"Creed. La leyenda de Rocky" (2015) de Ryan Coogler.


Hoy haremos un experimento. Parad, id al Spotify y poned la famosa fanfarria de “Rocky”. ¿Preparados? Pues ya podéis volver a leer, ya que la reseña de hoy está diseñada para ser escuchada con la sintonía de aquella magnífica película que presentó al gran público a Sylvester Stallone. Ya que la cinta de hoy no es nada más ni nada menos que “Creed. La leyenda de Rocky” de Ryan Coogler.



Porque si amigos, Rocco vuelve. Lo que en otras sagas se tornaría un ¡Oh no! aquí, tras el triunfo que supuso “Rocky Balboa” se vuelve uno de los eventos cinematográficos del año.  Y no es para menos, ya que este “Creed. La leyenda de Rocky” supone un escalón más hacia la gloria de la figura del ya retirado púgil.

La trama de la cinta nos sitúa años después de la última entrega. Paulie ya se ha ido, y el hijo de Rocky vive en el extranjero. Rocco ya afronta la última etapa de su vida, dejando que pasen los días. Por eso cuando el hijo de su gran amigo Apolo Creed aparece en escena para que Rocky lo entrene y conseguir el mismo trono que tenía su padre años atrás, el mundo tranquilo de Rocky se tambaleará.

Uno de los principales aciertos de la cinta es no hacer gravitar la película alrededor del luchador de Little Italy, sino que es el misterioso Adonis Johnson el eje centrar de la historia. Rocky ya contó todo lo que tenía que contar y aquí está ahora en una figura que recuerda en gran manera al Mickey de los films originales. Ahora es el momento de mostrar sangre fresca. Y que gusto dar ver a este Michael B. Jordan como un león que debe ser domado por un Stallone inmenso.

Son muchos los que a día de hoy acusan a Stallone de ser un mal actor, poco más que un cacho de carne con botox. Gente que recuerda “Rhinestone” o “Spy Kids 3D” pero que dejan fuera de la terna cinta como “Rocky”, “Acorralado”, “La cocina del infierno” o “Copland”.
Y en la cinta de hoy, Stallone vuelve callando bocas y dando un golpe sobre la mesa con un papel que debería darle el ansiado Oscar que tantas veces ha merecido. No quiero meterme en terreno de spoilers, pero hay cierta escena antes del último combate que si no hace que sueltes la lagrimilla, dudo que puedas ser catalogado como ser humano.



En cuanto a la dirección tenemos a Ryan Coogler, que tras “Fruitvale Station” se enfrascó en la concepción de esta obra. Suyo es el guión con el visto bueno de Stallone. Que aunque rehúye del espectáculo de las anteriores, los combates hacen  más daño que cualquier otro de la saga acercando la camara a los púgiles con un estilo seco y directo, cercano al de aquella maravilla llamada “Warrior”.


En definitiva, una ocasión que nadie debe de dejar pasar. Una cinta casi perfecta para los fans de la saga, y una gran película llena de valores para el resto. Una pelicula que debería cerrar bocas a todos aquellos que critican al héroe de toda una generación. Stallone eres el mejor… y lo sabes. 

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