El último exorcismo: Parte II

Esta en la cama es un hacha

Título original: The last exorcism: Part II

Año: 2013

Duración: 88 min.

País: USA

Dirección: Ed Gass-Donnelly

Intérpretes: Ashley Bell, Spencer Treat Clark, Andrew Sensening, Judd Lormand, Julia Garner, Muse Watson, E. Roger Mitchell, David Jensen, Reden Greer, Joe Chierst.

Sinopsis:

Continuación de las desventuras de la chica poseída, que en esta ocasión es encontrada vagando por la zona rural de Luisiana sin recordar nada de lo sucedido en la anterior película. Pronto es internada en una casa de acogida y comenzará una nueva vida en la que puede ser feliz, pero lo que no sabe es que el demonio que le atormentó sigue suelto y va a por ella.

Crítica:

Dos cosas antes de entrar a saco.

Primera: ¿Quién fue el lumbrera que le puso el paradójico título de The last exorcism 2? Por mí debería de ser despedido y dado de cenar a una banda de negros empapados en crack.

Segundo: ¿Por qué esta maldita moda de hacer secuela de todo, incluso de films que apenas tuvieron éxito (no es el caso este) en taquilla? Comprendo que al tener la película original un moderado éxito se decida invertir en una siguiente entrega, pero lo que nunca alcanzará mi entendimiento a descifrar es ¿qué cojones lleva a las productoras el gastarse una millonada en estos productos de dudosa calidad? Bueno, sí que lo sé; se hace por el dinero, pero creo que, tal y como está la cosa, más de uno debería revisar el guión unas cuantas veces antes de dar el visto bueno, porque esta secuela no la consumirían ni los fans mas acérrimos de la primera parte, que más bien la quemarían hasta no dejar ninguna copia.

En fin amigos, si no ha quedado claro con esta introducción os lo digo ya: esta película es mala. Pero mala, malísima. Y lo peor de todo es que no tiene gracia alguna, ya sea por culpa de su desarrollo o en sus diálogos soporíferos. La película hace aguas después de su inicio, que es lo más destacable, que pretende ponerte en tensión cuando lo único  que hace es aburrirte, aunque eso a la larga ya es un mal menor, vista la lentitud con la que se van desarrollando los acontecimientos.
Sin duda alguna, este "Último Exorcismo" entra en la categoría de esas películas (por llamarlas de alguna forma) que al acabar de verlas te sientes furioso por haber perdido una eterna hora y media de tu vida. Películas que se pasan por el forro la estructura narrativa, y el inicio, el nudo o el desenlace son solo cosas ahorrables, únicamente para ir metiendo mil tediosas escenas de relleno - esa escena del teléfono con el llanto de un bebé¿a qué cojones viene? -, por no hablar de ese final resuelto en dos (¡DOS!) escenas, y que acaban provocando entre los espectadores un sentimiento parecido a la vergüenza ajena.
Gran parte de la culpa del fiasco de este film la tiene el director Ed Gass-Donnelly, al cual no conocía ningún trabajo previo, aunque tras ver como le ha esto no tengo interés alguno en revisar su obra y milagros. El colega no sabe mantener la atención del espectador, y ya no hablemos la capacidad de asustarle o inquietarle, porque vista la que se supone que es la escena cumbre, un pseudo exorcismo a la protagonista casi al final, no te dan otras ganas que de cagarse en sus muertos de lo mal hecha que está.
El guión avanza a la velocidad de un caracol con reuma, y apenas vemos escenas de posesiones o rituales demoníacos como en la primera, ahora son suplidas por sombres en teoría inquietantes, pero que dan más risa que otra cosa. Hay un momento en el que a la amiga de la protagonista sonríe a cámara como si fuese una de las adeptas del demonio (!), dejando en el aire si es una de las causantes de todo lo que le pasa a la protagonista. ¿Y al final lo es? Pues no lo sé, ni tan siquiera se sabe si muere o no. También está el momento en el que parece el padre de la protagonista (muerto en la anterior película), para acto seguido desaparecer sin dejar rastro y sin importar apenas nada. Un conjunto de escenas sin sentido que desembocan en un final, como dije al principio, se resuelve en dos escenas sin que sepamos qué ha pasado.

De los actores, solo decir que se salva la protagonista Ashley Bell, pese que aquí va durante todo el rato con el piloto automático puesto, y apenas puede desarrollar sus dotes de contorsionista como en la anterior (otro fallo que hay es que se abusa de un cutre GI), está mil veces mejor que el resto de actores, que la mayoría son anecdóticos, siendo de juzgado de guardia el rol de Spencer Treat Clark, que está para fostiarle cada minuto que pasa en pantalla.

En resumen, una mala película, muy mal hecha y peor realizada, y de la que únicamente se podría salvar la protagonista y cinco minutos iniciales, pero nada mas.

NOTA: 3

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