Tras el éxito de la primera entrega (en videoclubs más que en cines), volvía en 1987 el compendio de historias basadas en los cómics de la EC, Tales from the crypt, apadrinado nuevamente por dos "maestros del terror" como eran/son Stephen King y George A. Romero, aunque con bastantes cambios si se compara con la primera, y que a continuación pasaré a relatar.
Las historias son las siguientes:
Historia nexo: Un chaval espera su cómic de Creep, pero unos abusones se lo rompen. La venganza está servida.
Si se hace una comparación con la historia nexo vista en la primera parte - el padre tirano rompiendo el cómic de su hijo - , está queda muy floja pese a lo similar que pueda parecer de primeras. Quizás sea también porque esta la animación la encuentro algo barata si se compara con el trabajo que hizo Ron Frenz para la original, pero no es un mal trabajo, sólo flojo. Sin más.
El viejo jefe cabeza de madera: El gran John Kennedy regenta una tienda de abastecimiento al borde de la quiebra al lado de una reserva india. A modo de decoración, en la puerta, tiene un indio americano de madera de unos casi dos metros, al que trata como si estuviese vivo.
La historia más larga y con quizás el trabajo de actores más destacable de estas tres historias. La pareja protagonista es desde el principio adorable, no así la pandilla de asaltantes, quienes resultan odiosos, pero es el sentimiento que deben transmitir, así que bien. Se agradece además que al menos intentaron ser novedosos a nivel de guión - esta historia no deja de ser un slasher a la inversa - pero algunas escenas pecan de una edición demasiado caótico, con gran la mayoría de sus escenas nocturnas rodadas con una iluminación similar a la de un videoclip, neones incluidos. El desenlace, como suele ser habitual en estas historias, te deja con el culo torcido.
La balsa: Unos (vie)jóvenes deciden irse a un apartado lago donde se ha dejado una pequeña balsa tras la temporada de verano. Pero no es oro todo lo que reluce y algo aguarda en medio del lago con ganas de saciar su sed de sangre.
La mejor historia de todas. Ritmo, dirección, los efectos prácticos... incluso cuadra la actuación de estos treintañeros haciendo de adolescentes.
Me acojonaba de pequeño y aún a día de hoy produce en mí un escalofrío al acordarme de ella cuando voy a meterme al agua.
El autoestopista: Por culpa de las prisas, una mujer comete una imprudencia al volante (con Stephen King de testigo) y es pronto es asediada por un ente sobrenatural.
La más floja de las cuatro, aunque también la más agobiante junto a La balsa. No deja de ser una moralina sobre las consecuencias de nuestros actos, pero hincharon demasiado una historia que podría haberse contado en apenas cinco minutos. Eso sí, las palabras del ente se os quedarán marcadas.
En esta segunda parte en lugar de encontrar a George A. Romero en la silla del director como en la primera parte, toma el relevo Michael Gornick, con experiencia en esto de rodar pequeños segmentos de terror gracias a su trabajo en Tales from the Darkside, pero que ya acumulaba trabajos como cámara junto a Romero en Martin, Zombi o la primera Creepshow. Todo queda en casa por lo visto.
Quienes sí volvían a sus puestos como guionistas eran tanto Stephen King como Romero, aunque se desacreditó a última hora la guionista especializada en terror Lucille Fletcher, a saber el motivo.
Sin ser esta peor que la primera - para eso existió una horripilante tercera entrega, la cual recomiendan huir como del tifus -, sí vemos un menor trabajo en los guiones, dando como resultando historias mucho más flojas en su contenido.
Con todo resulta ser
bastante amena, en ningún momento te llegan a aburrir alguno de los segmentos y sobretodo: tiene la parte de La balsa.
Para hacerse un pase doble muy majo.
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