Nada más acabar el visionado de este film, me dirigí a casa con una sensación general de desasosiego tras ese futuro tan triste que habían contemplado mis ojos. Y no, no me refiero a que finalmente sean las máquinas quienes acaben por gobernarnos, como se veía en la visionaria "Wall-E" (Andrew Stanton 2008), si no algo infinitamente peor:
Los modernillos heredaran la tierra.
Sí pequeños McFlys, esos gafapastosos que vemos en entrada de los Starbucks, acabarán siendo la única tendencia que quede en la tierra, obligándonos a vestir con ropas de abuelo (con pantalón sobaquero y todo), juegar a videojuegos existenciales y a comer en woks, todo ello a ritmo de una pausada música new age cantada por unas mujeres a las que les vendría bien un caramelo de menta para curar esa ronquera.
Aclarado esto, ¿la película? Pues tras rumiarla durante unas cuantas horas, he de decir que coincido con la mayoría de los críticos y reconozco la gran historia de amor (poco convencional) que es. Sin duda es una excelente muestra de que la ciencia ficción, aunque sea de andar por casa (como "Coherence"), si se hace con oficio y ganas, pueden llegar a mirar de tú a tú a los films de la temporada, e incluso vencerles de manera aplastante en la carrera hacia los Oscars.
Como podeís leer, a mí me ha encantado...pero menuda distopía se ha cascado Spike Jonze.
NO ME VA EL ROUTER
El argumento es el simple chico conoce chica, chica se va enamorando de chico y a la inversa, sólo que Jonze, en su faceta de guionista, ha querido introducir como base principal del argumento la escalada tecnológica a la que estamos sometidos diariamente. Esta base hace que la historia se vea de diferente forma que otras películas románticas al uso, por decirlo de algún modo, y salvando las distancias, ha hecho como "Brokeback Mountain" (Ang Lee, 2005) sólo que en vez de homosexuales, ha introducido una IA que aprende según sus vivencias, y, por raro que pueda sonar, funciona realmente bien al hacerlo de esa manera tan natural y poco efectista. A fin de cuentas no se necesita mucho más que una buena imaginación para crear el mundo del mañana.
El principal problema, aunque llamarlo así no sería del todo justo, es el bajón típico que suele encontrar este tipo de historias. El llamado "momento trifulca", cuando la pareja protagonista se tiene que separar por un motivo random, hace que la trama quede estancada en un punto muerto en donde no pasa nada, por suerte Jonze lo compensa rápidamente al retomar la acción.
De los actores, podría hablar largo y tendido sobre todos los interpretes que aparecen en esta película, todos ellos sobresalientes en sus roles aún siendo sus voces lo único que aparece de ellos, pero sin duda los que se llevan el gato al agua son el dúo protagonista formado por Theo y Samantha. Las interpretaciones tanto de Phoenix como de Johansson son de esas que marcan época, mostrándonos unos sentimientos, como el amor, tan veraces que nos hacen dudar si esto que vemos es una realidad en vez de ficción. Desde aquí quiero partir una lanza a favor de Johansson, a la que se le debería de haber dado un mayor reconocimiento, puesto que suyos son los momentos de mayor carga dramática y, pese a que en ningún momento la llegamos a ver en pantalla, llegamos a comprender/empatizar con todo lo que le ocurre en cada momento.
VOZ QUE ME ACOMPAÑAS
Antes de darle la puntilla a esta crítica, queda decir que todavía no he podido ver el film en su versión original. Una cosa que muchos acusan de ser un pecado mortal, pero que a mí en realidad no me molesta, incluso diría que me facilita el disfrutar de la película al no tener que estar leyendo todo el rato los subtítulos. En lo que a este film se refiere, pues he de decir que se hace un gran trabajo con cada uno de los personajes, aunque destacaría a los que se encargan de Theodore (el habitual de Joaquin Phoenix) y de Samantha. Las escenas intimistas entre ambos, el principio con las cartas, el no trío o el final, son de una intensidad increíble, en las que sus voces transmiten lo que vemos en las imágenes. Un buen trabajo, y espero se sepa valorar tal esfuerzo hasta por los talibanes anti doblaje.
En resumidas cuentas, una gran película. Todo en ella se ajusta como un guante: Interpretaciones, dirección, guión, música y fotografía son de diez. Puede que se pase de pretenciosa en ocasiones, como ese viaje en barco durante la doble cita, y acusa una pequeña bajada de ritmo durante su segundo acto, pero con tan solo tener ese final tan...tan (como me jode no poder hacer SPOILER), ya se le puede perdonar todo.
Por cierto ¡¡ME NIEGO A LLEVAR POLOLOS!!
NOTA: 8
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