Are you ready for the summer? Are
you ready for the good time?!!! Con esta tonadilla comienza la película
del día de hoy: “Los incorregibles
albóndigas” de Ivan Reitman. La película que puso de moda en 1979 todo un
subgénero veraniego; el de los campamentos.
Debido
al éxito de este film, las comedias campistas plagaron las carteleras
veraniegas de las dos décadas siguientes. Entre ellas tenemos hasta 3 secuelas
de estos Albóndigas, alguna que otra secuela bastarda de la misma, “Camp nowhere”, “Faldas revoltosas” o “Campamento
Cucamonga”. Pero lo gordo vendría al año siguiente, en 1980 cuando Sean S.
Cunningham encontró la gallina de los huevos de oro al añadir a estas películas
a un asesino ávido de sangre. Este giro traería escuela con títulos bastardos
como “Madman”, “Sleepaway Camp” o “The
burning”. Pero esa es otra historia, que seguro contaremos otro día.
La
cinta de hoy nos cuenta, más que la historia, algunos sucesos que ocurren a los
campistas y monitores del campamento Estrella Polar, un paraje candiense –si,
la cinta es canadiense, como la mayoría de las pelis de campamentos- un tanto
cutrongo pero en el que sin duda pasarías un buen Verano. La cinta es un one man show orquestado por Bill Murray,
como el peterpanesco jefe de los monitores el cuál trata de llevar el
campamento, organizar actividades, educar a algún chaval que otro y, por
supuesto arrimar cebolleta. Aquí pondría una señal de alerta: Si no os gusta
Murray ni os acerquéis a esta cinta, ya que se encuentra haciendo el payaso, y
haciendo chistes malillos y hasta algunos fuera de lugar en el 90% de la cinta. Pero como esto es lo que
me gusta a mí, yo lo goso.
La
cinta está dirigida por Ivan Reitman, y aunque sea su primera cinta dirigida para
una major vemos los rasgos que
marcarán sus próximos trabajos – “El
pelotón chiflado” o “Los
cazafantasmas”- en las cuales el director presta mucha importancia a los
chistes basados en one liners y a sus
actores, dejando la acción –y a veces hasta la historia- para momentos clave.
En
definitiva, una cinta seminal; que quizás no es todo lo divertida que se cree –o
puede que después de 35 años algunos chistes se han quedado viejos-. Pero si
eres un fan de Bill Murray no puedes perdértela, y si eres o has sido monitor
de campamentos podrás al verla rememorar los buenos momentos pasados en esos
lugares.
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