Sesión Triple: Atómica (2017) de David Leitch


Lorraine Broughton es una agente secreto del MI6 quien tras la muerte de un colega/amante en la Alemania pre caída del muro es enviada para esclarecer el caso y de paso conseguir una lista con nombres de agentes que custodiaba el finado. Ya allí descubrirá dos cosas: la Guerra Fría sigue más caliente que nunca (siempre quise soltar ese topicazo) y que no debe confiar en nadie, ni tan siquiera en sus presuntos aliados (otro topicazo, me encantan).

Basada en la novela gráfica de Antony Johnston, Atomic Blonde: The Coldest City - la cual no he leído, pero por lo que he oído está adaptada de una forma más o menos fiel, al menos inicialmente -, Atómica es un proyecto nacido de la mano de una Charlize Theron deseosa de consolidar su faceta de heroína de acción que tan buenos frutos le aportaron en la gloriosa Mad Max: Fury Road (2015), y de paso, por qué no decirlo, sacarse la espinita que supuso el fiasco de la que fuese otra apuesta personal: Æon Flux (2005). Para tal empresa, la buena de Charlize pidió consejo a su compañero inmortal actor Keanu Revees, quien por aquél entonces estaba rodando John Wick (Otro día para matar) (2014) y le recomendó para que llevase tal empresa a buen puerto al cincuenta por ciento de los cineastas que hicieron posible la primera entrega del sicario "retirado", es decir, David Leitch.
Leitch, director ocasional pero especialista y doble de acción de la vieja escuela - atesora en su curriculum más de ochenta títulos, entre los que destacan Blade (1998), El club de la lucha (1999), Matrix Reloaded y Revolution (2003) y 300 (2006) - , era la opción evidente para un film en el presumiblemente las hostiejas volarían libres como palomas en una película de John Woo, todo ello aderezado por las licencias creativas que le han permitido al guionista Kurt Johnstad, autor también del libreto de 300 y su secuela (2013), frente al material original de Johnston. Sí, unas líneas más arriba he dicho "presumiblemente" y no, no es una errata, ya que Atómica  decepcionará a todos aquellos que esperasen ver a un John Wick con cromosoma XX masacrando a media URSS en el contexto de la caída del Telón de Acero.
Con esto no quiero decir que en Atómica no encontremos espectaculares coreografías de acción (que las hay) y muertes de boches de la forma más sangrienta y enrevesada posible (que también), pero en éste caso hay una trama de espías de toda la vida, la cual por momentos cuesta seguir el ritmo por lo liada que está, muy en la línea de Spy Game (2001) con muchos saltos temporales - no en vano, la historia está narrada a modo de flashback durante un interrogatorio -, amén de las consabidas traiciones cada cinco minutos. No es algo que llegue a sacarte de la película, la verdad que es muy entretenida, pero si consigue resultar un tanto frustrante tener que hacer un repaso a todos los nombres que hay en la película para saber de quién/con quién cojones están hablando, no ayuda que sean la mitad nombres alemanes. Pero bueno, ya centrándome en las espectaculares set pieces de acción donde Charlize demuestra todo su potencial físico y Leitch su oficio como planificador, como decía sí las hay, pocas pero ciertamente muy espectaculares, sobretodo el (falso) plano secuencia que empieza en las calle de Berlín Oeste, continúa en un edificio donde se desata toda la acción y culmina en una persecución en coche. Leo en IMDb que se rodó con unas cámaras Arri Alexa MHawk V-Lite Vintage, y por lo que se ve en pantalla les sacaron todo el partido imaginable.
La película, que costó unos 30 millones de dólares, está funcionando bastante bien y ya lleva recaudados casi el doble de su presupuesto, además de estar respaldado tanto por crítica como por público, con un 63/100 en Metacritic y un 7,1 en IMDb, con lo que Charlize (también productora) puede sentirse orgullosa de éste triunfo. Y nosotros tan contentos.

Nota: 7

No hay comentarios:

Publicar un comentario