Venía anunciándose desde hacía
bastantes meses con su hype, avances,
tráiler… Todo parecía anunciar un producto de gran calidad como las dos
primeras cintas de la saga VHS… Pero
la espera en verdad, no ha valido tanto la pena. Podemos decir que estamos ante
una cinta descompensada. Aunque en honor a la verdad, esto es lo primero que
viene a la cabeza con las llamadas películas por episodios. Desde “Las tres caras del miedo”, “Fantasia” o
“El más allá” hasta las más modernas “Animatrix”, “Creepshow” o “Los tres chiflados”. Pero lo que en estas cintas es a veces
una historia que es la oveja negra que desengalana el resto o un par de
historias que no tienen todo el lustre de las anteriores, en esta son cuatro
historias muy diferenciadas en cuanto a calidad, tanto que hasta parecen pertenecer
a películas diferentes. Pero… vayamos por partes.
La primera sección de la que se debe
hablar es la historia que hace de hilo
conductor de la cinta. Su título es “Vicious
Circles” y su director es Marcel Sarmiento, autor de la deleznable “Deadgirl”. En esta historia tenemos una
persecución policial a un coche de helados que secuestra a la novia de un
capullo, y que irá en su búsqueda. Esta es sin duda la peor de las historias
conductoras de la saga VHS. No hay ningún susto, ningún momento de suspense.
Tan solo tenemos las trampas típicas de estas películas: errores de tracking en
una cámara digital, nieve en una cinta HD… Y tan solo resaltar algún momento
gore, pero por supuesto hecho por CGI.
La primera historia completa que nos
mostrarán es “Dante the great”,
dirigida por Gregg Bishop director de la reivindicable y divertidísima “Dance of the dead”. La historia –que
bien hubiera podido dar para un largo- es tal como sigue: Dante es un redneck que se entretiene haciendo
trucos de manos, cosa que no se le da nada bien. Pero, un día encuentra una capa que según él
perteneció a Harry Houdini y que le ayuda a convertirse en el mejor ilusionista
del mundo. Pero esta capa oculta un oscuro secreto. Esta es sin duda la más
redonda de las historias que nos ofrece
el film. Una historia muy profunda
–si se pilla el doble sentido lovecraftiano- con algún susto que otro. Las
actuaciones son más que correctas, destacando a Justin Welborn – “The signal” “Destino final 4”- como el
mago del título.
Tras esta, tenemos “Parallel monsters” de Nacho Vigalondo.
Me encantaría odiar este episodio, ya que el de Cabezón de la Sal me parece un
idiota supino. Pero por alguna extraña razón ha creado una historia más que correcta.
Aún y todo existe un pero muy grande y es que mientras la veía no dejaba de
tener la sensación que esta historia podría haber sido una de las grandes de la
saga, a la altura de la de la vampira de “VHS”
o la secta de “VHS 2”. Pero el
director cántabro debía de aderezar una historia de portales interdimensionales
con su asqueroso sentido del humor –muestras del mismo es la escena del jacuzzi
o el mismo final-, que hace que un corto que podría haber sido sobresaliente se
quede tan solo en bueno.
La tercera historia –y por suerte
última, por que como espectadores aún nos queda por ver el final de “Vicious Circles”- se titula “Bonestorm”, pero bien podría haberse
titulado “Patinadores gilipollas van a
Tijuana”. Está dirigida por Justin Benson y Aaron Moorhead, realizadores
que hasta el momento no habían hecho nada digno de mención, y que siguen en la
misma tesitura. La historia es de lo más estúpida. Tenemos a una panda de
idiotas en monopatín a los que no les deseas nada salvo que algo malo y
doloroso les ocurra. Aparecerá de la nada un tío que han contratado para hacer
un video con sus saltos y demás chorradas. Estos están en California pero
deciden ir a Tijuana a patinar… lo más normal del mundo… si eres un retrasado
mental. Y claro, llegarán e irán justamente al lugar donde unos locales están
haciendo un ritual pagano que hará que aparezcan esqueletos en hábitos que
harían que Amando de Ossorio se revolviera en su tumba. Y estos idiotas se
defenderán con petardos y sus patines de la legión de esqueletos más manazas
que se ha visto en una pantalla. Ojala hubiera aparecido Ash con su escoba de
fuego y se los hubiera cargado… a los esqueletos también.
En definitiva, estamos ante una
película que tan solo tendrá cierta repercusión por tener el las letras VHS en
su título, pero que le hacen un flaco favor a una franquicia que nos regaló
momentos de buen cine de género.
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