Nada mejor para volver de las
vacaciones de Semana Santa que merendarse un found footage y compartirlo con todos vosotros. En el día de hoy os
traigo uno de los que podríamos catalogar como enteramente disfrutable. “Digging Up the
Marrow” de Adam Green
La película nos situa junto al
director Adam Green, un tio simpaticón que nos ha ofrecido películas de género
bastante divertidas, como la trilogía de “Hatchet” o la más que estimable “Frozen” –no confundir con la de Disney… Aunque una revisión de
Adam Green de la misma no estaría nada mal-.
El interfecto en cuestión está realizando un documental sobre su día a
día y la preparación de futuros proyectos, para lo que no duda en hacer cierto
autobombo de su serie “Holliston”. Lo
que parece ser más un diario de producción que otra cosa, se gira completamente
con la aparición en escena de William Dekker. Aquí es donde para seguirle el juego a Green debemos
introducirnos en lo que se conoce como suspensión
de la realidad ya que Dekker está interpretado de manera muy acertada por Ray Wise. Este
Dekker contacta con Green contándole que en ciertos lugares del país hay
puertas que llevan a ciudades infestadas por monstruos –cosa que puede
recordarnos al “Cabal” de Clive Barker-. Y Green no puede aguantarse y va a
encontrarse con Dekker, por supuesto granbándolo todo para regocijo del
respetable.
Lo primero que debería resaltar del
film son sus ganas de contar la historia. El amor a lo que se hace exuda por
los cuatro costados. En los primeros compases se nos muestra a Adam Green
como un entusiasta de lo que hace. Y no
hay nada que dé más buen rollo que alguien disfrutando con su trabajo. Puede
que la historia comience a hacer aguas a partir de los cincuenta minutos, pero
da lo mismo, Adam Green respira cine y esto le da alas a toda la cinta.
No puede tampoco dejar de nombrar la
actuación de Ray Wise. Este señor con una cara de loco tan particular, da vida
al mentado Dekker. Un tipo en apariencia bastante zumbado, pero que tratará de
convencer al cineasta que de noche los monstruos aparecen.
No obstante, esta película tiene un pero muy grande. Este es su final. Como
en muchos de los found footage que
empiezan bastante bien y mantienen el tipo durante los primeros 50 minutos,
vuelve a quedar en evidencia el hecho que los 90 minutos standard son en la mayoría de los casos demasiado largos para este
tipo de films. Y esté “Diggin up the
marrow” no es una excepción. Con 60-70 minutos sería un producto muy bueno,
pero los últimos 20 minutos y el hecho de querer cerrar la historia por parte
de Green dejan la película un pelín falta de lustre.
En definitiva, una película muy
simpática que a buen seguro no defraudará a los aficionados al género –ya sea found footage o mockumentary- o a Ray Wise, que seguro existen varios. Subíos a la
moto que nos ofrece Adam Green, aunque haya algún bache el camino es
disfrutable.
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