Rincón Misingno: El poder del Tai Chi (2014)



Desde ñajo me he nutrido con las películas de hostias, ahora llamadas películas de peleas por eso de ser políticamente correcto, en donde actores (sí, actores) como Michael Dudikoff, Bruce Lee, Jackie Chan, JCVD o los Titos Sly y Chuache impatían justicia mediante el curtimiento diario del lomo ajeno, mientras un Alberto prepuber miraba atentamente a la pantalla, sin perder detalle de cada finta, cada patada y cada partida de cuello que estos titanes realizaban. Unos buenos tiempos que no han vuelto, pese lo que nos pese; los héroes se han vuelto más marulleros, callejeros, apenas usan las artes marciales y sí los golpes bajos a traición o armas. Ya no queda honor en el cine actual de hostias, hablando en plata, así que visto el panorama, que se haya hecho una película como "El poder del Tai Chi" supone, ya no solo un soplo de aire fresco, si no una alegría para todo fan de las hostiejas. Además con el plus añadido de estar dirigida por Neo y contar con las coreografías del legendario Yuen Woo Ping, ¿qué puede salir mal? Pues...bueno, vamos a verlo.

A golpes.

La historia no deja de ser un remiendo/homenaje de las películas facturadas por la SW, en la que un poderoso pero inexperto combatiente tiene que demostrar su valía durante un torneo, y no perder el norte ya que se verá tentado por el poder. Se nota que Revess no se estrujó los sesos demasiado, puesto que la historia no deja de ser el mismo topicazo que hemos visto en cientos de películas - el guión es de un lineal que asusta, además que parece ir con un petardo en el culo -, pero por lo menos aporta vidilla al asunto con las escenas de pelea, donde el coreógrafo Yuen Woo Pings muestra galones y se luce con unas escenas que cortan el hipo, sin duda alguna lo mejor de todo el film. Tan solo con ver la escena de la lucha en el templo entre discípulo y maestro, pese a su evidente (MUY EVIDENTE) simbolismo de la lucha del bien contra el mal, consigue que la película alcance cotas épicas mediante una coreografía depurada y limitando mucho los artificios, excepto ese golpe final que es un PQC en toda regla. 
De los actores...pues claramente ninguno de ellos ganará un Oscar por su interpretación en esta película, sobretodo la detective que de incompetente es asesinable o el protagonista, una versión made in Taiwan  de John Cazale sólo que sin talento interpretativo, aunque cuando la cosa va de pegar, pega hostiejas de las buenas. Una cosa he de admitir, y es que Keanu Reeves a parte de dirigir con buen pulso la película, llega a sorprender en su rol de villano. Su cara casi granítica y carente de sentimientos le va como anillo al dedo a este final boss que por momentos da la sensación de ser un ente inmortal, incapaz de sentir dolor o cansancio y con una pegada furiosa. Lástima que su aparición en combate esté reservada solo para el final, en un combate sin duda espectacular, con una de las mejores escenas del film, pero que acaba sabiendo a poco al ofrecer un final apresurado.
Sin duda, una de las cosas que más me mosquearon de este film es que ya cerca del final vemos un pseudo combate entre el protagonista y un tipo que, según dicen, es el mejor luchador habido y bla bla bla, además, está interpretado por Iko Uwais, el protagonista de las dos partes de "The Raid". Es decir, que Keanu promete un enfrentamiento que va a ser la hostia, un auténtico choque de trenes entre dos mostrencos capaces de cascar nueces con el culo, dos maestros en artes marciales... promete ¿no? Pues no, porque ni llegan a pelear, solo vemos al protagonista dar vueltas al rededor del otro. Un coitus interruptus en toda regla, incluso más que ver a Sam Shepard cabalgar junto a Nick Cage pa´ná en "Gohst Rider".

En resumidas cuentas, no es la película de "torneos" que esperaba, ni una de las mejores películas sobre artes marciales hechas recientemente, pero sí puede decirse que Reeves a facturado una película más que digna, con cierto aire a una película de la SW, y que por lo menos acaba por resultar muy entretenida. 

NOTA: 6