Curioso híbrido entre adaptación de cuento francés y antigua mitología eslava.
Y se cerraba la seductora muestra Syfy 2014 con la premiere del nuevo acercamiento al universo de "La bella y la bestia" de la mano del realizador gabacho francés Christophe Gans. Responsable de la genial aunque algo desinflada "El Pacto de los Lobos" (2001) y de la que para mí hasta día de hoy es la mejor adaptación a cine de un videojuego; "Silent Hill" (2006). Sé que no era muy difícil, pero oye, ahí queda eso. En lo que nos compete a su último film, este revisionado al cuento moralista que nos asombró en la infancia gracias a la factoría del congelado explotador Walt Disney, es un quiero y no puedo en toda regla, aunque tiene varias cosas que funcionan, eso sí sólo a medias tintas. Antes de nada echemos un rápido vistazo por encima al resto de adaptaciones del popular cuento galo. Comenzando como no, por la versión de 1946 de Jean Cocteau, tal vez la más fiel versión del relato, hechizante y perfectamente ambientada en tono clásico. Saltamos al 2009, ese año que aún vemos detrás de la esquina, pero cada vez más lejos. Esta versión fue capitaneada por David Lister y contaba con una escotadísima Estela Warren en el papel de Bella. Infecto film que da un gran ejemplo de como cargarse un clásico en hora y media de metraje. La más conocida y que ya menté es la de 1991, el film de animación de Disney, y es con ésta con la que más la voy a comparar. Esta nueva adaptación se toma varias licencias con respecto a la obra animada. Comenzando por los nombres de los personajes, siendo aún así fáciles de identificar si la ponemos cara a cara con la versión de de dibujos noventera. Otra de las variaciones es el cambio de situaciones clave (se supone que clave) de la historia, para justificar el posterior enamoramiento entre la mujer y el monstruo. Una de estas situaciones clave es el salvamento que se lleva a cabo por parte de la bestia a la bella, en la versión Disney esta salvación consiste en que la bestia ahuyenta de forma salvaje lobos que pretendían devorar a la guapa protagonista de la historia. En la nueva versión de Gans la bestia salva a Bella de morir ahogada en un lago helado de los alrededores de su encantado bosque. Por otra parte la historia sufre otra mutación en el interior del mágico
castillo en el que habita la bestia. Los objetos animados y parlanchines son aquí sustituidos por una especie de perro-engendros cabezones que no entendemos muy bien a cuento de qué vienen. Me suenan a pura estrategia de merchandising... por fortuna, estas aberraciones no aparecen en exceso durante la cinta, como podría esperarse tras contemplar con horror el protagonismo que se los da en el póster para distribución española del film. En cuánto al territorio hechizado de la bestia, aquí no solo se muestra el castillo como víctima, sino que el extenso bosque que lo rodea también forma parte del embrujo. Bosque que tiene su propio dios (el dios del bosque) y en el que habitan unas estatuas gigantes que cobran vida cuando éstas lo creen necesario, muy emparentado todo con los demonios y otras criaturas típicas de la mitología eslava. Curiosa también es la aparición de una ninfa de los bosques como la principal responsable del embrollo, otro típico personaje que hace sus apariciones en varios mitos eslavos, como antes comentaba. Afirmo que es la responsable ya que se trata de una cierva que la bestia (antes de ser bestia) quería cazar con ansias obviando los consejos de su amada, de que cesara con su intención de aniquilar al animal. Resulta finalmente que esta cierva es ni más ni menos que su amada, en su forma de ninfa de los bosques, y el avaro cazador la da muerte, desatando así la ira de su padre (el dios del bosque) y lanzando este la maldición que cae sobre el individuo y todo lo que le rodea para convertirlo en bestia y encantar su entorno. Tras esta desgarradora historia, aniquilamos de un plumazo la premisa antecedente de la anciana que llega al castillo mendigando con una rosa para que el príncipe no solo no la ceda nada de sus extensas riquezas, si no que se burla de ella junto a sus compinches. Finalmente esta anciana resultó ser una preciosa joven, y cuándo el príncipe intentó echarse atrás, la potente hechicera lo embruja y le da a conocer la moraleja de la historia; la típica "la belleza está en el interior". Lo que si que no cambia este film de su predecesora cinta infantil es el pasteloso baile que llevan a cabo los dos protagonistas, y con alucinación incluída.
castillo en el que habita la bestia. Los objetos animados y parlanchines son aquí sustituidos por una especie de perro-engendros cabezones que no entendemos muy bien a cuento de qué vienen. Me suenan a pura estrategia de merchandising... por fortuna, estas aberraciones no aparecen en exceso durante la cinta, como podría esperarse tras contemplar con horror el protagonismo que se los da en el póster para distribución española del film. En cuánto al territorio hechizado de la bestia, aquí no solo se muestra el castillo como víctima, sino que el extenso bosque que lo rodea también forma parte del embrujo. Bosque que tiene su propio dios (el dios del bosque) y en el que habitan unas estatuas gigantes que cobran vida cuando éstas lo creen necesario, muy emparentado todo con los demonios y otras criaturas típicas de la mitología eslava. Curiosa también es la aparición de una ninfa de los bosques como la principal responsable del embrollo, otro típico personaje que hace sus apariciones en varios mitos eslavos, como antes comentaba. Afirmo que es la responsable ya que se trata de una cierva que la bestia (antes de ser bestia) quería cazar con ansias obviando los consejos de su amada, de que cesara con su intención de aniquilar al animal. Resulta finalmente que esta cierva es ni más ni menos que su amada, en su forma de ninfa de los bosques, y el avaro cazador la da muerte, desatando así la ira de su padre (el dios del bosque) y lanzando este la maldición que cae sobre el individuo y todo lo que le rodea para convertirlo en bestia y encantar su entorno. Tras esta desgarradora historia, aniquilamos de un plumazo la premisa antecedente de la anciana que llega al castillo mendigando con una rosa para que el príncipe no solo no la ceda nada de sus extensas riquezas, si no que se burla de ella junto a sus compinches. Finalmente esta anciana resultó ser una preciosa joven, y cuándo el príncipe intentó echarse atrás, la potente hechicera lo embruja y le da a conocer la moraleja de la historia; la típica "la belleza está en el interior". Lo que si que no cambia este film de su predecesora cinta infantil es el pasteloso baile que llevan a cabo los dos protagonistas, y con alucinación incluída.
Cambiando de tercio, el film cuenta con un diseño de producción intenso y visualmente la película es impecable, con una puesta en escena enérgica y firme que ayuda y mucho a suplir otros desajustes tanto actorales, como a nivel de guión. El ritmo, si a veces se atasca, es ayudado por un ejemplar juego de espejos que ayuda a combinar secuencias de presentes y flashbacks para darle el dinamismo necesario y que habría perdido de no ser por ello. En el apartado artístico destaca la rubia Lea Seydoux, que si bien no empieza convenciendo mucho, se vuelve el mejor apartado interpretativo de la película, sobre todo a raíz de su ingreso en el castillo, en el que será obsequiada con el sueño de toda mujer; se pone a su disposición un vestido al día, cada uno de un color diferente y a su justa talla. En ocasiones talla tan justa que nos llegamos a preocupar por la posible insuficiencia respiratoria del personaje. Huelga decir que en el film de Gans, bella no es una apasionada de los libros, sino de la botánica general... Por su parte Vincent Cassel, como siempre, correcto e imponente, contar con un intérprete asi para tu película es tirar a lo seguro. La nota negativa la encontramos en el español Eduardo Noriega que si bien sus apariciones son contadas, no deja el listón donde debe en la mayoría de ellas. Sin más, esta nueva versión del cuento, sin ser una maravilla y siendo como decía al comienzo un "quiero y no puedo" se deja ver, y bueno, por lo menos ya no podrán decirme que no veo de todo, si tengo que seguir viendo cine romántico que por lo menos sea de estas características, y así no nos aburrimos.
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