Nacida de un guión original que el director Damien Chazelle escribió en 2006, se nos narra la historia de una pareja de "bichos raros" (Emma Stone y Ryan Gosling en sustitución de Emma Watson y Miles Teller) tratando en un principio sobrevivir a la vorágine de Hollywood y finalmente triunfar en su terreno - ella en la actuación y él en la música -, mientras el amor va surgiendo entre los dos.
A mi modo de ver, esta película arrastra el mismo "problema" que tenía The Artist (Michel Hazanavicius, 2011), es decir; una buena película, no sobresaliente, pero sí muy entretenida, a ratos mágica, pero que de manera sistemática fue hinchada de sobremanera tanto por la crítica como por el público, haciendo que gane premios por el simple hecho de respirar, pero que pasado un tiempo nadie recordará. No es algo nuevo, si se mira en perspectiva a muchas les pasa el mismo caso, pero dado el boom de la Ciudad de las estrellas (¿mejor el título en castellano que el original? es posible) era de recibo señalarlo.
El guionista de El último exorcismo 2, Damien Chazelle (me encanta recordar ese detalle) realiza una copia del mismo esquema argumental visto en Whiplash (comparadlas y entenderéis lo que digo) sólo que quitando el mal rollo generalizado y tras haberse visto Cantando bajo la lluvia (Gene Kelly y Stanley Donen, 1952) unas setecientas veces. Eso hace que, aunque veamos una trama de comedia musical - por otro lado, cabe decir que hay pocos números musicales y están muy repartidos a lo largo del metraje - la trama tire por otros derroteros llegados a cierto punto de la historia, cosa que o bien puedes pasar por alto o bien es algo que consigue sacarte de la película si se es muy puntilloso.
Como podéis ver, La la land me ha resultado una película muy simpática y desde luego se puede llegar a entender que muchos la puede considerarla una de las mejores películas de lo que llevamos de año. La puesta en escena de los números musicales coreografiados por Mandy Moore (no la actriz) , la dirección de Chazelle, los dos actores principales están magníficos - Emma Stone cantando sobre su tía o Gosling en sus intervenciones con el piano, ponen los pelos como escarpias haciéndote ver lo completos que son los actores en EEUU y lo limitados que están los de aquí -, coronado por la partitura de Justin Hurwitz, la cual no lograrás sacarlas de tu cabeza, y un final bastante arriesgado para la película que en principio parecía querer ser.
No creo que sea la obra maestra que todo el mundo quiere ver, pero sí conseguirá haceros pasar un buen rato...y canturrear la canción que da nombre al film.
No hay comentarios:
Publicar un comentario