ya que parece que desde que se divorció de Elizabeth Avellan a finales de 2009, su carrera ha ido en picado. Hasta ese momento era el perrito faldero de Tarantino, siguiéndole el juego pero con su estilo tex-mex. Con este desparpajo del que disfruta de su trabajo, nos regaló películas que si bien no eran redondas, si era la mar de divertidas: la trilogía del mariachi, “Abierto hasta el Amanecer”, “The Faculty” o “Planet Terror” ;que en mi opinión fue la peli buena del díptico “Grindhouse”. Pero tras el divorcio, cayó en picado con sus fallidas películas de Machete, su incursión en la serie “Abierto hasta el amanecer” –que ya os aviso que no aparecerá en la sección En Serie, porque…. Menudo tostón- o esta “Sin City 2” que puede ser a nuestro pesar una losa en su carrera de la que será difícil que se deshaga.  
Como todo el mundo sabrá a estas alturas, la película ha sido un fracaso absoluto en Estados Unidos –su principal foco de mercado-, no habiendo recuperado a día de hoy ni un tercio de su presupuesto. Esto ha hecho que en muchos países no se sepa cuando la estrenaran, o incluso si lo hará en cines o pasará a DVD como la última de Machete. Aquí en Irlanda del Norte ha durado –al menos en el cine de mi pueblo- 2 semanas y con una sesión al día. Y parece que nadie que la ha visto ha salido contento… y yo no soy una excepción.




La película primigenia de “Sin City”, estrenada en el aparentemente lejano 2005 fue una cinta que entusiasmó a público y crítica. Una película noir con un reparto de campanillas, ritmo y un estilo rompedor. Pero esta nueva película, aun teniendo un, sobre el papel, gran reparto, está carente de ese ritmo y el estilo en vez de ser un medio por el cual contar la historia; aquí lo es todo. No hay nada más. Todo se basa en hacer el claroscuro más rompedor, la escena más elaborada posible… pero sin corazón. Lo que en 2005 fascinó, hoy está anticuado; incluso cutre.
En cuanto al argumento de la cinta, esta se compone –como en el original- por tres segmentos que se van entrelazando. En uno de ellos tenemos a Nancy –Jessica Alba- tratando de superar la muerte de Hartigan – Bruce Willis-, en el segundo tenemos a Johnny –Joseph Gordon-Levvit – como un jugador empedernido con la misión de acabar con el capo mafioso de la ciudad –Powers Boothe-, y en la tercera historia –que da subtitulo a la película- estamos ante el regreso de Dwight – Josh Brolin, sustituyendo a Clive Owen- para vengarse de la mujer que lo traicionó –Eva Green-. A priori, la propuesta no parece mala, pero está sumamente mal contada. Van de una historia a otra a salto de mata, usando el viejo truco comiquero del narrador omnisciente, que puede que en la novela gráfica de Miller funcionase pero aquí se echan unas parrafadas que tiran para atrás.  En definitiva, parece que la película le hayan pasado unas tijeras de podar en la sala de montaje y luego un ciego hubiese empalmado los retales.
Pero aún y esta falta de ritmo, puedo entender que haya alguien que le pueda parecer por lo menos divertida. Ya que no paran de ocurrir cosas, muy mal contadas pero ocurren. Tenemos tiroteos, persecuciones, partidas de poker a muerte, escenas oníricas, sangre –digital- a patadas, y Eva Green. Exacto, lo único que merece la pena de la película. La cinta se podría explicar así: coñazo, coñazo, bostezo, Eva Green, coñazo, me voy a mear –y no pongo pausa-, Eva Green desnuda, coñazo, aburrimiento inmenso +100, Eva Green, fin.
Viendo la película en perspectiva podemos decir que se parece más a “300. El origen de un imperio” que al “Sin City” de 2005. Vamos a hacer una pequeña comparación: Las dos son secuelas de películas que gustaron a crítica y a público, las dos tienen un estilo visual muy marcado, las dos están basadas en obras de Frank Miller, ninguna tienen al mismo actor haciendo de protagonista, las dos son conocidas por su violencia, las dos tienen a Eva Green ligerita de ropa. Pero donde la de los griegos era un divertimento pulp, con algunas escenas geniales –todas las que tienen que ver con los barcos de guerra-, este neo-noir es un batiburrillo de escenas donde no le coges afecto ni empatía a ningún personaje.





En cuanto al reparto, ya he comentado que es un pedazo de reparto, pero muy desaprovechado. Comienza el film y vemos a Mickey Rourke repitiendo el papel de Marv. Pero si en la primera era un personaje con trasfondo, aquí tenemos a un cacho carne con un maquillaje chanante y del que esperas que se ponga a hablar con acento manchego en cualquier momento. Entre los que repiten están Rosario Dawson –pero la podrían haber cambiado sin problemas-, Jessica Alba o Bruce Willis –que parecen que estén allí a punta de pistola- o Powers Boothe, que mirándolo bien no lo hace tan mal. Y entre los nuevos, destacar a Dennys Haysbert como Manute, pero destacarlo por la mala elección de casting para sustituir al finado Michael Clarke Duncan. También he mencionado a Josh Brolin como un Dwigth de chichinabo y a Joseph Gordon-Levitt haciendo un personaje con cierto carisma pero muy mal escrito. Y luego tenemos a Eva Green. ¿Ya he comentado que aparece?. Es la mujer por la que matar y hace una interpretación de mujer fatal de tebeo, que si la película hubiera sido medianamente seria hubiera estado fuera de lugar, pero entre tanto desastre se alza como lo mejor de la película.

En resumidas cuentas, una película más que fallida. Aunque no estemos ante un mal aberrante como “The Spirit”, estamos ante una cinta que mejor que se hubiera quedado durmiendo el sueño de los justos en un cajón. 

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