Gore a la japonesa.
Una pareja de pipiolos son secuestrados por un maníaco que les tortura de todas las maneras imaginables y dolorosas - no mueren porque el tipo en cuestión es médico - en pro de la propia autosatisfacción personal/sexual del tipo, lo que desembocará en una orgía de sangre y vísceras con un (supuesto) final sorpresa.
Hace no mucho, los foros de Internet literalmente ardieron con la salida al mercado de un film que, prometieron, superaría en nivel de sadismo a referentes como las sagas Saw y sobretodo Hostel, además veríamos una tortura sin cortes en una orgía de dolor y sadismo sin precedentes. Es decir, sería un Chiller sólo que en versión cinematográfica. Y sí lo cierto es que una vez vista, la película sádica era un rato; un festival sin fin de amputaciones, desmembramientos, sangre, castraciones - en la escena más dolorosa, se entiende -, decapitaciones y un largo etcétera de barrabasadas en las que el látex y sangre falsa a modo de extremidades cercenadas eran las protagonistas, y que le canjeó el sello de Categoría III.
Todo apuntaba a que Grotesque levantaría ampollas por allá donde fuese...pero no fue así. La película escandalizó tanto a los censores (sí, os recuerdo que en pleno siglo veintiuno hay censores) haciendo que en un principio no fuese estrenada más allá de las fronteras niponas, para cabreo de su director Kôji Shiraishi (Sadako vs KayaKo). Años más tarde salió a la venta en varios países una muy limitada remesa de DVDs acompañados con el subtítulo UNRATED VERSION - un timo, ya que el film viene idéntico al que se pudo ver en 2009 - y que al menos dio a conocer el film que tanto dio que hablar. Sobre decir que en España tras ocho años ni se la ha visto ni se la espera.
De la película, decir de ella que es bastante divertida cuando se pone a lo que todo el mundo espera y lo cierto es que entra en seguida a cercenar dedos. Quizás lo peor sea la interpretación de sus actores principales, es decir, los torturados, que sobreactuan de lo lindo, aunque hacen muchísima gracia en esos momentos, algún apunte romántico que tan mal resuelven los japoneses (por exageradamente dramáticos) y ese pequeño giro de cara al final que puede ser un punto de desconexión. Suerte que le queda la traca final.
Los que busquéis una bacanal gore seguramente lo pasaréis muy bien. El resto seguramente se vaya antes de que entre en materia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario